sábado, 29 de agosto de 2020

Tejiendo


De Paraguay a Chennai / enunrayodeluz / selva, modulación, frecuencia / el tiempo no para / resiste / no existe / punto

 palabra / ficción / señalamiento / este y otros / redes / cubriendo redes / tejiendo colores

 amar / temer / partir / viento / tanto silencio / cada día / día a día / incierto, incompleto / bello


 Texto y pintura: Lía Ferenese

Especial para Los Verdes Paralelos y Los Verdes Platónicos 

Anunciación del don

Haciendo sonar cascabeles / viene anunciándose el don / colmado de infancia / abre las puertas del vergel / donde no hay mentiras / donde un instrumento / siempre afinado vibra / la nota justa  / y el corazón / que es su centro / no dudará jamás

 

Texto + Ilustración: Irupé Roch

 Especial para Los Verdes Paralelos y Los Verdes Platónicos


 

Litoral

Un  microcosmos blanco, el escenario elegido / y un viaje imaginario con sabor metálico / la reseña del último  episodio celestial / el riesgo de un hallazgo está presente /en los pliegues que ensayan la escena / solo hay  un personaje que se detiene a respirar (profundo) / abrazado a la debilidad litoral, en dirección al destino / con la atención fatigada por una  odiosa brújula dormida  / mientras se desvanece, burbuja de ensueño / subir, dejarse llevar / por el relieve estrafalario, vertiginoso del vuelo /salpicado nauseabundo  que provoca / con la astucia automática de un conductor sin nombre / la gratitud se despabila en el asiento de adelante / ¿aún no se ha ideado un puente que pudiera esquivar semejante infortunio? / miles de voces indiscretas anuncian la estación más próxima / y lo lánguido de una mirada, la décima de un  instante / ¿qué  lugar puede ocupar sin el peso de unos ojos que miran a otro lado? / coordenadas disparatadas de un  papel a representar / sinergia de las máscaras en  irreverente reclamo de ser  solo una / aunque frágil, disonante, o como las nubes / que desafían los picos más altos de las montañas / tan solo  para reposar sobre ellas / el brillo de un cielo esmaltado  descubre  / el corazón de la cita en las alturas / y el ruido de turbinas… va dejando atrás / los sonidos de un arroyo que esconde perfumado / las piedras incendiadas  de amores efímeros / borrados por la lluvia del sol ha caído / una llave sin clave  tropieza con el acorde / sonoro de un  cómplice silencio  / y los puentes luminosos se sostienen en las vigas / descolgadas de pentagramas disidentes / melodías arropadas en un piano que insiste / en recordar  la canción olvidada / imposible es esta escena para un solo personaje / sin más, un pasajero y sin reloj

 

Texto: Silvia Chaher / Especial para Los Verdes Paralelos y Los Verdes Platónicos

Imagen: Analía Saharrea

 

miércoles, 26 de agosto de 2020

Humedal

 

Un humedal está entre los ambientes más productivos del Mundo. Es receptor casi infinito de lluvias, metáfora de ellas, centinela que las subraya. Universo Pletórico de Vida, entre lo efímero y lo eterno, el agua cae, fruto que alimenta y nace árbol o animal. Sustento de peces y especies, enriquecedores y multiplicadoras de paisajes…¿Alguien conoce a otro/a alguien que no haya suspirado frente a la presencia o la imagen imponente de los Esteros del Iberá, todas esas lagunas mágicas y correntinas, la Bahía de Samborombón, el glaciar fueguino Vinciguerra, los atardeceres del Delta y el Paraná? ¿Quién no ha quedado boquiabierto frente a la presencia o la imagen de las lagunas puneñas de Catamarca, o inmerso en el fastuoso Jaukaanigás?

Perogrullada es decir que el agua juega un rol fundamental en la determinación de funciones ecológicas, pero, aparentemente, en pleno 2020 y en medio de un caos nacional y global, hay gente que todavía no lo sabe, no lo entiende. Siempre se puede aprender. Siempre hay alguien dispuesto a enseñar. Algún trasnochado indispensable podría incluso proponer que todo lo concerniente a los humedales y aledaños conformen buena parte de la Biología y la Ecología que se pueda cultivar en colegios y universidades de todo el país. De allí hay un paso para luego devolverlo con Nobleza y Honestidad a la tierra que te abrigó.

