domingo, 15 de agosto de 2021

Cadaver exquisito, colectivo y espontáneo probablemente inspirado en alguien muy poco exquisito

El batracio abotagado va y viene, se altera y miente con su voz de flauta afónica, perturbada, ya ni siquiera repercute en el coro abyecto de focas obsecuentes y obsecuentas que lo aplauden, o aplaudían. Su bigote de militar acomplejado es espejo que refleja engaño, sea el batracio de laguna de ignorancia, o aquel de flauta agónica, aquellos que, como corderos, o ratas encantados y encantadas por el flautista de Hamelin se empañan. Me extraña, dijo la araña, fanática y sumisa. Su todo es inmoral, criminal, insano. Profesor de la mentira dice haber cometido un error cuando lo suyo es un delito atroz. ¿Cuántas personas murieron en soledad? ¿Cuántos se fueron del país? ¿Cuántos niños sin colegio? ¿Cuántos profesionales nos perdemos sin universidades? ¿Cuántos quebraron? ¿Cuántos sueños destrozados? Nos desarmaron, nos rompieron... ¿hasta cuando vamos a soportar este dolor? Perro cara de bulldog, que ladra en versos y muerde con dientes podridos a su pueblo. Gato, otro más, fabricantes de pobres, son lo mismo, es el montón con ruido ronroneo que obstaculiza los sueños de cualquier Argentino. Musaraña con bigotes que rozan, con mucho filo, lastimando trabajadores, limpios, nobles, sanos. Zorro, que finge dar maíz a las gallinas, a las que luego despluma y devora. León de cotillón, de  circos con falsas actuaciones y público careta que aplaude su cinismo. Pretende inspirar aires de autoridad inexistentes y a la vez quiere parecerse a un cordero en las antesalas de su propio degollamiento. Inconsistente, cada letra que emana de su bocaza, por sufrir un evidente embotellamiento cerebral, de excusas expiatorias. Así las cosas el batracio camaleón, orondo, orejoso por las fiestas que parió, tiene el tupé de decir: “yo no miento” . Cien, o mil, cien mil, que importan cuando bajo las mantas tuviste el tiempo suficiente de desandar desafortunados todos tus toques de queda. Si dejaste que la lasciva desayune en tu mesa mientras te lamentabas de cualquier cosa, ahora ya es tiempo de caminantes decididos. Contestame,  ¿para qué viniste? ¿vamos a dejar que esta era de plomo liquido resquebraje nuestras venas? ¿qué jugo insípido me vas a ofrecer? No volvamos a las palabras viejas, prefiero un viento fiero en la cara y correr desesperada por la calle gritando nombres a esta quietud desahogada de diván y llame ya. ¿Entendido Darling? Cual señuelo para peces moribundos, imprimía en el suelo su figura desgastada. El traje verde oliva que lucía y su dedo acusador que replica otros tiempos, el descaro y cobardía, la escena más bizarra de obediencia y sumisión. Batracio (con tode nuestro respeto hacia los batracios de verdad) que quede bien clarito: Nunca Más.

 

Cadáver Exquisito (inédito): Colectivo Cultural Los Verdes Platónicos y Paralelos

Ilustración (inédita): Irupé Roch