sábado, 30 de octubre de 2021

La casa de muñecos

Esta es una historia de amor. Pero no es la típica.

Todo comenzó aquella tarde, frente al espejo. Tomé valor y me sumergí en la oscuridad de las pupilas, emprendiendo un viaje hacia el infinito interior.

Dejé mi cuerpo a un costado del camino, materia orgánica que nace, crece y envejece. Una carcasa, accesorio para el teatro de la vida. ¿Quién soy?, ¿qué soy?, ¿soy lo que veo?

Renuncié por un momento a la forma delimitada y me transformé en un fluido cuántico.

Como ondas sonoras, danzo, vuelo y los compases cantan el origen de los tiempos. La energía no se crea ni se destruye. Yo soy en lo invisible. Estoy desde el principio, aunque no con el mismo vehículo humano.

Revoloteo cubierta por la bruma oscura que me abraza con calidez. Siento que el viaje es descendente, pero quién lo sabe, es solo una sensación. Como es arriba es abajo, al menos eso dice el Kybalión.

Como un fuerte rayo de luz venzo al muro negruzco. Y me veo sobre la superficie del océano, el agua me salpica. No lo dudo y me sumerjo en las profundidades. A lo lejos, muy a lo lejos, percibo los finos haces luminosos que emanan de la caverna submarina. Mi refugio.

Una cortina de agua se abre con la orden de mi pensamiento e ingreso.

Busco leña, alimento la fogata, y de esta forma mantengo mi fuego interno. Sobre una de las paredes rocosas descansan los cuerpos, que alguna vez me pertenecieron.  La caverna parece una casa de muñecos.

Me paseo frente a ellos, recuerdo cuando fui una simple florista, una soñadora, un hombre robusto, un herrero solitario, una japonesa incomprendida, y tantos otros más. Me introduzco en ellos y les doy vida, aunque sea por un instante. Sonrío, lloro, la mayor fuerza creadora despierta en mí, el amor me invade.

Emprendo el viaje de regreso hacia el disfraz actual, y comprendo que soy todo lo que es, ha sido y será.

 

Cuento (inédito): Laura Chiavetta

Ilustración (inédita): Irupé Roch

Especial para Los Verdes Paralelos y Los Verdes Platónicos

 

miércoles, 27 de octubre de 2021

¨Doble o nada¨, salas llenas y aplausos por doquier

Atención, pero mucha atención damas y caballeros y etcéteras.  Contra viento y marea, digamos más bien que navegando sobre aguas apoteósicas, continúa presentándose en la capital española la exitosa ¨Doble o nada¨, protagonizada por uno  de los mejores actores de todos los tiempos, nuestro querido Verde Platónico Miguel Ángel Solá, y por su compañera, la siempre talentosa Paula Cancio. Cabe destacar que, hace algunos días, ambos la rom pie ron (va con sílabas para que el hipotálamo colectivo registre bien registrada la hazaña) en la Sala Grande del legendario teatro madrileño Luchana, llenando ese espacio con casi tres centenares de espectadores/butacas dentro del contexto covídico de aforo restringido. Nos dice el protagonista que a partir de noviembre hay funciones los lunes, jueves y viernes a las 19 horas. No son pocos los críticos y las críticas teatrales (luego de más de 600 funciones) que se ponen de acuerdo y enuncian al unísono que ¨es la mejor obra teatral que hay y que probablemente habrá en cartel ¨, en Madrid y en toda España.

Aprovechamos este espacio para difundir una muy buena entrevista que le acaban de hacer a este gran actor, a propósito de ¨Doble o nada¨, en donde podrán encontrar, entre las respuestas, perlas como la siguiente:

¨ Es una obra que está hecha para destruir la del día anterior. El método de trabajo está en no respetar el texto, la marcación, el dibujo escénico. Es una clase de improvisación diaria sobre la misma anécdota¨.