Así las cosas, pueden elevarse entre el fuego figuras dantescas con decenas de metros de altura, puede agonizar entre las llamas un ser humano o animal. El indolente o el malvado, mientras tanto, se comporta (se comportan) como si escuchasen esa lluvia que no termina de llegar. En el cielo un sol de invierno, abajo, La Pacha tiembla y se desespera. A la gilada ni cabida, pero el temita es que el tema es un Temazo que se pregunta si es necesario existir para aprobar

 NGS // Pintura: Analía Saharrea


domingo, 23 de agosto de 2020

Sol

 

Un coro de luces zozobra. Domingo. El humo cubre el sol, el viento se enciende, mira aquí, allá: es el mismo lado. Hay dos espejos. ¿Nos miramos o construimos? Un pájaro vuela aturdido y observa una grieta. Al otro lado de esa línea, que los contiene a ambos, hay nieve, brotes, lluvia...


miércoles, 19 de agosto de 2020

Crímenes de familia

 

Mañana se estrena ¨Crímenes de familia¨, protagonizada por nuestro querido Verde y Amigo Miguel Ángel Solá, junto a Cecilia Roth. Los acompaña un elenco destacado de actrices y actores. Es una buena noticia en medio de este Hiper Mega Embole Global que tod@s estamos soportando y que, esperamos impacientemente, se solucione lo más pronto posible. Ya es hora. Dice su protagonista, a quien lo quiera escuchar y leer:

 ¨ El jueves 20 se estrena en 200 países del mundo la película "Crímenes de familia", de la que formo parte y en la que me ha tocado hacer un padre que atraviesa un momento muy especial de su vida. Es el primer lanzamiento argentino de Netflix que va a llevarse a cabo por las pantallas de televisión, debido al problema insoluble que plantea para todos el COVID 19. Y me parece muy bien. La película lo permite, no muestra paisajes que no sean de la conducta humana e inhumana a las que se recurre de forma indistinta. Es una magnífica opción para romper la inacción a la que nos somete algo que no vemos, ni oímos, ni gustamos, ni tocamos ni olfateamos hasta que se ha metido dentro nuestro para matarnos o someternos a una terrible prueba de terror. Miento si digo que no tengo ilusiones puestas en este estreno. Estoy sin trabajo y sin posibilidades de conseguirlo¨

Desde esta humilde y cada vez más transitada y visitada trinchera le deseamos Éxito Inconmensurable a uno de los mejores actores de todos los tiempos. Aquí estaremos siempre para acompañarlo

 Colectivo Los Verdes Paralelos / Colectivo Los Verdes Platónicos

 Editorial Sátira y Musa / Editorial Oliverio


sábado, 15 de agosto de 2020

Morir en sueños

 

En una danza inverosímil la memoria insiste. Atomizada se dirige a cada reducto consistente de olvidos. Morir en sueños cada noche y despertar con el alarmante perfume de la finitud. Sacude y abraza a una rutina, que distrae la impaciencia hacia el fondo de un océano vacío. La mochila se siente más liviana y la economía inadvertida de la fuerza retrocede ante el riesgo que fatiga.

 Los días pasan, cada acontecimiento revestido de esperanza y desconcierto prolonga la inquietud desnuda, más que nunca, del devenir continuo de la existencia. Todo está allí, al alcance, en la superficie misma de cada frase que se  escucha y se extiende generosa. Expiamos los secretos interconectados y funcionales en lo anónimo, cual constelación algorítmica a descifrar, se va gestando una transformación que empuja a la fortuita  búsqueda de un refugio tranquilizador y con el error a cuesta.

Sin móvil o sin causa, sin prisa por llegar a ningún lado. Sin poder detenerse, como la perversidad descrita en algún cuento de Poe, que se arrastra implacable, para arrojarnos en las fauces de alguna Libertad posible, a sabiendas de eso mismo que  aniquila. Naturaleza y voluntad de poder, en contraste inmanente y desafiante que provoca al Universo. Al final,  nos deja un estorbo gélido para elegir conservar el lazo fundamental con la vida, bordeando una fuga en la que  se evanescen  las voces, el sonido eterno del azul turquesa, las anécdotas compartidas que quitan el aire, descarada respiración que se toma el permiso de  reír a carcajadas.

