jueves, 24 de noviembre de 2022

Aliento

En la isla inundada de Reunión, escuchándote, con la totalidad del Silencio. No vaya a ser que lo que salga no sea, ni por asomo, lo que crea que pueda poder decir. Caímos en la cuenta de lo que dijimos, cuando lo dijimos. Allí pudimos dar Testimonio de los remedios. ¿O no tenemos remedio?

La Palabra habita la capacidad de entrar en la caja mágica, codifica, emite codificada, llega con más o menos onda a receptores, como partículas. ¿Seremos capaces de dimensionar la magnitud de nuestras audiencias?

Apenas podemos discernir qué es ser auditados con carácter legítimo. Anhelamos profundamente tener llegada, allí, como destino, podemos apreciar la calidad, todo toma la temperatura apropiada.

¿En calidad de qué o de quién emito? ¿En calidad de qué o de quien recepciono?

Hay desórdenes milimétricos que nos tienen como funambulistas, por el eje, como rail en función de la palabra. Nos toca el bulbo raquídeo con su aliento pasando por escurridizos pasajes, como los bucles como rediles. Alberga la ingravidez inmutable inexplorada, reabre expedientes como indicios, un principio de Delta, un deltoideo resbaladizo, un patinazo de aquellos, siempre inconcluso en los recibos donde refugiarnos. Solo nos queda desearnos Suerte

 

 

Texto (inédito): Ruth Moratilla Sanz

Imagen (inédita): Analía Saharrea

Especial para Los Verdes Paralelos y Los Verdes Platónicos