Y también respuestas de altísimo vuelo como la siguiente:

¨ ´Doble o nada´ es una lombriz que se retuerce todo el tiempo, si hubiese una mosca en el patio de butacas no se escucharía. Cuando la obra termina el público tarda en reaccionar. Eso siento, que el público está atornillado en la silla, y eso me hace feliz¨

 

https://bekultura.com/actualidad/miguel-angel-sola-historia-viva-de-la-interpretacion/

 

https://bekultura.com/actualidad/miguel-angel-sola-historia-viva-de-la-interpretacion/

 

*El primer link es para que lo leas vos querido amigo, querida amiga

** El segundo link es para que lo compartas entre tus amistades

 

Imagen: Cortesía Miguel Ángel Solá

 

martes, 26 de octubre de 2021

Apuntes para un martes (Desde Holanda, alguna vez)

Tenía tanto campo a la vista que decidió lanzarse a explorar la curvatura de un espacio olvidado. Nadie en su destino puede domesticar al Tiempo.

Hay palabras que se tambalean por la inconsistencia de quién las pronuncia. La oralidad asociada al verbo interrumpe la conectividad por carácter de transmisión. Ambas comparten un aspecto de amorosidad desabotonante.

Hay espacios con ambientes, conscientes o inconscientes, llenos de ganas de agarrarte, a ti y a un tiempo vacío de particularidades. Un espacio Moebio. Dulce. Que bien viene no comprenderlo para andar. Respirarlo nos sienta bien. Que bien nos viene. Un trampantojo existencial. Una cúpula córnea catenaria junto a una parábola excéntrica de nosotros mismos. Se encela el foco de no mirarnos ahí.

Rasga sus medias y baila adentro de su pecera, allí, se comunica con las profundidades. Usa, abusan, cierre de objetivo, trastienda de una transacción. Luego emerge, cada noche, entre el signo y las fisuras de los transeúntes, con su tenue luz. De fondo, el carillón de la plaza resuena mezclado entre humo cannábico, Una bicicleta descansa sobre una farola que da al canal.

 

 Apuntes (inéditos): Ruth Moratilla Sanz

Fotografía (inédita): Analía Saharrea

Especial para Los Verdes Paralelos y Los Verdes Platónicos

viernes, 22 de octubre de 2021

Lady Macbeth

El tiempo es el instante uno / con tres vértigos ahí / clavados en el páramo / de una profecía / la soledad del enigma / y las palabras del combate / dignas como los tajos.

Entonces lo perdido es otra cosa  / y es innombrable / y sigue ahí / clavado en el minuto / de las batallas ganadas / mientras Macbeth se deshace / y se va haciendo / para la destrucción de lo soñado / lo hermoso es feo y lo feo / es hermoso.

Mis manos no destiñen  / los minutos de su sangre / todos los perfumes de Arabia / para una mancha intacta / lo hermoso es feo y lo feo / es hermoso.

El tiempo es el último enigma.

 

Poema (inédito): Sandra Escames

Pintura (inédita): Analía Saharrea

Desde Uruguay, Especial para Los Verdes Paralelos y Los Verdes Platónicos

 

viernes, 15 de octubre de 2021

Holodomor : Naturaleza Humana

 Mi nombre es Marko. Me pregunto si alguna vez podré olvidar los sentimientos que experimenté aquella noche. Era el año 1932, la hambruna se esparcía por Ucrania, como una epidemia, silenciosa y mortal. Nuestra pequeña aldea no resultó inmune a semejante calvario. Los alimentos comenzaron a escasear lentamente, al tiempo que los cadáveres se amontonaban al costado del camino. El hambre se paseaba por las calles de tierra, mientras el hedor se tornaba más y más fuerte. La gente desesperada se lo comía todo, todo.

Las mascotas desaparecían. Nosotros aún conservábamos a Borys, un hermoso perro pastor alemán. Nuestro afecto por él iba más allá de lo usual, por lo que mi madre se negaba a sacrificarlo. No obstante, la conducta del animal había cambiado en los últimos días, y eso me alarmaba.