Hay una precisión que escapa a nuestro alcance, se fragmenta en la ambición cuando se borran las huellas ominosas que señalan el precipicio. Y justo allí, después de toda una odisea refractaria y pretenciosa a fundirse en  lo imposible, se agota vulnerable y, en una gala de dulce melancolía,  se dispara a la vida. 

Sí, en los sueños el tiempo puede detenerse, la magia encapsula aromas, imágenes, ruidos, en el mismo instante en que el río se transforma y sedimenta sus residuos invisibles. Los riachos como una pintura sicodélica y altruista dibujan en red la estructura permeable. Sin desprenderse de su linaje fluvial, con la fiel  filiación a su historia, cual voluntad colectiva y solidaria, generan nuevas formas. Aún en la  agonía de una cruel tempestad, el río  conserva en su lecho el temple de una sombra, que descansa relajada en la promesa de una sabia calma.

                                                                                                          Silvia Chaher

Especial para Los Verdes Paralelos y Los Verdes Platónicos

Pintura (fragmento) : Marina Pérez // www.marinaperez.com.ar


Recalculando


 Cuando las formas, los hábitos y las rutinas cambian, se abre una posibilidad muy grande. Hubo momentos más difíciles en la Historia: imaginate estar en tu casa y que caigan bombas. Es una cárcel donde nos han metido y la única salida es hacia adentro.  En el medio habrá gente asustada y otros que miran hacia el techo, esperando que la lucha la hagan los demás. Es  incierta esta cárcel, no hay una guerra clara, no hay un enemigo claro, aunque a medida que van pasando las horas ya se va vislumbrando su forma humana. Así que es un momento excelente para meterse a sentir cosas a las que les rajamos, un momento muy transformador. Los sistemas perversos no lo saben, pero nos están haciendo un favor.

 Yo creo que nos tenemos que conectar unos con los otros y ser más humanos que lo que veníamos siendo. Y ya. Agradecer todo lo que tenemos y aprender más como Humanidad.

Me sorprende la ¨inteligencia¨ de los que crearon este juego de mierda. Si los creativos tuviésemos esa persistencia y tenacidad haríamos grandes cosas. Lamentablemente son los psicópatas los más organizados en este momento. La gente se comió el cuento de la democracia y acá estamos, viviendo el absurdo de los absurdos. Así que mejor recalcular el recorrido.

                                                                                                  Aline Meyer *

 

*Cantante y docente

Especial para Los Verdes Paralelos y Los Verdes Platónicos

Collage: Carolina Montrasi



jueves, 13 de agosto de 2020

Río adentro

 

En esta realidad de epidemia, los pensamientos hacen un picnic, no se siente la vorágine de las habituales usanzas, porque han aparecido otras. Los suspiros se esconden, permaneciendo ocultos, como si fueran promiscuos. En las noches, las redes pululan con los bellos fantasmas del deseo, sorteando el achatamiento de las palabras, en el tozudo empeño  de que no se ahuequen sus múltiples sentidos. Porque hay que disociarse de los diálogos que eligen la mezquina comodidad de no pensar demasiado la vida y sus coyunturas.

El río, casi nuestro mayor terruño, está más lejos, solo suena cuando pronuncio su nombre. La música y su puñado de acordes suele ser imprescindible para mantener el equilibrio y percibir la intensidad, más o menos como ese bouquet sensual que  dejan las cepas del vino añejo. Hay días donde el horizonte inmediato se pone sensible y crudo, otros en los que pareciera jugar con los ángeles, mediante esa energía luminosa del quehacer creativo que se empecina en convertir la rutina en  un acto glorioso e invita a husmear en pliegos literarios, impresos en un pergamino ajado, pero flexible.

También en este derrotero han aparecido de improviso invitaciones a  viajes hacia lo más profundo, lo íntimo, donde quizás por fin encuentre la recompensa, aunque el amor viene sin seguro para desafiar las frondosas tormentas o el deleite de los más bellos compases. Así va apareciendo Eros traspasando fronteras, en la gran subasta de juegos que nadan en  barricas cargadas de alcohol, pintando nuevos frescos, casi como lo haría el pintor con las borras de Malbec, sin atar aún el festín hedonista a lo definitivo. Por eso este tiempo ha tenido sus momentos de reflexionar, de dudar, reinterpretando también los vínculos amorosos y sus mixturas.

