El tsunami nos salpica y no logramos
ver la pared de agua. Estamos frente a un movimiento ideológico y cultural. La
agenda promete la fusión entre lo biológico y las nuevas tecnologías, al
parecer, procura transformar al hombre y cambiar para siempre la historia de la
humanidad. Se pretende rediseñar la
condición humana. Según sus defensores, se trata de un amplio proyecto de
mejora del ser humano actual en todos sus aspectos. Podríamos pensar en ciencia
ficción, pero no, el proyecto está en marcha, a nivel global, en laboratorios,
universidades, centros de investigación y empresas.
Uno de los últimos objetivos es
dejar atrás el cuerpo físico, descargar lo que supuestamente creen que son en
algún dispositivo tecnológico y vivir eternamente en mundos virtuales. Sus
patrocinadores promulgan que el cambio hacia ello es inevitable. Esto puede
resultar fascinante para quienes se conciben como simple materia, pero no para
quienes llevan una vida espiritual y entienden que son mucho más de lo que se
puede ver.
¿Qué pasará con el nuevo mundo? No
lo sé. ¿Y el libre albedrío? El libre albedrío es intocable, tendrán que
permear las mentes. Algunos tomarán ese tren y otros no. ¿Cómo decidir lo
mejor? La respuesta es demasiado simple, me remito a las palabras de Carl Gustav
Jung: “Tu visión devendrá clara solamente cuando mires dentro de tu corazón…
Aquel que mira afuera, sueña. Quien mira en su interior, despierta”.
Texto (inédito): Laura Chiavetta
Imagen (inédita): Marcela Herrera*
*Artista plástica
Especial para Los Verdes Platónicos
y Los Verdes Paralelos