Mi hermano fue el que
me regaló mi primer libro: Papelucho
de Marcela Paz, ejemplar que aún conservo. Yo esperaba con ansias que saliera
el próximo, garantía de zambullirme en esas aventuras locas. Los releí muchas
veces y -años después- se los dí a leer a mis hijos.
Así también lo hizo con
todos mis hijos, los libros como lazo cariñoso que decían más que las palabras.
Cuando Rodrigo, el mayor, creció, él le regaló una biblioteca que tenía en el negocio de San Telmo. De esa manera, lo
introdujo a los libros antiguos y coleccionables. Encontrarse con su vasta
colección ahora que él no está, fue fuerte.
¿Qué dirán de nuestras
bibliotecas si un ávido espectador se
sumerge en ellas?
Video y voz (inédito):
Rodrigo Scialabba*
Texto (inédito): María
Paz German
*Artista/Coleccionista
Especial para Los
Verdes Platónicos y Los Verdes Paralelos