Lo más triste han sido las despedidas momentáneas sin los viejos rituales, donde la congoja no se puede compartir, porque hasta las lágrimas son una presencia sospechosa en esta cuarentena eterna y ya a esta altura tan dudosa, esta imposición en la que no se hace mella sobre las antiguas costumbres de acompañarnos en el dolor, aunque continúe quedando, en algunos de nosotros, la figura de algunas despedidas como un gran jeroglífico.

 El tendido plano de los días con rutinas que se enlentecen aguardando hitos de Libertad, se yerguen en el contexto  del hambre, de  la  sufrida inequidad que viven quienes no están agradecidos por haber sido desterrados al aislamiento. Eso que irrumpe cuando uno observa a más y más niños revolviendo la basura, o a millones de personas que han quedado sin trabajo, a los que se les van suspendiendo necesidades tan básicas como la comida o el abrigo.

Es cruel que estas políticas ¨preventivas¨ nos alejen de aquellas vidas que transitan sus experiencias diarias por miles de escollos, buscando formas de subsistencia, cubiertas de la vulnerabilidad asfixiante que se vive cuando el horizonte no se muestra con posibles soluciones. Porque el encierro te circunscribe a lo cercano, te hace protagonista del paisaje inmediato, pero somos más allá de eso, precisamente en el contacto con otros, frente a la presencia de sus rostros y vivencias y pesares.

En este tiempo covídico es necesario parir otras prácticas que reconozcan la trampa capitalista que encierra los desvíos, aquellos que emergen cuando los aires se vuelven insoportables y se necesita transformar el entorno. Esto es imposible sin la  generación de lazos comunitarios, fijados en otros estándares económicos. Es necesario dejar de vivir políticas arcaicas con cierto automatismo, como si fuese algo natural, es preciso  desautorizarlas. Sólo así  se puede crear un potencial de cambio que obligue a generar la redistribución del poder, con una economía que no oscurezca el futuro, sino que se embarre para idear estrategias de mercado por fuera de lo habitual e injusto.

 Hay que hacer un mundo que tenga larga vida como el pewén, donde los incendios en el Delta y las factorías asesinas importen y la existencia de humedales no sea un acontecimiento extraordinario. Un mundo en el que nuestros ríos alberguen criaturas llenas de vida y no muertas por desechos. Que sirva esta situación para resistir  por fuera de la comodidad. Fundamentalmente para que cubrir la boca no sea encarcelar el interjuego de las palabras que aportan a la heterogeneidad de nuestra temporalidad, el disruptivo intento de poblar la tierra de nuevas raíces.

                                                                                                               Olga Barzola

Especial para Los Verdes Paralelos y Los Verdes Platónicos

Pintura: Nicolás García Sáez


sábado, 8 de agosto de 2020

Al Gran Barrio Argentino: Salud

                                                                                    


Escribir sobre tiempos de pandemia (o epidemia) es como escribir acerca de tantas amenazas, de tantos deterioros, de una hiperpotencia de la Naturaleza, como menciona Freud en su texto “Malestar en la cultura”, de esa amenaza que todos sentimos ante algo que no podemos manejar, que nos recuerda cuan mortales y frágiles somos. Detrás de esto que nos deja desnudos, además está el hombre y su lucha, consigo mismo y con los otros, con su anhelo de poder, con su goce desmesurado, con su impronta oportunista que un sistema promueve día a día y en donde no se salva nadie.

Pero también está el barrio, metafórico y real, con otros individuos que hoy son más cercanos, más vigentes y más visibles porque, lejos de alejarnos, esto nos acerca, en lo más humano y primordial, en la fragilidad que nos caracteriza, en la misma lucha. Solo venciendo intereses individuales y arreglos y abusos, solo registrando nuestra propia mortalidad como una oportunidad de cambio, haremos de este virus una puerta hacia otra forma de estar en el mundo. Nos sentimos vulnerables porque lo somos, siempre lo fuimos, eso no es una novedad, esto que sucede nos lo recuerda a cada momento.

