miércoles, 23 de julio de 2025

La nutrición emocional

Si la vida fuera tango, habríamos aprendido a vivir mejor. Si la vida fuera tango no nos sorprendería en la Plaza de Mayo, capital de nuestra cultura, encontrar carteles en alto que ofrezcan abrazos gratis a los transeúntes desprevenidos. Y eso que nuestra cultura está atravesada por el tango. Por él y por Messi, nos diferencian cuando estamos fuera. Nos reconocen por ellos, más bien, como ese extraño país tan austral que casi se cae del mapa, y no solo por cuestiones de latitud sino de pobreza en medio de tanto recurso material y humano.

 Pero ¿qué le podemos pedir al tango que ya no le haya dado a la vida? El problema ya no es la música, ni la letra, ni la orquesta o el sublime bandoneón; el problema es el abrazo. Y sin embargo, no somos Tokio. Porque no nos saludamos con reverencia, ni con un distante darse la mano por cortesía, como en otros países donde la función del contacto no está tan a la vista. Somos un país con folclore, donde el abrazo viaja en el aire; sin contacto, se transmite en la mirada, ventana al alma de dos que se espejan en la danza y se conectan a la distancia. Cuando le damos lugar a la magia de un presente sin pasado y sin futuro, solo hay que seguir el ritmo de un bombo, que marca los pasos de unos pies que viajan solos: ya no importa el tiempo, ni el lugar, ni querer estar haciendo nada más que abrazarse mientras dure el momento de sumirse en la danza. Si nuestros inmigrantes antepasados hallaron en el baile un refugio y un motivo de encuentro, esa alegría compartida al ritmo de sus propias melodías les permitía aliviar penas y fortalecer lazos. De la misma manera, hoy podemos redescubrir el valor de nuestra cultura —rica y diversa, forjada en el crisol de generaciones— si prestamos atención a lo que late en nuestra sangre y en nuestras raíces: nutrición emocional. Abrazo, contacto, sonrisa, confianza, placer…a pesar de las circunstancias. Basta con detenernos un instante para saborear lo verdaderamente importante. En vez de ello, se romantiza la violencia, como si esgrimir una tobillera tatuada fuera signo de dignidad. En ese “mundo del revés”, hasta la delincuencia seduce. En un mundo que trazó líneas divisorias —lo bueno/malo, izquierda/derecha, populismo/liberalismo, correcto/incorrecto— se pierden los matices de gris, los puentes que unen y abrazan. No obstante, esta reflexión algo maniquea recuerda que en la vida hay entrecruzamientos y no siempre resulta sencillo separar una cosa de la otra. Al contrario, una mirada atenta ayuda a ver lo bueno hasta dentro de lo malo.

