viernes, 29 de septiembre de 2023

Fragmentos recientemente publicados de ¨Un crespón y el viento¨, ahora impecablemente traducidos al idioma de Aldous Huxley

Nicolás García Sáez

*It all started as the submarine was sinking. No, I am wrong,it all started with the wind.

 *The crepe myrtle is also known as the  Jupiter tree. It sings with the sun, a little less so with the rain. Its trunk is soft, velvety. Its flowers have six petals and the colour of its  crown is often white, lilac, pink, magenta or mauve.

 *The following day, after a heavy rainfall, I walked on the damp soil. I felt like an absent-minded  astronaut while the birds whirred around (me).

 *One morning I devoted myself to contemplating a ladybird for a long time. It walked over my skin. I focussed on its colours (predominantly orange), on the sensation the infinitesimal tickling of its legs produced. I would have liked to embrace her, but settled for her forecast of a near and better future. 

 *I gathered old porcelain cups and remembered the white rabbit, Alice’s. I painted moist, hollow flowerpots. I piled up firewood under a laurel tree. Right there, in the secret garden, I wanted to revive a walnut tree. I did not succeed, but painted a little blue character jumping over a brick. My mood was  restored . I no longer had that feeling of being an astronaut sinking into the mud. And then I recovered my speed. 

 *I went to meditate between the rocks and the river. There I listened to the wind, read, composed songs on the ukulele, which I can’t play.

 *After that, I was  immersed in a serene and diaphanous strangeness.The sky was dyed lilac, the flavour of the  rice was intensified, the eucalyptus floated.

 *The Quilpo River had a magnificent  volume of water. A zephyr, son of the wind, stopped and went on its way. A dazzling sun underlined the midday. It was possible to swim. I jumped into the water, floated, extended my arms and legs, synchronised them and flew to the other  bank.

 THE CREPE MYRTLE AND THE WIND / NICOLÁS GARCÍA SÁEZ / EA EDICIONES / COLECCIÓN PEQUEÑA OLA / MENDOZA


*Todo comenzó mientras se hundía el submarino. No, me equivoco, todo comenzó con el viento.

*Al crespón también se lo conoce como árbol de Júpiter. Canta con el sol, un poco menos con la lluvia. Su tronco es suave, aterciopelado. Sus flores tienen seis pétalos y los colores de sus copas suelen ser blancos, lilas, rosas, magentas o malvas

*Al otro día, luego de una lluvia intensa, caminé sobre la tierra húmeda. Me sentí como un astronauta despistado mientras los pájaros zumbaban alrededor

*Una mañana me dediqué, durante largos momentos, a contemplar a una vaquita de San Antonio. Caminaba sobre mi piel. Me concentré en sus colores (con predomino del naranja), en la sensación que me provocaban las cosquillas ínfimas de sus patitas. Me hubiese gustado abrazarla, pero ella me conformó pronosticando un futuro cercano y mejor

*Junté tazas viejas de porcelana y me acordé del conejo blanco, el de Alicia. Pinté macetas húmedas y huecas. Apilé leña bajo el laurel. Allí mismo, en el jardín secreto, quise revivir un nogal. No lo logré, pero pinté un muñequito azul saltando sobre un ladrillo. Mi ánimo se reconquistó. Dejé de tener esa sensación de astronauta hundiéndose en el fango. Y entonces recuperé mi velocidad.

*Fui a meditar entre las rocas y el río. Allí escuché el viento, leí, compuse canciones con el ukelele que no sé tocar.

*Luego de eso estuve inmerso en una extrañeza serena, diáfana. El cielo se tiñó de lilas, el sabor del arroz se acentuó, los eucaliptos flotaron.

*El río Quilpo tenía un caudal de agua magnífico. Un céfiro, hijo del viento, se detuvo para seguir su camino. Un sol deslumbrante subrayaba el mediodía. Se podía nadar. Me arrojé al agua, floté, extendí mis brazos y piernas, los sincronicé y volé a la otra orilla

UN CRESPÓN Y EL VIENTO / NICOLÁS GARCÍA SÁEZ / EA EDICIONES / COLECCIÓN PEQUEÑA OLA / MENDOZA

 


Traducción al inglés (inédita): Cecilia Cartwright*

Texto en castellano: Nicolás García Sáez

Especial para Los Verdes Platónicos y Los Verdes Paralelos

 

Fragmentos recientemente publicados de ¨Un crespón y el viento¨, ahora traducidos maravillosamente al idioma de Ugo Fóscolo y Adelbert von Chamisso

Nicolás García Sáez

*Tutto è iniziato mentre il sottomarino affondava. No, mi sbaglio, tutto è iniziato con il vento.