¿Qué hay de los políticos y sus “recursos”, del sistema capitalista que lucra sin mesura a través de la fragilidad del hombre? ¿Qué hay de una biología atravesada por ideologías cambiantes y mercantilistas? Sin dudas hay un virus, que nos afecta el cuerpo, pero hay otro virus mucho peor: el que contagian quienes hacen de esto una oportunidad para lucrar, dañar, para beneficiar a ciertos sectores, para, en muchos casos, hacer pasar el covid-19 por otras enfermedades cuyo fin es sacar un rédito miserable, una oportunidad maliciosa para sumar números de casos y alarmar a una población que ya es pobre y vulnerable, que ya, impactada por los acontecimientos, pierde algunas defensas, gente conmocionada hasta el obedecimiento servil, que anula la subjetividad gracias a los medios masivos de ¨comunicación¨. Una sobrecarga de información, la mayor parte de las veces sin filtros, con un impacto que lleva a grados de paranoia que solo deprimen y aíslan afectivamente a las personas, quitándoles sus fuerzas, sus palabras, sus afectos. ¿Aparecerá en algún momento un medio de ¨comunicación¨ masiva que informe acerca de cómo fortalecerse en medio de este caos?

La distancia social no es la distancia afectiva. No permitamos que nos roben lo que nos hace fuertes, el estar con otros, junto a otros en una lucha compartida. No hay peor cosa que deprimir a las personas y, en consecuencia, su sistema inmunológico ¿Para quién es el negocio? ¿Cuantos impactos y cuantos acontecimientos traumáticos venimos viviendo como población? Hace ya mucho tiempo… Argentina y la marginalidad. Argentina y la pobreza. Argentina y la violencia de género, la explotación laboral, el abuso sexual infantil, la corrupción incorregible y voraz de los políticos, la corrupción del sistema en su totalidad ¿Cuánto shock?

Infantilizan y obnubilan esos reflectores que dejan a las personas en estados en los que no pueden pensar ni cuidar de sí mismas. Pero también está la gente que no se cuida y sale y se expone… porque nadie es claro, porque no se sabe si les interesa serlo. Pero tenemos un recurso: la palabra, la conexión entre las personas, el diálogo, el otro como prioritario, como significativo en su diferencia, como alguien a quien salvar, porque nadie se salva solo. Nadie.

Crear conciencia no es poner normas ridículas y confusas de cuidado, no es implementar una cuarentena flexible sin ningún registro de los riesgos. Crear conciencia es ayudar a que la gente piense por sí misma, registre la vulnerabilidad de la vida y los riesgos a los que puede estar expuesta ante algo que la Naturaleza manifiesta. Es ahí donde hay salida y cuidado, no en la alarma desmesurada, en el pánico, en el estrés por sobrecarga de información, en el estado de alerta causado por los medios, en la perdida de registro de la realidad y de perspectiva de lo que es prioritario e importante, de lo que no lo es. Las personas se paralizan ante el impacto, pierden sus recursos defensivos y siempre es ahí donde más cuidado hay que tener, porque hay muchos otros que saben cómo operar con eso a su favor. Es un trauma colectivo y llevar a la gente a un estado infantil solo asegura que haya líderes que afiancen su lugar. A alguien hay que seguir ante el desamparo y el desvalimiento. Cuando esto sucede, cuando no se genera conciencia en las personas, de que cuidarse es aprender a ver, a escuchar y a discernir, siempre habrá oportunistas, lucha de fuerzas en el sistema por sacar rédito de estos acontecimientos traumáticos.

 Pero es entre algunos, entre nosotros, con otros, donde estos discursos pueden cambiar y operar de una manera diferente, constructiva, haciendo visibles los caminos a seguir, los de un cuidado comunitario y preventivo que nos permita fortalecer tanto el cuerpo como la mente y/o el espíritu, el ser en su totalidad. Aunque esto no sea conveniente para un puñado de inhumanos, tengámoslo como objetivo prioritario en tiempo de epidemia, que el virus no sea mayor que el hombre.

                                                                                                    

Texto y fragmento de morfometría (grafito sobre papel):  Marina Pérez

www.marinaperez.com.ar

Especial para Los Verdes Paralelos y Los Verdes Platónicos

  

jueves, 6 de agosto de 2020

Curar el susto



Sentada en el centro, con la espalda fría y los pies ahuecando la tierra, hundidos, yendo hacia lo profundo, percibo intensa y curiosa mi atrás.