Vivíamos en el centro de la aldea, papá viajaba una vez por semana al pueblo colindante, para buscar alimentos, a veces la suerte lo favorecía, y lograba cazar tres o cuatro ratas. Sin embargo, nunca eran suficientes.

Mamá estaba flaca, cada día la piel parecía pegársele más a los huesos; lo poco que había para comer lo destinaba a nuestros pequeños estómagos. A mí me tocaba una porción más grande porque era el mayor, tenía siete años. Mi hermano, en cambio, recibía lo mínimo; su cuerpo era pequeño y apenas gateaba. Mi padre se marchó esa mañana y las instrucciones fueron muy claras:

—No salgan. Se quedan en casa hasta que regrese, y no suelten al perro. ¿Entendido?

Mami y yo asentimos con la cabeza. Sin embargo, ese mismo día, la sed nos jugó una mala pasada. Se había acabado el agua de las botellas y el pozo más cercano estaba lejos, muy lejos. Mamá colocó los recipientes boca abajo, y logró recolectar algunas gotas. Me mojé los labios. ¡Qué felicidad! ¡Qué frescura! Era supremo. No obstante, el éxtasis duró poco. Al instante volví a sentir los labios secos, resquebrajados. Y lloré. Unas pocas lágrimas se deslizaron por mis mejillas y alcanzaron mi boca, me sentí aliviado, otra vez la frescura, pero las gotas saladas acrecentaron aún más mi sed. Por otra parte, el estómago me dolía, mucho, mucho, mucho. Mamá me miraba desesperada, y también lloraba mientras sostenía en sus brazos a Andrei. No lo pensó un minuto más, buscó un bidón y salimos hacia el pozo de agua.

 

Yo sostenía la correa de Borys, e iba de la mano de mami. Andrei me miraba desde lo alto, su cabeza estaba apoyada en el hombro de nuestra madre. Recuerdo que me sonrió, o por lo menos eso pensé; ninguno de nosotros contábamos con las fuerzas necesarias para desperdiciar energía en gesticulaciones. Caminamos unos veinte metros en silencio, hasta que nuestro perro ladró. Los vecinos se alertaron y salieron de sus casas.

Apuramos la marcha. Nos seguían; cada vez se sumaban más, y cada vez más cerca.Volteé mi cabeza. Eran hombres y mujeres, sostenían palos y piedras. También había algunos niños.

—¡Vamos, vamos! —dijo mamá—, camina más rápido.

Me asusté. Y fui consciente de nuestra peligrosa situación; hasta olvidé que tenía sed. Estaba aterrorizado. Seguimos caminando rápido mientras los vapores hediondos nos abrazaban y el tumulto de gente nos perseguía, apurando el paso; los teníamos a escasa distancia. Mamá me tomó de la mano, fuerte, muy fuerte. Y aguijoneada por la desesperación me ordenó:

—Suelta a Borys.

—¡Mamá! —protesté y seguí sosteniendo la correa.

—Suelta a Borys.

—¡No! —grité con dificultad, tenía la garganta realmente seca.

Mamá me quitó la correa de la mano y soltó al perro. Al instante, la gente se abalanzó sobre mi amado Borys. Apuramos otra vez la marcha, mi madre lloraba y me arrastraba de la mano para evitar que observara lo que sucedía. Jamás olvidaré la intensa angustia de terror que experimenté. Sin saber en ese momento que lo peor aún nos aguardaba. A lo lejos se oían los gritos de júbilo, y escuché el último quejido de Borys.

 

Seguimos avanzando, y respirando a cada paso la pestilencia. El camino se había despejado y se extendían ante nosotros las calles desoladas. Tan desoladas como nuestra pesadumbre. Recuerdo que me sentía muy débil, reuní todas mis fuerzas y seguí caminando. Llegamos al pozo. Mamá sentó a Andrei en el suelo y cargó el bidón con agua. Bebimos los tres. Nos mojamos las caras. Sentí una inconfesable delicia, el más exquisito placer de todos, a la vez que experimentaba la culpa y pensaba en Borys. El sol comenzó a ocultarse, por lo que debíamos regresar. Mamá cargó el bidón por última vez, luego se agachó y levantó a Andrei del piso; lo cargó en sus brazos, mientras yo observaba su rostro demacrado y triste. No obstante, se notaba que ella albergaba en su interior una enorme entereza para soportar los infortunios que nos sucedían. Recuerdo la gran debilidad que padecí y el retorno de las impiadosas punzadas del hambre.

