Cuando
escucha el clamor de los campos que arden, el aire agoniza en postales de humo.
Insomnios que gritan piedad, en las
llamas sigue trepando la tierra desgarrada. Y en lugar de medir su impotencia…sigue
sembrando. Eligió no resguardarse, interceder, abrazar a los árboles que
sangran sus ramas, hijos calcinados en la
furia del fuego, que levantan sus manos al infinito del Universo,
invocando las fuerzas para que germine
un romance entre los vientos solares y
las lluvias, ahora vestidas de gala.
Silvia Chaher
Especial para Los Verdes Paralelos y Los Verdes Platónicos
Tinta china con acuarela: Nicolás García Sáez