Esa ansiedad se apacigua cuando las manos finas, calientes y firmes, se asientan en mis hombros y suben hasta mi mollera.

Las manos invaden con ese gesto mi cabellera, mis sienes, de allí arriba recorro desde afuera, acaricio mi pelo, mi piel, llego al interior y de allí voy bajando hasta los pies. Un susurro lejano, confuso, resuena… volvé, no te vayas…escucho palabras pequeñas, sutiles, entrecortadas, mezcladas, vibrantes.
 
 Habito las penumbras del humo blanco en algún lugar oscuro, como esas estelas que atraviesan mi cuerpo, mis poros, los huecos en mis axilas. Los dedos de las manos rodean mi cintura, contorneo las piernas, respiro hondo, exhalo y vuelvo las manos a la mollera, ¿para qué? Para liberar mis miedos.

                                                                                                          *Belén Calapeña

*Bailarina, coreógrafa y directora

*Especial para Los Verdes Paralelos y Los Verdes Platónicos

*Ilustración: Marina Pérez   //  www.marinaperez.com.ar


lunes, 3 de agosto de 2020

Si yo fuera...



                                                                  Tú, que te imaginas tan bien tantas cosas,
                                                                  ¿qué esperas para imaginarte que eres feliz?

                                                                     André Malraux (La condición humana)

  

Dramatis Personae
DOBLE A                  Mujer (40 años)
CISNE (OFF)            Voz en off

Mapa sonoro
Las pausas tienen una duración de tres segundos, los silencios no menos de seis.
El signo de barra (/) indica que la frase está interrumpida o solapada por la posterior.
Las comillas españolas («») indican cita textual.

DOBLE A en un espacio vacío, iluminado tan solo por una luz.

DOBLE A
Escucho el traquetear del último tren de la línea 1 de metro. Está cruzando en este mismo instante bajo mi edificio. ¡Increíble como resuena hasta el tercer piso en el silencio de esta noche…! Ahora ese temblor es mitigado por uno, dos, tres… decenas de envases de vidrio que alguien lanza dentro del contenedor vacío de la esquina. Silencio. Silencio otra vez… Un mar sin sonidos lo inunda todo de nuevo. ¡Eh…! Bajo mi balcón, una ráfaga al móvil en un idioma desconocido cruza rápidamente como un aliento de vida. Quisiera seguir escuchando esa voz que se aleja... Recuerdo voces: cálidas, cercanas, susurradas al oído con un leve soplido al acompañar cada vocal, cada consonante, cada sílaba convertida en palabra, frase o lengua de afecto. Ojalá pudiera cambiarlas por las otras, por las que me atraviesan a diario en la marea de conexiones online, con ese pitido a una frecuencia que parece que solo los niños y yo podemos escuchar: PIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII. Mi edad auditiva no se corresponde con la del pasaporte. (Ríe.) Esto debería tener su gracia.
Por el resquicio de la contraventana del balcón entra algo de luz que ilumina el borde de mi edredón en la cama. Acurrucada en él, veo a contraluz las imágenes de este día que termina, configurándose en viñetas de tira de cómic: una mañana más apagando el despertador; abriendo las contraventanas para cerciorarme del cielo gris que presagia un No-Sol; el primer paseo del día hasta la cocina para hacer café; la entrada en la ducha con la ilusión de arrastrar los malos sueños hacia el desagüe; secando el cuerpo anestesiado de caricias y besos para volverlo a vestir, no vaya a ser que sea mirado por los pomos de las puertas; por los enchufes de las paredes; por los tiradores de las cortinas; por las bombillas que cuelgan del techo; por los ojos de las fotos que se sublevan dentro de los marcos, en una casa donde el silencio pesa toneladas de aire.
Pienso en una frase: “enterrada en vida”; la palabra “emparedada” también flota delante de mis ojos escrita en Times New Roman, tamaño 69 y me doy cuenta que siempre lo he pronunciado como “Times New Romance”. (Ríe.) Por un momento soy consciente de la lucha de mi psique con su parte cognitiva, afectiva y volitiva mientras las imágenes del sueño de la noche anterior se están reproduciendo en el borde del edredón: es de día, me asomo al balcón, miro mi calle larga que conecta dos plazas, y en lugar de asfalto hay una piscina olímpica y un tipo con mascarilla nada a crol de izquierda a derecha. «¡Claro!», me digo. «Debe ser porque es la época en la que abren las piscinas municipales», y pienso «¿Me dejaran echar unos largos?». Me sonrío ante mi disparate que suena a bala perdida. Las viñetas del día vuelven a rearmarse con diferentes montajes: compro-cocino; cocino-friego; llamo por Skype-me llaman por WhatsApp; escucho los informativos en la radio; la App del banco me avisa de mi cuenta-menguante; borro sin abrir la descomunal cantidad de vídeos “fakes” que me envía la rama “facha” de mi familia…
En este momento, una luz potente está entrando por mi balcón. ¿Serán los vecinos de enfrente? ¡Qué digo! Son pisos nuevos, no llegaron a mudarse por el estado de alarma. Me levanto, abro del todo las hojas de la ventana y un ser luminoso está posado en la barandilla. Parece un… ¿cisne? ¡Es un cisne! El extrañamiento me acaba de dejar petrificada.