 

Tomamos otro camino hacia la aldea; mamá deseaba evitar mi encuentro con los despojos de Borys, si es que aún existían rastros. La oscuridad avanzaba lentamente, tan lenta como nuestros endebles pasos. Mis rodillas se entrechocaban con frecuencia y más de una vez caí de bruces.  Una enorme luna alumbraba el camino. Estábamos a doscientos metros de casa cuando tres hombres nos interceptaron. Mi corazón se sobresaltó al mismo tiempo que mamá lanzó un grito desgarrador y tiró el bidón; el agua se esparció por la tierra seca.

—¡Corre, Marko! ¡Corre!

El miedo y el terror me paralizaron por un instante. Hasta que comprendí la gravedad de las circunstancias y eché a correr, sacando energía de la propia desesperación. En el mismo segundo mamá abrazó fuerte a Andrei e hizo lo mismo. Pero los hombres la alcanzaron, arrancándole de sus brazos a mi hermano.  Escuché los gritos y me detuve.  Me escondí entre los pastizales, entregándome a la más sombría contemplación. Mamá gritó. Imploró clemencia. A cambio de sus súplicas recibió golpes. Quedó tumbada y, a lo lejos, su rostro me pareció pálido, como la muerte misma. Jamás logré borrar de mi memoria la escena que siguió. Lo vi todo. Vi la fogata y lo indecible. La más espantosa de las muertes.Me sentí culpable, impotente, pero ¿qué podía hacer con solo siete años y en el estado en que me encontraba? Sin embargo, lo imperdonable fue aquel pensamiento fugaz, y la reacción de mi organismo. El olor a carne quemada se esparció por el aire, impregnando mis fosas nasales. Y al instante sentí que brotaba saliva de mi boca, a la vez que los jugos gástricos se preparaban. Un pensamiento, tan fugaz, tan espeluznante que no soy capaz de transcribirlo. Había aguantado hasta donde la naturaleza humana logra resistir. Escondí la cabeza entre mis manos y lloré con la más profunda desesperación.

 

Cuento (inédito): Laura Chiavetta*

*Escritora, publicó con seudónimos las novelas ¨Las garras del arcángel¨, ¨El guardián de los espíritus¨, ¨Piedra libre¨ y ¨Maleficio¨. Además es bioquímica y autora del blog www.cienciaalplato.com

 Ilustración (inédita): Irupé Roch

 Especial para Los Verdes Paralelos y Los Verdes Platónicos

 

miércoles, 13 de octubre de 2021

En el día del psicólogo (y la psicóloga) una destacada psicoanalista interpreta maravillosa y freudianamente uno de los poemas emblemáticos de ¨Los sueños ajenos¨

-Comenzamos hoy la grata tarea de interpretar (tal vez desmenuzar) cuatro poemas de ¨Los sueños ajenos¨, el primer volumen (hay una continuación) de uno de los tantos libros escritos por Nicolás García Sáez, una travesía lúdica en la cual somos actores, protagonistas de sus palabras, en tanto nos sumergen en los rincones del alma humana, allí donde el misterio y la sorpresa nunca están ausentes. El poeta nos lleva de la mano a visitar y rastrear, cual arqueólogos, diversos sitios y personajes célebres de la historia. En tanto sueños, “vía regia del inconsciente”, metáfora, metonimia y otros recursos de estilo, burlan las defensas y juegan a un decir que no sería posible de otro modo.

