sábado, 29 de agosto de 2020

Litoral

Un  microcosmos blanco, el escenario elegido / y un viaje imaginario con sabor metálico / la reseña del último  episodio celestial / el riesgo de un hallazgo está presente /en los pliegues que ensayan la escena / solo hay  un personaje que se detiene a respirar (profundo) / abrazado a la debilidad litoral, en dirección al destino / con la atención fatigada por una  odiosa brújula dormida  / mientras se desvanece, burbuja de ensueño / subir, dejarse llevar / por el relieve estrafalario, vertiginoso del vuelo /salpicado nauseabundo  que provoca / con la astucia automática de un conductor sin nombre / la gratitud se despabila en el asiento de adelante / ¿aún no se ha ideado un puente que pudiera esquivar semejante infortunio? / miles de voces indiscretas anuncian la estación más próxima / y lo lánguido de una mirada, la décima de un  instante / ¿qué  lugar puede ocupar sin el peso de unos ojos que miran a otro lado? / coordenadas disparatadas de un  papel a representar / sinergia de las máscaras en  irreverente reclamo de ser  solo una / aunque frágil, disonante, o como las nubes / que desafían los picos más altos de las montañas / tan solo  para reposar sobre ellas / el brillo de un cielo esmaltado  descubre  / el corazón de la cita en las alturas / y el ruido de turbinas… va dejando atrás / los sonidos de un arroyo que esconde perfumado / las piedras incendiadas  de amores efímeros / borrados por la lluvia del sol ha caído / una llave sin clave  tropieza con el acorde / sonoro de un  cómplice silencio  / y los puentes luminosos se sostienen en las vigas / descolgadas de pentagramas disidentes / melodías arropadas en un piano que insiste / en recordar  la canción olvidada / imposible es esta escena para un solo personaje / sin más, un pasajero y sin reloj

 

Texto: Silvia Chaher / Especial para Los Verdes Paralelos y Los Verdes Platónicos

Imagen: Analía Saharrea