lunes, 20 de enero de 2025

David Lynch: alba en la profundidad


Soy más admirador de lo que recordaba.

En estos días leo y veo y escucho material dedicado al gran director de cine y me doy cuenta que leí, vi y escuché casi todas sus películas, varias de ellas más de una vez. Además de descubrir nuevas pinturas, música adelantadísima a su tiempo y palabras que te acercan al fondo de sus fructíferos abismos mentales, pongo el foco en el transitar profundo y apasionado, que luego Lynch compartía gracias a la meditación trascendental.

Entre 2007 y 2009 recorre dieciséis países para difundir un excelso y amplio mensaje de Paz, Creatividad y Meditación. La idea y su desarrollo es todo, concatenarlas son los puentes hacia la Maravilla. Lo dice varias veces y de distintas maneras, en Rusia, en Israel, en Brasil, en todas partes, con humor, con ingenio, con la voz de un buzo lúdico y mágico que sabe donde estuvo, moviendo los dedos de sus manos, como si fuese un pianista del cosmos onírico o una araña tocando una cuerda que luego repercutirá en la inmensidad.

Me resulta muy curioso que Obama haya ganado el premio Nobel de la Paz en 2009, me resulta aún más curioso que el cráneo de Twin Peaks ni siquiera haya sido nominado para el del 2010.

A pocos días de su cumpleaños (sería hoy, 20 de enero) este acuariano, casi Capricornio, se nos fue, pero antes hizo de todo y tuvo la gran fortuna de poder difundirlo y compartirlo con el mundo, me refiero a la parte curiosa y sensible de este planeta. Sus misceláneas, siempre  inspiradas, cabalgando sobre peces dorados, la inabarcable inquietud que intentaba, además de sus meditaciones diarias, calmar con tabaco.

Cuando era adolescente yo siempre decía que mis pelis favoritas eran The Wall y El hombre elefante. La vida de John Merrick fue triste, cautivante, la interpretación/traducción que hace David Lynch es magistral, una perla cultivada en lo más radiante de su hemisferio.

¿Sos de los/las que nunca vieron una oreja rebanada sobre el terciopelo azul? Las puertas se han abierto y rinden pleitesía a un irrepetible creador de universos paralelos y diletante de las sombras luminosas. En el oxímoron de su propio bentos abisal, encontró respuestas que alumbraron y encendieron a varias generaciones y ahora se expanden hacia horizontes infinitos.

 

Texto y boceto: Nicolás García Sáez


https://www.nicolasgarciasaez.com/david-lynch-alba-en-la-profundidad/