Siempre me interesaron
las fotos antiguas, arquitectónicas, históricas y de archivo familiar. En este
caso, tengo muy pocas fotos familiares de la infancia, de hecho tengo una sola
con mi familia, donde estamos los cuatro.
Mi padre nunca me sacó
una foto, no va cómo reclamo, ya que fue el que más me regaloneó, me contaba
cuentos de noche y en las cálidas noches de campo jugábamos al dominó y
mirábamos las estrellas. Las pocas que tengo, imagino porque no lo sé, las
sacaba mi tío Pedro.
Curiosamente, con el
devenir del tiempo he perdido muchas, miles de fotos, porque han quedado en
otra casa como botín de guerra, por culpa de la tecnología (¡oh endemoniados
discos rígidos!), sistemas operativos que se estropean sin razón.
Me pregunto siempre
cuantas imágenes se perderán a pesar de los 3.000 millones de fotos que se
comparten diariamente hoy en las redes sociales. Perdimos la costumbre de
imprimir, Nos confiamos ingenuamente en una nube.
Hay que ponerse a
pensar como protegemos nuestro acervo de imágenes para que nuestros sucesores
nos recuerden.
Hace un tiempo encontré
en la calle una caja con diapositivas , actividad que hago con frecuencia
tratando de recuperar imágenes que ya a nadie le importan. Al llegar a casa me puse a mirarlas, para mi
sorpresa tenían mucha similitud con mi vida.
Recordé cuantas pérdidas
y omisiones había tenido y armé una historia autobiográfica, me armé un pequeño álbum
familiar, un álbum inventado con
recuerdos certeros e imágenes nunca sacadas.
¿Dónde irán nuestras
fotos, dónde las que ya nadie quiere mirar?
Texto y video
(inéditos): María Paz German
Especial para Los
Verdes Platónicos y Los Verdes Paralelos
https://losverdessonlosverdes.blogspot.com/2022/11/las-fotos-que-nadie-quiere-mirar.html
Primera parte