De las crisis se aprende; del dolor se sale fortalecido, pero para ello tuvimos que aceptar la vulnerabilidad, que solos no se puede, que el dolor nos atraviesa y que necesitamos un abrazo. Profundizando la idea de vulnerabilidad, creo que nunca como antes nos sentimos tan socialmente vulnerables, a pesar de estar hiperconectados por pantallas, hay aislamiento, (y no ya impuesto por la Plandemia) mientras un consumismo estéril de un capitalismo que te llama a gastar cada vez más, se aprovecha de la misma soledad que alimenta. Sin embargo, sentirse vulnerable no es signo de debilidad. Es más bien parte de lo que somos; el problema está en no asumirnos como tales, cometiendo el error de andar por la vida creyéndonos autosuficientes. Nos golpearíamos mucho, y así parece por el rumbo que tomamos: el del autoboicot. Casi autómatas, rehuimos del contacto, del cara a cara, de la escucha activa y la palabra justa. Perdemos la habilidad de reconocer los rastros de las emociones en los rostros de los otros. Nos blindamos de seguridad por lo que tenemos y no por lo que somos. Víctimas del Síndrome de la “cebolla”, donde capa tras capa solo hay más de lo mismo, aunque en el proceso lloremos —por el propio ácido de lo que somos o por la poca profundidad de nuestro ser—. Por eso, tal vez, observo que a los carteles de la plaza muy pocos se acercan. ¡Y los abrazos son gratis! Según avances científicos aseveran, son capaces de generar cambios a nivel neuronal y físico, aumentando la oxitocina relacionada con el placer, la interacción social y la reducción del estrés por el cortisol que esta libera. Nos previenen de enfermedades al fortalecer nuestro sistema inmune. La “hormona del amor”, al alcance de un abrazo que ignoramos, como si no necesitara la sociedad cuidar y reconstruir el lazo social, recuperando la confianza que está en la base, quebradiza ya, de vínculos que se rompen. Si nos abrazáramos más, tal vez las estadísticas podrían mostrarnos a más de la mitad de las parejas unidas más que separadas. Cuando la palabra no alcanza, el abrazo complementa y completa. Cuando estamos enojados, tristes, angustiados (si nos detenemos en este fluir acelerado a percibir cómo estamos), buscaríamos, esperaríamos y disfrutaríamos de un abrazo. Esos eran gratis…repito. ¿Necesitamos ponerle precio a todo para reconocer su valor? Parece que, cuanto más elevado el costo, más deseamos aquello que supera su propio precio. Cuanto más caro… más descaro revela esta sociedad que no puede vender lo que no tiene: humanidad. Y, paradójicamente, mientras la inteligencia artificial gana matices humanos, nosotros perdemos los nuestros.

Solo el calor del abrazo —sin precio— podrá devolvernos la cercanía que la tecnología no logra reemplazar. A la función del contacto no la va a poder superar, si nosotros no la desestimamos y comprendemos que hay que abrazarse más. Si esta semana de la amistad sentiste el poder del abrazo, si pudiste reconciliarte cuando las palabras sobraban con aquel amigo del que te distanciaste y solo bastó un abrazo para el perdón, si te alegraste al ver a esa persona que llevás en el corazón pero no ves tanto —porque la amistad es uno de los pocos sentimientos que no requiere asiduidad para mantenerse en el tiempo— y sentiste que fue ayer que la abrazaste, como si el tiempo no hubiera pasado, si te abrazaron de atrás con amor y podés reconocerte y sentirte reconocido por ese gesto alienador, si te dejaste caer en los brazos de alguien, como un sostén para que tu pena descanse y lloraste por primera vez —porque te duele y no sabías cómo aliviar la opresión en el pecho—, si diste abrazos tanto como los recibiste, porque hay capacidad de dejarse abrazar todavía, si cerraste los ojos, te acurrucaste en un abrazo y allí te quedaste como cuando eras niño y la seguridad aún te reconfortó, si sentiste algo de esto… Aún hay esperanza.

 Esta sociedad, esta semana, puede reivindicar algo de lo que perdió, porque el abrazo es nutricio, casi como un plato de comida al que más lo necesita: biológicamente hablando, con nutrientes emocionales. Ya que si ese plato de comida desinteresado va acompañado de un abrazo, se nutre el alma, porque puede aún decir, “te reconozco, no sé quién sos ni por qué la vida te privó hoy, pero ahí estoy para vos”; abrazando aún en las diferencias. Al fin y al cabo, ¿quién es el otro? ¿Qué es la diferencia? ¿Aquello que incomoda o lo que nos iguala? Porque si todos somos diferentes…entonces, lo que nos iguala son justamente las diferencias. Y aún así, necesitamos un abrazo.

Texto y boceto (inéditos): Mariana Godino*

*Psicopedagoga

Especial para Los Verdes Platónicos y Los Verdes Paralelos

 

martes, 22 de julio de 2025

Primeros trazos

                                                                  


 El dibujo infantil que representa a Alberto Carlos Bustos podría ser una suerte de superhéroe que ha sobrevolado todos los cielos de la lírica y la algarabía, pero también un sujeto sencillo, humilde, casi un antihéroe con rasgos que van del error al cortocircuito. Hecho por mí, a mis 7 años, lo observo detenidamente: ¿los trazos buscan completar algo, dar forma en medio de un caos? Podría ser, después de todo esa es una de las premisas fundamentales de cualquier superhéroe.

