Hace algunos días terminé de leer “24 horas con mi Álter ego y mi Súper
yo”. El título de esta obra de teatro, de Nicolás García Sáez, ya me generaba
intriga, de antemano imaginaba un diálogo interno y complejo. Me vi gratamente
sorprendida por el formato en que está escrito, lírico, coloquial y provocador,
una propuesta que invita a sumergirte en ese mundo intenso y tormentoso de los protagonistas,
que es uno solo, en donde la luz y la oscuridad hacen el amor durante 24 horas,
sin respiro, una montaña rusa de emociones para el que la vive y para el que la
lee.
A medida que avanzaba con el texto, fui ingresando en ese living oscuro, un ambiente sórdido del que se puede salir…pero no se
quiere, allí los diálogos son demasiado interesantes, la condición de voyeur me
hacía permanecer expectante, seducida, pude sentir que estaba en la escena, muy cercana a los
personajes, o al personaje, será que Yo, Álter Ego, el Súper Yo actúan como un espejo de mis propios diálogos
internos, que muchas veces van y vienen en forma reiterativa, casi en espiral. Un texto brillante, lúdico e inteligente, me
encantó su humor negro, por momentos sentí mi propia sombra escorpiana y luego
percibí el alivio al encontrarme con unos párrafos amorosos y poéticos, que
cada tanto volveré a releer. El
Ello, el Complejo de Superioridad y el Complejo de Inferioridad también son bienvenidos
a la fiesta introspectiva.
Leo y aplaudo la valentía del autor y la de sus protagonistas,
o su protagonista, que se permiten interactuar durante 24 horas ininterrumpidas
y pensar y luego decir lo que quieren, lo que sienten. Algo que ninguno o muy
pocos de nosotros nos permitimos en
algún momento de nuestras vidas, aunque quisiéramos abordar con urgencia
nuestra propia introspección.
Decidí llevar esta obra de teatro a mi casa del Delta y dejarla a mano
para los turistas que la visitan con frecuencia, lugar ideal para la lectura y,
por qué no, para la contemplación de uno
mismo.
Texto (inédito): María Paz German
Diseño de tapa: Carina Ponieman
Especial para Los Verdes Platónicos y Los Verdes Paralelos