* Il crespón è conosciuto anche come albero di Giove. Canta al sole, un po' meno sotto la pioggia. Il suo tronco è morbido e vellutato. I suoi fiori hanno sei petali e i colori delle chiome sono solitamente bianco, lilla, rosa, magenta o malva.

 * Il giorno dopo, dopo una forte pioggia, ho camminato sul terreno bagnato. Mi sentivo come un astronauta sprovveduto mentre gli uccelli mi ronzavano intorno.

 * Una mattina ho trascorso lunghi momenti a contemplare una piccola mucca di San Antonio. Camminava sulla mia pelle. Mi sono concentrato sui suoi colori (con una predominanza di arancione), sulla sensazione che mi provocava il piccolo solletico delle sue zampette. Avrei voluto abbracciarla, ma mi ha confortato predicendomi un futuro prossimo e migliore.

 * Ho collezionato vecchie tazze di porcellana e ho ricordato il coniglio bianco di Alice. Ho dipinto vasi umidi e vuoti. Ho accatastato legna da ardere sotto l'alloro. Proprio lì, nel giardino segreto, volevo far rivivere un albero di noce. Non ci sono riuscita, ma ho dipinto una bambolina blu che saltava su un mattone. Il mio spirito era riconquistato. Ho smesso di avere la sensazione di un astronauta che affonda nel fango. E poi ho riacquistato la mia velocità.

* Sono andato a meditare tra le rocce e il fiume. Lì ho ascoltato il vento, ho letto, ho composto canzoni con l'ukulele che non so suonare.

 * Poi mi sono immerso in una stranezza serena e diafana. Il cielo si tingeva di lilla, il sapore del riso si accentuava, gli eucalipti galleggiavano.

 * Il fiume Quilpo aveva una magnifica portata d'acqua. Uno zefiro, figlio del vento, si fermò per proseguire il suo cammino. Un sole abbagliante sottolineava il mezzogiorno. Era possibile nuotare. Mi buttai in acqua, galleggiai, allungai le braccia e le gambe, le sincronizzai e volai verso l'altra sponda.

…………………………………………..

* Alles begann während des Untergangs des U-Boots. Nein, ich habe mich geirrt, alles begann mit dem Wind.

* Der Kreppbaum ist auch als Jupiterbaum bekannt. In der Sonne singt er, im Regen etwas weniger. Sein Stamm ist glatt und samtig. Ihre Blüten haben sechs Blütenblätter und die Farben ihrer Kronen sind in der Regel weiß, lila, rosa, magenta oder malvenfarben.

* Am nächsten Tag, nach einem starken Regen, ging ich auf dem nassen Boden spazieren. Ich fühlte mich wie ein ahnungsloser Astronaut, als die Vögel um mich herumschwirrten.

Eines Morgens habe ich viel über einen Marienkäfer nachgedacht

* Sie ging auf meiner Haut spazieren. Ich konzentrierte mich auf ihre Farben (mit einer Vorherrschaft von Orange), auf das Gefühl, das das winzige Kitzeln ihrer kleinen Beine in mir auslöste. Ich hätte sie gerne umarmt, aber sie tröstete mich, indem sie mir eine nahe und bessere Zukunft voraussagte.

* Ich sammelte alte Porzellantassen und erinnerte mich an das weiße Kaninchen von Alice. Ich bemalte feuchte, hohle Töpfe. Ich stapelte Brennholz unter dem Lorbeer. Genau dort, im geheimen Garten, wollte ich einen Walnussbaum wiederbeleben. Es gelang mir nicht, aber ich malte eine kleine blaue Puppe, die über einen Ziegelstein sprang. Mein Geist war zurückerobert. Ich hatte nicht mehr das Gefühl, ein Astronaut zu sein, der im Schlamm versinkt. Und dann habe ich mein Tempo wiedergefunden.

* Ich ging zum Meditieren zwischen den Felsen und dem Fluss. Dort lauschte ich dem Wind, las, komponierte Lieder mit der Ukulele, die ich nicht spielen kann.

* Danach war ich in eine heitere, durchsichtige Fremdheit eingetaucht. Der Himmel färbte sich lila, der Geschmack von Reis wurde hervorgehoben, die Eukalyptusbäume schwebten.

* Der Fluss Quilpo hatte einen herrlichen Wasserlauf. Ein Zephir, Sohn des Windes, hielt an, um seinen Weg fortzusetzen. Eine blendende Sonne unterstrich die Mittagszeit. Es war möglich zu schwimmen. Ich stürzte mich ins Wasser, schwamm, streckte Arme und Beine aus, synchronisierte sie und flog ans andere Ufer.

