Hay algo muy pero muy
inquietante en John Mc Inerny: su presencia en el planeta Tierra, en este caso
un barrio amable de la periferia platense, en la provincia de Buenos Aires, y
su personalidad, que desconcierta desde el vamos a quien tienda al facilismo de
querer encasillarlo. Tarea imposible, cumplo en anunciar para ahorrar tiempo de
entrada. John parece medio terráqueo, medio marciano, un extraterrestre
misterioso, sereno y encantador pero…cuando ya pensás que le estás por sacar la
ficha…alpiste, hay que empezar de nuevo. Una joya para los aficionados o
estudiosos de la alteridad este hombre que en ¨El último Elvis¨ deja de ser Mc Inerny
para emular, y así fanatizarse con Presley, siendo, también, mientras quiere
dejar de serlo, un tal Carlos Gutierrez y,
en ese devenir, armar un mix complejo entre ellos dos para luego renacer de sus
cenizas desde el mismísimo Graceland, si, la casita del Rey del Rock en Memphis,
también clonada. Mientras tanto el tipo te enciende una hoguera en el costado
más trémulo y sensible y te hace lagrimear con el mejor final que he visto
entre todos los finales que ofrece el cine nacional.
¿Pero cómo funciona
esto? Cuando era un niño hizo un viaje a Memphis (la cuna de Elvis) junto a su
familia. El sueño del pibe. Días más tarde, en Fort Lauderdale, luego de un
recital, le dio la mano a su tocayo Johnny Cash, quien, además, le regaló un
autógrafo. Todavía debe sentir ese apretón ya que es una anécdota a la que
recurre con entusiasmo de fan. John, Verde Honorario, puede ser el compendio y
luego el epítome, o viceversa, o ambos entremezclados, claro, de quien se sitúe
en ese deseo entusiasta (y tan humano) que anhela el firmamento desde -ya
instalado en la ficción- el mero anonimato de un ser común, corriente, conectado
a la sed (¿inalcanzable?) de la trascendencia. Muy estimulado por su coach
Maricel Alvarez (fichada por Woody Allen y co protagonista, junto a Javier
Bardem, de Biutiful, la pelicula del Oscarizado y globalizado Gonzalez
Iñarrirtu que, de un modo u otro, sobrevuela en este film) se preparó durante
meses junto a ella para aterrizar transformado en el set. Todos los datos son
detalles que colaboran a establecer un concepto para delinear, y luego intentar
comprender, la metamorfosis de un no actor en un Gran Actor. Mc Inerny se
encargó de llevar hasta sus últimas consecuencias (al menos en el film) su
debut con el protagónico arrollador en esa película de factura impecable,
siempre emotiva, que es ¨El último Elvis¨, ópera prima del nieto de Armando Bo.
¿Todavía no la vieron? Recomendarla es poco. Inaugural en el Bafici, premiada
en Europa, alabada en el Festival de Sundance, estrenada en Japòn y etcéteras. Allí,
Mc Inerny pasó de ser el arquitecto con un buen trabajo en un estudio
prestigioso (su trabajo real) y el frontman de la banda tributo ¨Elvis Vive¨, a
ser seleccionado por la BBC como uno de los mejores clones de Presley, para
luego ser el operario ficticio de una fábrica del conurbano bonaerense, que
tiene que lidiar con el maravilloso timbre de voz obsesionado (junto al resto
de su cuerpo, mente, corazón y alma) con el rey del Rock. Tengo algunas dudas.
Y me pregunto, también, mientras escribo estas líneas, si luego de todo el
jaleo del estreno, la difusión, los festivales internacionales y las repercusiones
habrá alguien ahora que lo imite a John Mc Inerny, poseedor, a esta altura, de
un rico y contundente universo personal. Mejor se lo pregunto a él
-Hay un antes y un después
en tu vida luego de ¨El último Elvis¨. Imagino a un imitador emulándote a vos
mientras cantas las canciones de Presley. ¿Sucedió algo así o lo imaginaste
alguna vez?
John: Si, la trascendencia a nivel mediático que genera la película lleva a que
mi grupo "Elvis Vive" llene los lugares donde se presenta, entre
otras cosas. Nunca imaginé a alguien imitándome a mí, no creo que lo que haga
sea tan importante como para que eso se de en la vida real.
-Sos reconocido en el
ambiente musical de La Plata (cuna de grandes músicos del rock nacional) por
las actuaciones junto a tu banda tributo. Al fin y al cabo ya tenés tu lugar
estelar, partiendo, en principio, de ese microcosmos ¿Cómo te llevás en el
escenario con John vestido de Elvis cuando alcanza esos picos máximos en los
que, para mi gusto, por momentos, canta incluso mejor que Presley?
John: La película y los
años que llevo haciendo música en los escenarios de La Plata me hacen ser un
poco reconocido. En el escenario me siento muy cómodo porque hago lo que me
gusta, y eso no tiene precio. Muchas gracias por lo que decís pero nunca voy a
cantar mejor que Elvis Presley. Èl es, fue y será el Rey.
-Y al bajar de ese
escenario platense… ¿Qué te sucede? ¿Recordás cada tanto a Carlos Gutierrez, tu personaje magistral en
¨El último Elvis¨?
John: Lo primero que me
sucede es sentir cansancio, nunca me guardo nada, doy hasta lo último que tengo
en cada show. No recuerdo a Carlos Gutierrez, aunque si tal vez me acuerde de alguna situación graciosa
del rodaje, las escenas más divertidas eran donde había música, ahí siempre se
armaban mini shows. Escenas difíciles no hubo ya que fue todo muy ensayado con
Maricel Alvarez.
Ya pasaron algunos años
desde el estreno de ¨EuE¨ y todo lo que sucedió después. ¿Estás preparado para
una nueva convocatoria? ¿Hay alguna propuesta firme para filmar una nueva
película?
John: Siempre
estoy preparado, de hecho no actué, pero en la película de Francella y Julieta
Diaz, "Corazón de León", y en la última de Armando Bo (nieto) ,
"Animal", intervengo en la banda de sonido. Por suerte siempre estoy
con propuestas que llevan su tiempo lógico de maduración.
¿Están trabajando en
algún disco nuevo con ¨Elvis Vive¨?
John: Estamos terminando
de ecualizar y masterizar un disco grabado en vivo, en Ciudad Vieja, un bar de
La Plata donde siempre nos presentamos.
Antes de fin de año creemos que estará listo.
Acaba de pasar el día
del niño. ¿Qué le dirías a John Mc Inerny cuando daba sus primeros pasos, imitándolo
a Elvis, allá, en su infancia?
John: Le diría que siga
haciendo lo que le gusta, seguramente será un camino largo y con obstáculos,
pero eso se suplanta con la satisfacción de hacer lo que uno quiere. Las oportunidades
van a llegar, solamente hay que estar alertas y listos para cuando sucedan.
Nicolás García Sáez
Imagen: cortesía John Mc Inerny