martes, 14 de enero de 2020

Hoy nos visita la talentosa actriz, directora y dramaturga Gabriela Izcovich




¿En qué momento decidís ser actriz?
 Decidí ser actriz desde muy chiquita, ya estando en el secundario tenía la convicción de que eso era lo que quería hacer. Hubo algún momento en el cual dudé, pero después me reafirmé y entré en lo que antes era el Conservatorio, y que ahora es el UNA. Hice toda la carrera en ese espacio, y de ahí en más no paré.

¿Cuál fue tu primer trabajo en cine?
Mi primer trabajo en cine fue un papel muy chiquito, en una película de Sergio Renán que se llamó ¨El sueño de los héroes¨, basada en la novela de Bioy Casares.

¿Qué anécdota destacás entre tus trabajos cinematográficos?
Para mí la anécdota más importante ligada al cine es cuando me llaman para hacer un casting en ¨Tiempo de valientes¨. Yo no quería hacerlo, no era muy conciente de quien era Szifron (Damián, el director de ¨Relatos Salvajes¨, entre otras) ni tenia conciencia de la envergadura de esa película. Por eso mismo me negué. Entonces ellos volvieron a pedírmelo, yo volví a decirles que no, les dije que si querían verme como actuaba que viniesen al teatro. Vino a verme gente de producción, y volvieron a insistirme, explicándome que el casting tenía que ver con cómo daba en cámara. Me mandaron el guion, lo leí, me encantó, les volví a decir que yo casting no iba a hacer, que si ellos estaban tan seguros que directamente me contrataran. Me puse muy cabeza dura con ese tema y ellos insistieron, me dijeron que vaya, que aceptara hacer una prueba de cámara, cosa que hice. Finalmente terminé haciendo un casting que duró como dos horas, y que fue buenísimo, con un director muy bueno. A los pocos meses me llamaron para decirme que había sido seleccionada para la película. Y entonces tomé conciencia de la importancia de ese trabajo, y de la genialidad de Szifron, estando ahí, trabajando in situ.

Sos intérprete, dramaturga, directora, adaptadora…a menudo ejercés esos roles en una misma obra. ¿Cuál es el ingrediente primordial para llevar a cabo esa faena sin sucumbir entre los intentos?
Yo hago un poco todo, tiene que ver más que nada con mi personalidad: soy muy emprendedora y muy abarcadora. Creo que también tiene que ver con que nunca espero a que me llamen para hacer nada, siempre fui muy autogestora. Me gusta mucho elegir a la gente con la que quiero trabajar, me gusta elegir los materiales, y es muy difícil poder hacer eso cuando no sos nadie, es muy difícil hacer un proyecto pudiendo elegir todo. Eso fue lo que hizo que yo escribiera, y dirigiera y actuara en mis proyectos. Siempre me gusta imaginar el escenario total de las cosas, la elección de los actores, muchas veces escribo sabiendo quienes van a actuar, escribo también sabiendo como quiero que sea la puesta. Es toda una característica mía en donde esos roles no se pueden escindir, están todos muy pegados. Algo que a mí también me gusta muchísimo es trasladar la teatralidad desde la narrativa. Soy muy lectora de novelas, de cuentos, la narrativa me fascina y mi cabeza es muy teatral. Yo estudié en plena dictadura militar y muchos autores estaban prohibidos, uno no podía hacer nada prácticamente, así que supongo que todo ese horror contribuyó de una manera positiva. Pensé que si no podía hacer nada…entonces me lo inventaba.

¿Tenés algún método, alguna disciplina a la hora de sentarte a escribir o dejás todo al libre albedrío de las circunstancias?
Yo me siento y no sé lo que voy a hacer, no tengo ni idea, empiezo a escribir como si fuera a volcar una cantidad de cosas y nunca sé tampoco que va a pasar, ni cómo va a seguir, ni cómo va a terminar, me meto ahí a navegar. Justamente ayer mi madre me preguntaba acerca de eso, mientras yo le leía escenas y le comentaba que no sabía lo que va a pasar después. Siempre me aparecen las ideas estando sentada y tipeando, nunca antes. Lo que si me pasa es que la escritura siempre se termina pero…bueno, en los ensayos, por más que yo arranco el trabajo con un guion muy claro y con los actores que ya aprendieron bien los textos, nunca improviso. Pero después si modifico mucho (en los ensayos), y también modifico una vez que estreno, sigo haciendo modificaciones permanentemente de cosas que veo que pueden andar mejor en función de la práctica , de lo que voy viendo.

¿A que actrices y actores, dramaturgos/as o directores/as admirás?
La veo a Meryl Streep actuar y me encanta. Y me pasa esto con muchos actores de acá y de afuera. No te puedo decir de alguno que ¨me fascina todo, es mi actor preferido o mi actriz preferida¨, no creo en eso, todos vamos mutando, hacemos cosas buenas y de pronto no tan buenas, lo mismo me pasa con los escritores o con los dramaturgos. A mí me gusta muchísimo Pinter y hay dramaturgos de acá, colegas míos, que me gustan, y que de pronto veo cosas que no me gustan, y lo mismo les pasará a ellos con mis dramaturgias, ¿no? Así que no tengo una predilección especial por nadie y la tengo por todos también.

¿En qué estás trabajando ahora?
Estuve haciendo ¨Mar distante¨, todo el año pasado, una obra mía. Te puedo contestar acá lo anterior, Yo siempre trabajo con mis actores preferidos, que muchas veces son mis amigos, en este caso el elenco de ¨Mar distante¨: Marcelo Bucossi, Roberto Castro, Mercedes Fraile, Daniel Goglino, son actores deliciosos con los que yo me siento a gusto, de hecho hice una obra anterior con ellos y ahora estoy escribiendo otra que se llama ¨Leonor¨, que la vamos a empezar a ensayar en febrero o marzo. Ellos sí son actores muy preferidos para mí. También acabo de estrenar a fin de año una comedia que se llama ¨La inquietud de la ausencia¨, que la tuve que hacer un poco apurada porque me había ganado el subsidio de Sagai y me obligaron a hacer dos funciones, que ya las hice, y ahora hago el estreno correcto en marzo, con Eugenia Alonso y Esteban Meloni, actores a quienes quiero muchísimo y con los que trabajé en otras oportunidades, incluso en España, y Fabián Arenillas, con quien también ya trabajé en otra obra mía. Así que bueno, estos son, en principio, los proyectos: ¨Mar distante¨, ¨La inquietud de la ausencia¨ y ¨Leonor¨.


                                                                                                      Nicolás García Sáez 

Foto: gentileza Gabriela Izcovich