Partimos hoy, en este día particular, con un ego que se toma la licencia, el atrevimiento, de emparentarse con Dios, en una suerte de mimesis colectiva, para deslizar la pregunta (lamento adelantar el final) si tiene Dios un Dios al cual dirigirse. Dice el poema y su título, siempre sugerente:

 

 

POEMA QUE PUDO HABER SOÑADO ALGUIEN QUE SE ACOSTÓ PENSANDO EN EL EGO

Si yo me creo Dios /y tú te crees Dios / y él y ella se creen Dios y Diosa /y nosotros y nosotras nos creemos Dioses y Diosas / y vosotros y vosotras os creéis Dioses y Diosas /y ellos y ellas se creen Dioses y Diosas / y…

 Dios, ¿Quién creerá que es? 

 

 

-En épocas de selfies y de seguidores virtuales, de engaños y autoengaños, la antigua fama se ha diluido y expandido hasta construir esta suerte de palimpsesto un tanto infantil, un tanto monstruoso, de susceptibilidades extremas, a menudo enfermizas. Pero también allí pueden brillar los talentos que se han democratizado y antes eran ocultos por un capricho de selección casi autoritaria y unidireccional. Cada cual atiende y se hace cargo de su juego. Por otro lado, si yo, tú, él, ella, nosotros/as, vosotros/as, ellos/as nos creemos Dios, se desliza, consecuentemente, que, en nuestro interior, alberga la creencia de algún Dios, a quien clamamos nuestras plegarias, anhelos, esperanzas, a quien hacemos responsable de nuestro destino, como si fuera autor y escriba de nuestras historias. Así, yo, tú, él, ella, nosotros/as, vosotros/as, ello/as consumimos esa creencia, que, al igual que un narcótico, adormece y anestesia nuestros sentires.

En esta insistencia colectiva, Dios, en tanto construcción de nuestra neurosis, asume miles de nombres, de quienes nos hacemos servidores; un amo para cubrir los agujeros que nos constituyen y se nos ofrece a cada vuelta del camino.


Texto (inédito): Marcela Farías

Poema: Nicolás García Sáez

Tapa: Hollis Brown Thorton / Zindo & Gafuri

Especial para Los Verdes Paralelos y Los Verdes Platónicos

 

martes, 12 de octubre de 2021

Con la voluntad de una montaña

El paisaje se hizo horripilante, gris, cuando le informaron que un volcán en erupción arrasaría paulatinamente el relieve más verde de su joven vida, una alusión al resultado de su biopsia durante aquel verano. Su reacción ante semejante noticia fue de inevitable dolor, de temor, una profunda negación a que la lava volcánica, multiplicada en burbujas de células,  terminaran con su bello y sereno panorama natural. Su cuerpo era esa montaña en peligro. Las hendiduras parecían ser las líneas de su sonrisa, desdibujada por el miedo a que el peor fenómeno ocurra. Entre enojos, llantos, noches de insomnios y días desesperantes, se preguntó cómo evitar o hacer frente a semejante pesadilla. El  enemigo: un volcán activo, que se preparaba para dañar la superficie. Demorarse era permitir que la monstruosidad del mismo lo deteriorase, desde el pie, luego la ladera y luego la cima, sin piedad, si nada lo frenaba. ¿Cómo evitarlo? Estaba presente, amenazando con avanzar, opacando la calidad de vida del lugar. Escalar no fue fácil, cada tropiezo sobre las rocas, rasguños, obstáculos entre los montes, era una metástasis. El largo y estrecho sendero, empinado, rocoso, espinoso, era el arduo paisaje de una quimioterapia. El viento a menudo soplaba en contra, castigaba con tierra, enrojecía los ojos, destruía las plantas con una radioterapia. El calzado para trekking, cada paso dado, era el  pisotear con peso a cada célula maligna.

Pasaron los días, las noches difíciles, dificilísimas. Un milagro, o algo parecido, comenzó a asomar entre las nubes. La unión de fuerzas sobrenaturales hicieron que la catástrofe no llegara a hacer tanto daño, la maldita lava volcánica no llegó tan lejos, como se esperaba (o no, según) amenazó dos eternos años, pero apenas quemó unos metros de vegetación que luego, felizmente, renacieron fulgurando con más intensidad, luciendo a mansalva flores silvestres, demostrando que la montaña poco a poco recobraba su vida. Además, no es un dato menor que sumaron a la causa nobles alpinistas, un contingente de sabios turistas denominados oncólogos, dispuestos a evitar que el cataclismo hiciese de las suyas. Llegar a la cumbre era el desafío, la señal ineludible de que esta montaña magistral iba a sobrevivir.