CISNE (OFF)
Si quieres ver más allá, algo podré hacer por ti.

DOBLE A
Me dice mientras camina por la barandilla de mi balcón, de derecha a izquierda, pavoneándose.
CISNE (OFF) 
Si yo fuese fuego, incendiaría el mundo 
si fuese viento, lo azotaría
si fuese agua, lo anegaría
si fuese Dios, lo hundiría.**
DOBLE A
Él se lanza conjeturar en condicional.

CISNE (OFF)
Si yo fuera el Papa, me burlaría
porque embriagaría a todos los cristianos
si fuera emperador, ¿sabes qué haría?
los decapitaría a todos.
DOBLE A
Muchos animales han entrado en desbandada por la ciudad desierta. Por un segundo me pregunto si será un cisne replicador que recurre a los clásicos.

CISNE (OFF)

Si yo fuera muerte, llegaría hasta mi padre
si fuera vida, me fugaría de él
de la misma manera haría con mi madre
Si fuera ciego, como soy y fui 
tomaría a las mujeres jóvenes y hermosas
y las viejas y fieras se las dejaría a lo demás.
 DOBLE A
No puedo evitar el desencanto ante la última estrofa. El cisne me pregunta si voy a/
 CISNE (OFF)
¿Vas a hacer como siempre?
 DOBLE A 
Siento la rabia subir por mi garganta y le contesto: «Quizá antes hubiese bajado la mirada, apretado las mandíbulas y una dulce sonrisa me habría sacado de cualquier situación. Ahora no. Desde este encierro todos los días me entreno para no dejarme guardada ni la más mínima desazón. Por lo que veo, las aves acuáticas también transitáis por la sutileza machista. ¿Vas a pasar por alto tu presentación?».
 CISNE (OFF)
Discúlpame Doble A, soy el Cambio.

DOBLE A
La rabia se convierte en seísmo y se instala en mi boca: «Ni te imaginas cuantos antes que tú me dijeron lo mismo». Me pregunto cómo sabe mi nombre y de repente, tengo unas inmensas ganas de meter la mano en una de las macetas que cuelgan de los barrotes del balcón… Lo hago. Cojo un puñado de tierra. Me lo llevo a la boca, mastico… mastico sintiendo diferentes texturas en mi lengua, en mi paladar y escucho como suena el roce de la arenilla entre mis dientes. Por un segundo viajo a la infancia, a mis siete años y mientras levanto la cara del suelo del parque, siento la arena en las heridas de la mejilla y el labio, todavía conservo una marca. (Se mira los brazos, se palpa el cuello, el pecho.) Y ahora, en este momento, juraría que diminutas hierbas aterciopelan mi cuerpo. Pienso en la metamorfosis al “tomar tierra” desde un balcón —es lo único que nos dejan— y siento las palabras amontonarse en la punta de mi lengua. Me salen sin pensar, a borbotones, con la violencia de un ataque de tos o la sangre al sacar un cuchillo de la herida.

 Si yo fuera polvo, cegaría a los nietos
de los “benitos” apolillados
si fuera roca, lapidaría sus lenguas bífidas
si fuera arena, viajaría como raya de coca
a sus cerebros disecados.

Si yo fuera piedra, llenaría sus estómagos
después de la confesión de sus pecados
si fuera grava, petrificaría sus oídos sectarios
si fuera barro, los convertiría en estatuas
por no mirar de frente sino de soslayo.

