Hace un par de semanas (dentro de nuestra Mega Cofradía interconectada, que reúne al Colectivo Los Verdes Platónicos, a Los Verdes Paralelos, a la editorial Sátira y Musa y a la editorial Oliverio) hablamos de silogismos y sinergias. En esa interconexión, la sinergia es, claro, la materia prima, el quid del asunto, la semilla que crece en cámara lenta o a un ritmo trepidante.
Hace varios días detectamos un detalle que nos llamó gratamente la atención: nuestra querida Leticia López Margalli aparecía con tenues neones, y aun así titilantes, en la plataforma más popular de Streaming. Su nueva serie ¨Tríada¨, estaba posicionada como la número 1 en ese momento y hoy mismo sigue, inamovible, en ese puesto number One. Nétflix y Oliverio, un solo Corazón.
Leticia López Margalli es una guionista mexicana, intensa y profunda, ultra talentosa y exigente con su trabajo, reconocidísima a nivel mundial. Algunos de sus preciados laureles recuerdan que es la coautora de ¨Las Aparicio¨, obra que, sin exagerar, hizo tambalear varios paradigmas de su país y de buena parte de la comunidad de habla castellana que habita en los Estados Unidos. Trabajó además con Hollywood y el cine europeo.
Así las cosas, Leticia también es una de las prologuistas de ¨Netuno e as Faunas¨, el último poemario bilingüe de Nicolás García Sáez
Dijo Leticia, en su prólogo para ¨Netuno e as Faunas¨
No sé juzgar poesía. Soy, más bien, escritora de televisión, y en ese lenguaje que me es más conocido, puedo hacer mi reseña: me conmovieron mucho “Un gato” y “Una tortuga”, pequeños homenajes a la ternura. El “Poema que pudo haber soñado un ex presidente¨, con la aparición de Bolivia pidiendo su salida al mar. La presencia de dos que tres dignatarios derrotados, unos en Grecia, otros en América Latina. La historia trágica de amor que se intuye detrás de los delfines amarillos. Melancolía, un toque de humor por aquí, por allá. Me encanta –como en las series de suspenso– cuando una línea que no esperaba se agazapa tras una puerta y me sorprende de pronto. Y como no sé juzgar poesía, supongo que la buena es aquella que convoca imágenes, atmósferas. El olor de un color o el sabor de la brisa. Y en este recorrido encuentro poemas que saben a líquenes, a rocas, a sal, que evocan aguas color de musgo, el viento frío, graznidos de aves que me son desconocidas, que tal vez nunca llegue a escuchar. El mar argentino, pues. Me pasó lo mismo con Mutis, su Maqroll el Gaviero, esa sensación de viajar a mares remotos. Viajar, lo más sublime que nos brinda la literatura. Hoy me permití viajar con los poemas de Nicolás García Sáez.
Leticia López Margalli
Y así se tradujo su prólogo, maravillosamente, al portugués
Não sei julgar poesia. Sou, digamos assim, escritora de televisão, e nessa linguagem que me é mais conhecida, posso fazer minha resenha: comoveram-me muito “Um Gato” e “Uma Tartaruga”, pequenas homenagens àternura. O “Poema que Pode Ter Sonhado um Ex-presidente” com o aparecimento da Bolívia pedindo sua saída ao mar. A presença de alguns dignitá- rios derrotados, uns na Grécia, outros na América Latina. A história trágica de amor que pode se intuir por trás dos golfinhos amarelos. Melancolia, um quê de humor aqui e acolá. Adoro –como nas séries de suspense– quando uma linha que não esperava, entocada atrás de uma porta, aparece de repente e me surpreende. E, como não sei julgar poesia, suponho que a boa poesia é aquela que convoca imagens, atmosferas. O aroma de uma cor ou o sabor da brisa. E neste percurso, encontro poemas com gosto de liquens, de rochas, de sal, que evocam águas cor de musgo, o vento frio, grasnidos de aves que me são desconhecidas, que talvez nunca venha a escutar. O mar argentino, então... O mesmo me aconteceu com Mutis, seu Maqroll o Gajeiro, aquela sensação de viajarmos a mares remotos. Viajar, a coisa mais sublime que a literatura nos fornece. Hoje me permiti viajar com os poemas de Nicolás García Sáez*
Leticia López Margalli
*Traducción al portugués: Paola Arbiser
Imágenes tomadas de la tv