Todos estos acontecimientos son los que la fuerza de la montaña soportó, el agua pura que recorrían sus quebradas eran el motor de su salud, cada vertiente sus venas, cada gota su sangre. Finalmente, llegó a la cumbre y allí contempló con éxtasis La Belleza, la que  agradece a la vida. El paisaje de vuelta hacia el llano fue el fruto de una batalla ganada.

 

Texto y foto (inédit@s): Gabriela Amaya

Especial para Los Verdes Paralelos y Los Verdes Platónicos

 

lunes, 11 de octubre de 2021

Acerca de la sincronicidad

Todo lo que nos rodea es nuestra creación. Esto cambia totalmente nuestro vínculo con los demás, nos permite ampliarnos y hacer tomas de conciencia. La sincronicidad tiene cualidad de Orquesta. Cuando los elementos de la orquesta siguen la misma partitura, se expresa en la realidad. Supongamos que la partitura es siempre la misma, en algún momento dejarás de ir a ver la repetición que nada tiene ver con la función. Cuando, al mismo tiempo, suceden las mismas cosas que ya no nos son necesarias, la sala cierra, todas las butacas (probablemente rojas) están vacías, con una lógica de gran precisión. Desprogramación, cerebro a cerebro, encuentra sentido por la simultaneidad de la coincidencia. Cambio de planes. Por acá no. Cansados de ser basureados. El Todo que nos rodea no da rodeos. Una creación se relaciona con otra, amplía la conciencia, la reflexión, el ambiente, se expresa en la realidad muda

 

Texto (inédito): Ruth Moratilla Sanz*

Video (inédito): Nicolás García Sáez

*Especialista en memoria celular y decodificación biológica

Especial para Los Verdes Paralelos y Los Verdes Platónicos

 

domingo, 10 de octubre de 2021

De regreso

De regreso a sus ojos / como dos lupas, mirando hacia atrás / el juego onírico descubre un fragmento, un sabor exquisito, un gesto amoroso

El sol ha sellado con su espuma dorada / un texto alterado de pupilas fatigadas / umbral de un imperio en soledad / con nombres inventados que el tiempo redime

Antes que la noche absurda comience a rodar / permanecer tocando la gloria / pequeña gloria que dispara su fe / envoltura tersa, obstinada intensidad

Corre con su lucidez / hace lo suyo el azar / el nimio sonido atrae la magia / el frágil latido de la eternidad.

                                                    

Texto (inédito): Silvia Chaher

Imagen (inédita): Analía Saharrea

Especial para Los Verdes Paralelos y Los Verdes Platónicos

 

jueves, 7 de octubre de 2021

100 / 3 / 21

Para los agoreros sombríos y apocalípticos del ¨Nuevo Mundo¨ (a esta altura personajes y personajas entrañables y un tanto vintage´s) cabe señalar que, bueno, el mundo no ha cambiado demasiado. O si, ha cambiado, pero tanto como lo venía haciendo desde el Medioevo y el Paleozoico, con la pequeña diferencia, o salvedad, de un par de pinchazos opcionales y un virus armado, molesto y muy lamentablemente mortal que, en apariencia, crucemos los dedos, poco a poco está perdiendo fuerzas, pero no gracias a la perenne estulticia de los políticos y las políticas de turno, sino al esfuerzo de la población civil y mundial. Superado ese aislamiento eterno, Master de Hipocresía aprobado por una runfla de ignorantes e inoperantes con intelecto híper rústico que solo se dedicaron a perjudicarnos, ahora nos toca un abrazo por aquí, unos besos por allá…et voilá, a seguir luchando, construyendo, disfrutando. A seguir creyendo y sintiendo la esperanza, o esperanzas, porque siempre son en plural.