Porque eso es lo que tendremos que hacer
a partir de ahora
no perder de vista el camino hacia el horizonte incierto
en esta cultura líquida, a la que tratan de puta barata
 y exigen hacerlo gratis y sin condón.

Pausa.

DOBLE A
Cisne me está mirando en silencio... Yo con chulería de póker le insinúo: «Si fueras el Cambio te arriesgarías a comer de la palma de mi mano». Me mira. Le miro. Le ofrezco un puñado de tierra. Siento su pico húmedo y suave, parece que estuviese escribiéndome algún mensaje cifrado. De hecho, cuando termina me acerco la mano a los ojos, bien cerca, para confirmar que (mira en su mano) ha sido pura ilusión. Cisne traga y me murmura al oído. «Me estremece pensar que sigas escribiendo». (Pausa.) A mí también me estremece pensarlo.

CISNE (OFF)
Difícil cuando no se puede tomar distancia para ver los hechos, cuando el ahora es más presente que nunca, el pasado fue en otra vida y el futuro es un salto kamikaze, donde el requisito para salir a flote sería tocar el fondo de las Marianas.

DOBLE A
Me sobrecogen sus palabras.

CISNE (OFF)
También me perturbó el otro día tu riesgo, al quedar con aquel extraño en el pasillo de los congelados del supermercado.

DOBLE A
Al escuchar esto… no sé qué decir. (Pausa.) Cisne, con los ojos llenos de lágrimas, esconde el pico bajo su ala unos segundos hasta que estira de nuevo su cuello enarcado, y se atreve a preguntar: «¿Fue la necesidad del calor de un cuerpo ajeno…?».

CISNE (OFF)
¿O la inmunidad tan ansiada después de tantos rebrotes?

DOBLE A
Un cuerpo. El cuerpo del otro.

CISNE (OFF)
La pulsión era evidente.

DOBLE A
Si el deseo es reciproco, la mirada del otro cuerpo sobre el mío, me hace existir, darle valor a mi masa, a mi volumen, a mi densidad, a veces incluso hasta mi alma. Le contesto que tan solo nos hablamos en la distancia. «Hacía frío en aquel pasillo», le digo.

CISNE (OFF)
No pude evitar seguiros hasta el portal. Me sorprendió tu riesgo al romper las recomendaciones/

DOBLE A
Restricciones, le rebato.

CISNE (OFF)
Recuerda que no se pueden mantener relaciones/

DOBLE A
Siempre hay algún tipo de relación que no se puede mantener. (Ríe.)

 CISNE (OFF)
A menos que existiese la pareja antes del confinamiento.

DOBLE A
Intento ironizar diciendo que la cárcel sería otro tipo de experiencia vacacional a probar en estos tiempos distópicos.

CISNE (OFF)
Hay que notificar las relaciones a las autoridades, para que lleven un registro.

Pausa.

DOBLE A
La Inquisición vuelve disfrazada en la prensa, en los telediarios, en las redes… Me asalta en mi cabeza la imagen de los triángulos invertidos, del amarillo al negro, y pienso en los campos de concentración del pasado, y en los códigos QR del presente, expediente médico tatuado por infrarrojos en la frente.

CISNE (OFF)
Debo asumir que desde la leyenda de Leda han cambiado mucho las relaciones y algo se ha movido en lo más profundo de mi ser. Si yo fuera…

DOBLE A
Si yo fuera la que fui, viviría en una ceguera iluminada por neones fríos. Si yo fuera la que quiero ser… florecería todas las noches. En este tiempo, más que nunca, hay que imaginar para sobrevivir. Siento cómo cien mil ojos se posan sobre nosotros y le escucho susurrar…

CISNE (OFF)
Creo que no estamos solos.

DOBLE A
Miro a Cisne con dulzura, lo tomo entre mis brazos y lo invito a pasar a la habitación, mientras rozo su pico con mis labios en flor.

Oscuro.

                                            
                                                                           Desde Madrid:  Laura Aparicio *

*    Dramaturga, guionista y actriz de cine y teatro / Especial para Los Verdes Paralelos y Los Verdes Platónicos

**  Del cancionero de Cecco Angioleri

     Políptico urbano x 9, acrílicos sobre madera: Nicolás García Sáez