…………………………………………

*Todo comenzó mientras se hundía el submarino. No, me equivoco, todo comenzó con el viento.

*Al crespón también se lo conoce como árbol de Júpiter. Canta con el sol, un poco menos con la lluvia. Su tronco es suave, aterciopelado. Sus flores tienen seis pétalos y los colores de sus copas suelen ser blancos, lilas, rosas, magentas o malvas

*Al otro día, luego de una lluvia intensa, caminé sobre la tierra húmeda. Me sentí como un astronauta despistado mientras los pájaros zumbaban alrededor

*Una mañana me dediqué, durante largos momentos, a contemplar a una vaquita de San Antonio. Caminaba sobre mi piel. Me concentré en sus colores (con predomino del naranja), en la sensación que me provocaban las cosquillas ínfimas de sus patitas. Me hubiese gustado abrazarla, pero ella me conformó pronosticando un futuro cercano y mejor

*Junté tazas viejas de porcelana y me acordé del conejo blanco, el de Alicia. Pinté macetas húmedas y huecas. Apilé leña bajo el laurel. Allí mismo, en el jardín secreto, quise revivir un nogal. No lo logré, pero pinté un muñequito azul saltando sobre un ladrillo. Mi ánimo se reconquistó. Dejé de tener esa sensación de astronauta hundiéndose en el fango. Y entonces recuperé mi velocidad.

*Fui a meditar entre las rocas y el río. Allí escuché el viento, leí, compuse canciones con el ukelele que no sé tocar.

*Luego de eso estuve inmerso en una extrañeza serena, diáfana. El cielo se tiñó de lilas, el sabor del arroz se acentuó, los eucaliptos flotaron.

*El río Quilpo tenía un caudal de agua magnífico. Un céfiro, hijo del viento, se detuvo para seguir su camino. Un sol deslumbrante subrayaba el mediodía. Se podía nadar. Me arrojé al agua, floté, extendí mis brazos y piernas, los sincronicé y volé a la otra orilla

 


Traducción al italiano y al alemán (inédita): Bernarda Nastari*

*Profesora

Texto en castellano: Nicolás García Sáez

Desde Münster (Alemania) , Especial para Los Verdes Platónicos y Los Verdes Paralelos

 

domingo, 17 de septiembre de 2023

Un crespón y el viento / Fragmentos / Adelanto editorial

Nicolás García Sáez

*Todo comenzó mientras se hundía el submarino. No, me equivoco, todo comenzó con el viento.

*Al crespón también se lo conoce como árbol de Júpiter. Canta con el sol, un poco menos con la lluvia. Su tronco es suave, aterciopelado. Sus flores tienen seis pétalos y los colores de sus copas suelen ser blancos, lilas, rosas, magentas o malvas

*Al otro día, luego de una lluvia intensa, caminé sobre la tierra húmeda. Me sentí como un astronauta despistado mientras los pájaros zumbaban alrededor

*Una mañana me dediqué, durante largos momentos, a contemplar a una vaquita de San Antonio. Caminaba sobre mi piel. Me concentré en sus colores (con predomino del naranja), en la sensación que me provocaban las cosquillas ínfimas de sus patitas. Me hubiese gustado abrazarla, pero ella me conformó pronosticando un futuro cercano y mejor

*Junté tazas viejas de porcelana y me acordé del conejo blanco, el de Alicia. Pinté macetas húmedas y huecas. Apilé leña bajo el laurel. Allí mismo, en el jardín secreto, quise revivir un nogal. No lo logré, pero pinté un muñequito azul saltando sobre un ladrillo. Mi ánimo se reconquistó. Dejé de tener esa sensación de astronauta hundiéndose en el fango. Y entonces recuperé mi velocidad.

*Fui a meditar entre las rocas y el río. Allí escuché el viento, leí, compuse canciones con el ukelele que no sé tocar.

*Luego de eso estuve inmerso en una extrañeza serena, diáfana. El cielo se tiñó de lilas, el sabor del arroz se acentuó, los eucaliptos flotaron.

*El río Quilpo tenía un caudal de agua magnífico. Un céfiro, hijo del viento, se detuvo para seguir su camino. Un sol deslumbrante subrayaba el mediodía. Se podía nadar. Me arrojé al agua, floté, extendí mis brazos y piernas, los sincronicé y volé a la otra orilla

 

UN CRESPÓN Y EL VIENTO / NICOLÁS GARCÍA SÁEZ / EA EDICIONES / COLECCIÓN PEQUEÑA OLA / MENDOZA