En este contexto y, muchas veces, afuera del mismo, Los Verdes Platónicos y Paralelos cumplen con sus cien publicaciones inéditas durante este 2021. Cien publicaciones hechas a pulmón, sin planes sociales, ni subsidios, ni apoyos de absolutamente nadie, solo el inmenso talento de un montón de librepensadores y librepensadoras devotos de la independencia ideológica, más bien afines a las buenas ideas, las que se construyen y movilizan, aquellas que vienen acompañando a miles de personas en estos espacios interconectados con la Editorial Sátira y Musa y con la Editorial Oliverio. Nuestros espacios virtuales son cada vez más visitados, el contenido crece en calidad y en cantidad, La Familia es cada vez más grande y estamos pensando en expandirnos y abrir nuevas plataformas, colectivos que se sumen a este Mega Colectivo. Bienvenidos.

Aquí se ha reunido buena parte de la crema cultural de la América castellana y sus satélites internacionales más empáticos. Por aquí también han plantado su impronta talentosos y talentosas inéditos e inéditas que en esta trinchera han dejado de serlo. Aquí están creciendo y sus plumas alcanzan la altura de los pájaros sagrados que sobrevuelan el Kilimanjaro, por nombrar, casi al azar, algún punto majestuoso y geográfico. Nuestro objetivo, se ha dicho varias veces, es filmar una película. La idea nació entre la voluntad e imaginación de una persona, que luego la compartió con un amigo y luego con una amiga. La mecha se fue encendiendo hasta alumbrar las primeras pruebas, ya en el plano fílmico, que aquí mismo, como vienen viendo y leyendo, se están concretando. Queremos brindar junto a todos aquellos y a todas aquellas que han colaborado, están y seguirán colaborando en esta plataforma ultra coral, a los de siempre, a los que se suman hoy, a los que se sumarán en un futuro y a los inéditos e inéditas que publicarán sus pareceres en breve.  Nuestras disculpas si nos olvidamos de alguien. Así las cosas,  van estas líneas con todo nuestro inmenso agradecimiento a:

Silvia Chaher, Irupé Roch, Nicolás García Sáez, Analía Saharrea, Miguel Ángel Solá, Suna Rocha, Natalia Martyn, María Laura Scafati, Lola Hernández, Karin Binder, John Mc Inerny, Tito Cossa, Inés Estevez, Diana Baxter, Vanina Ferreccio, Diego Dominguez, Joro García, Morcy Requena, Miguel Zabaleta, Paula Pellejero, Leticia López Margalli, Lía Ferenese, Julia Ures, Marina Pérez, Marcela Farias, Cecilia Cartwright, Milagros Peñaloza, Sandra Escames, Martín Garrido, Cecilia Tagliarini, Gabriela Amaya, Laura Diez, Fernanda de Broussais, Marie Chintalo, Ada Cerioni, Laura Rizzo, Camila Higuera, Guadalupe Yepes, Eulalia Cornejo, Noemí Frenkel, Eve Carbó, Gabriela Izcovich, Natalia Rodriguez, Daniel Kalbermatten, Oyuki Fal, Leticia Maffrand, Julia BP, Laura Aparicio, Aline Meyer, Verónica Carrera, María Verónica Ramírez, Eugenia Alfano, Laura Adaro, Andrea Krujoski, Emita Ayala, Lorena Concari, Cecilia Galeano, Alejandra Dopico Sanesteban, Carolina Montrasi, Adriana Santa Cruz, Clara Terán, Ivonne Blanc, Diana Cardini, Daniela Araujo, Belén Calapeña, Gustavo Boulan, Catherine Biquard, Isabel Steinberg, Hollys Bob Thornton, Olga Barzola, Laura Hatton, Rodolfo Gorosito, Paula Penchanski, Evangelina CB, Laura, Emma, Mateo, Claudio, Julieta, Ana, Vero, IleanaCollectif Malgré Tout (Francia: Miguel Benasayag, Bastien Cany, Angélique del Rey, Teodoro Cohen, Maeva Musso, Maud Rivière) Collettivo Malgrado Tutto (Italia: Roberta Padovano y Mary Nicotra)  Editorial Oliverio (que suma a Paola Arbiser, Laura Balaguer, Fabián Reato, Alfredo Saavedra, Keila Vall de la Ville, Mariela Cordero, Rebeca Tabales, Amalia Sato, ON Lorca, Ivana y Romina) Editorial Sátira y Musa (que suma a Carina Ponieman, Jorge Palant, Guillermo Soppe, Maristella Svampa, Shinzato, Walter Romero, Sandra Commisso). In memoriam (y gratitud): La Cofradía de la Flor Solar, Atahualpa Yupanqui y María Gabriela Epumer

