En algún fortín perdido del sur, un puñado de
hombres del ejército argentino resiste el ataque de los indios, el hambre, las
enfermedades y la desesperación. Con muy poco a lo cual aferrarse, un
comandante intenta mantener alta la moral de sus soldados, pero la inocente
deserción de uno de ellos –que pretende irse para ver a su mujer y a su hijo–
desencadena el conflicto. Este se agudiza cuando, en un mundo de hombres,
irrumpe una mujer, una actriz extranjera que se ve obligada a detenerse en el
fortín con su compañía de teatro. Ella será la encargada de preparar el festejo
de la fiesta patria y para eso elige una obra de Shakespeare. Hablábamos de
antinomias; La voluntad recoge la oposición fundante, madre de
todas las otras: civilización y barbarie. Los indios y los blancos, lo
extranjero y lo nacional, lo individual y lo colectivo, y lo masculino y lo
femenino gravitan en el texto de Halac dándole a la obra una dimensión
profunda.
Adriana Santa Cruz, Leedor.com
Un mundo fantástico que cruza historias de
actores, soldados, en un ámbito circense donde no falta la música popular. Todo
ello se mixtura en la pieza La voluntad (tal el título
original) de la dramaturga Eva Halac. La creadora imagina a la actriz Sarah
Bernhardt recorriendo con su compañía teatral el sur argentino en tiempos de la
Conquista del desierto. Un grupo de soldados apostados en un campamento que es
acosado por los indios prepara los festejos por el 25 de Mayo y espera la llegada
del presidente Julio Argentino Roca. Pero un día antes del acto todo se
trastoca. La intérprete desencadena una serie de situaciones inesperadas y la
celebración se va marchitando poco a poco mientras un comandante busca ordenar
a una tropa que, termina convirtiéndose en parte del equipo teatral que
intentará representar Hamlet.
Carlos Pacheco, La Nación
Un grupo de actores virtuosos, una escenografía
súper atinada para el contexto y músicos acompañando la acción hacen de La
Voluntad un viaje exquisito a la vieja Argentina. Hay
muchos guiños sobre el mundo teatral que generan empatía y risas en el público.
Farsa Mag
Inspirada libremente en Sarah Bernhardt, la actriz
de La voluntad batalla a favor de una cultura que los personajes criollos no
pueden entender más que como “un bien lejano y extranjero”, como adjetiva
Halac, lo cual convierte a la cultura en “un espacio sagrado e inamovible,
incapaz de comprender lo humano”, según señala la autora. De allí el desajuste
cultural que se produce entre las partes, una tensión que la puesta
enriquece en gran medida apelando a situaciones de humor.
Cecilia Hopkins, Página 12
El teatro y su gran mascarada, convierte en farsa la
tragedia, y con el recurso de la metateatralidad el texto impone su mirada de desamparo
ante la realidad. Los personajes cargan con un peso específico diferente, que
nivela para abajo en la figura del comandante y hace sobresalir a la mujer que
tiene sobre sí, la cultura y la civilización de muchos pueblos. La puesta se
basa en la palabra, en el encuentro personal entre ambos, contienda que dejará
inerte a lo propio, herido literalmente. ¿Quién es esa mujer que parece conocer
el mundo entero?
Luna Teatral