El Pacífico, desde
arriba, se ve majestuoso, la ciudad y su gente me cuentan mil historias sin
contar.
Bajo el cerro y me pierdo en esos pasillos llenos de
dibujos y graffitis que hablan de sueños y utopías que a veces se lleva el mar.
Las escaleras parecen no tener fin. Aparezco en el
puerto, delante de una vidriera salida de noches con bruma y olor a comidas
guardadas en la memoria.
Una figura vaporosa prepara frutos del Pacifico.
Valparaíso la tierra natal de mi padre.
Me siento como en casa.
Texto y foto (inéditos): María Paz German
Especial para Los Verdes Platónicos y Los Verdes
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