 

lunes, 4 de octubre de 2021

Apuntes para un lunes (2)

La belleza sin prisa sigue el norte del agua, dejando pequeños pictogramas de colores sobre el calor vegetal. Tomando la siesta, sobre la tarde, va iluminando el jardín.

 

Apunte (inédito): Irupé Roch

Video (inédito): Nicolás García Sáez

Especial para Los Verdes Paralelos y Los Verdes Platónicos

 

Apuntes para un lunes (1)

El silencio espejado de la siesta se despide de la lluvia en vuelo arisco mientras la luz desenmaraña siluetas bajo la ventana florecida de humedad.


Apunte (inédito): Irupé Roch

Video (inédito): Nicolás García Sáez

Especial para Los Verdes Paralelos y Los Verdes Platónicos

 

viernes, 1 de octubre de 2021

Florecer entre los cactus

Van estas líneas para agregar esta suerte de pequeño inciso, aporte primaveral que vale, tal vez, como metáfora de la resiliencia, motor fundamental para salir airosos y airosas (con la dignidad intacta e incluso fortalecida) de situaciones infumables, aquel garbo pletórico que no entienden las innumerables arbitrariedades y repetidas incongruencias, perversas, rústicas, siempre obvias, anunciadas por los pavos y pavotes reales de turno, esos cyborgs sin altura ni moral, empleados nuestros empeñados en intentar someter burda o sutilmente a los pobladores y las pobladoras de esta Nación Argentina. Amigas y amigos: alcohol en gel y barbijos, hoy, mañana, el mes que viene y el siguiente... ahora hay que cuidarse y más que nunca.


Colectivo Cultural Los Verdes Platónicos y Paralelos

Video (inédito): Nicolás García Sáez

 

Mañana: tertulia en el Litoral

Atención damas y caballeros y no binarios y no binarias que anden por la ciudad que erige el monumento enhiesto de nuestra querida bandera: mañana sábado hay guirigay, pero del aterciopelado, cachengue soft, pero ¨con protocolo¨. Nuestra querida Verde Paralela y ya casi Platónica, Cecilia Tagliarini (una de las voces jazzeras y bluseras más importantes que vas a encontrar a orillas del río bravo del Paraná) recibe en su hogar a los talentos mencionados en el flyer publicado aquí mismo. Cecilia, además de ser una gran música, es madre de un montón de retoños, coordina una Cooperativa de alimentos veganos y alberga (en estas épocas de reaperturas con fines electorales) a toda la troupe del under litoraleño, allí, en su hogar que se transforma para la ocasión en Viva Jauja, sitio de culto y Cultura rosarino. En este espacio se arman tertulias de alto vuelo musical y poético (la semana pasada, por ejemplo, se presentaron allí músicos de las huestes de Spinetta y Dino Saluzzi) sin dejar de lado, claro, el ítem gastronómico. ¿Cuál es el menú para mañana?, le preguntamos a la anfitriona: una deliciosa sopa paraguaya, preparada por ella mismísima y vinos agroecológicos del Valle de Uco. Alguno de estos fines de semana, apenas se organicen nuestras alborotadas agendas, la cofradía Verde, Platónica y Paralela intentará ir de visita hasta allí.