Si hacemos que descienda al Planeta Tierra y lo invitamos a participar de nuestra película, suponemos que estará encantado de representar al municipal y pájaro propuesto por Miguel Ángel Solá. Su obsesión es el adoquinado urbano. La tarea del municipal da cuenta extensa en las maravillosas entregas de su autor, pueden visitarlas en el blog de Los Verdes Platónicos. Allí hay risa intensa, tragedias agridulces, disparates poéticos que superan al surrealismo. Su otra obsesión son las palabras y el amor y desde allí mismo emprendemos la odisea a través de esta película.

Palabras. Así empezamos, el autor las menciona, yo les doy forma. Paz, Martín y Florencia son buenos compañeros de viaje y en esta embarcación, entre los cinco, intentamos rendirle pleitesía al Séptimo Arte. Estamos contando una historia de amor a través de lo más sagrado de la Poesía. Nace con las palabras, que en la voz del intérprete son música, una balada emotiva,  profunda, fiel también a su origen de temática sentimental o romántica, a su atmósfera melancólica, a su épica agridulce, a su desenlace… ¿abierto? ¿Y por qué es infinita? Porque esto recién empieza.

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The children’s drawing that represents Alberto Carlos Bustos could be a sort of superhero who has flown over all the skies of lyricism and merriment, but also a simple, humble subject, almost an antihero with traits that go from error to short circuit. Made by me at the age of 7 , I look at it carefully: do the strokes seek to complete something, to give form in the midst of chaos? It could be, after all that is one of the fundamental premises of any superhero.

We suppose that if we invite him to participate in our film and make him descend to Planet Earth, he will be delighted to represent the municipality and the bird proposed by Miguel Ángel Solá. He is obsessed with urban paving. The municipal task provides an extensive account of the author’s wonderful work, which you can view on the blog. There is intense laughter, bittersweet tragedies, and poetic nonsense that surpasses surrealism. His other obsessions are words and love, and from there, we embark on an odyssey through this film.

Words. That’s how we start, the author mentions them, I give them shape. Paz, Martín and Florencia are good traveling companions and in this boat, among the five of us, we try to pay homage to the Seventh Art. We are telling a love story through the most sacred of Poetry. It is born with the words, which in the voice of the interpreter are music, an emotional ballad, deep, faithful also to its origin of sentimental or romantic theme, to its melancholic atmosphere, to its bittersweet epic, to its denouement… open? And why is it infinite? Because it has just begun.

Texto y dibujo: © Nicolás García Sáez

Traducción al inglés: Florencia Suárez Guerrini

*Miguel Ángel Solá *Nicolás García Sáez *Florencia Suárez Guerrini *María Paz German *Martín Bianchedi *Colectivo Cultural Los Verdes Platónicos *Colectivo Cultural Los Verdes Paralelos *Editorial Sátira y Musa *Editorial Oliverio

sábado, 19 de julio de 2025

"Los sueños ajenos, volumen 2", en librerias de La Cumbre


Los sueños ajenos, Volumen 2 / Disponible en librerias de La Cumbre, Valle de Punilla

También en Córdoba city, Montevideo y Buenos Aires 

Contacto con el autor

Poemario lúdico / ©Nicolás García Sáez / 2016

Ilustración de tapa: Hollis Brown Thorton / Zindo & Gafuri

https://www.nicolasgarciasaez.com/contacto/

 

lunes, 14 de julio de 2025

"Los sueños ajenos", en librerias de La Cumbre


Los sueños ajenos / Disponible en librerias de La Cumbre, Valle de Punilla

También en Córdoba city, Montevideo y Buenos Aires 

Contacto con el autor

Poemario lúdico / ©Nicolás García Sáez / 2015

Ilustración de tapa: Hollis Brown Thorton / Zindo & Gafuri

https://www.nicolasgarciasaez.com/contacto/