FEBO
¿Para
qué dar luz a semejante idiota,
que
se sube a las paredes,
por
un hueco entre unas piernas níveas
-estando
Nerja entera y sus cavernas,
a
unas horas de avión, o bien, Altamira,
a
su disposición y no a la mía,
porque
más allá de la entrada
estoy
prohibido en ambas
desde
el plioceno hasta estos días
Humillación…
¡oh, cómo me humillas!
Un
mero Ayuntamiento, una Alcaldía,
impiden
a este Dios-Astro una visita
a
la oscura caverna mítica,
en
la que el hombre y la mujer
ejercieron
fornicio por primera vez
con
la excusa de ¡llegó la primavera!...
¿Qué
tiene la caverna que no tenga yo?
Oscuridad,
tal vez, y yo lo alumbro todo.
(Mira
al poca cosa -Bustos-, y mastica)
¿Por
qué no se decide este ancianito,
se
casca el pedernal por un ratito,
y,
ya
sedada su manía reprimida,
aparezco
yo, a mi hora, y lo despierto con mi brillo.
¡No me puedo dormir, esto no es cama!
Y dice Bustos: -y es lo único que dice en este acto,
gracias al cielo, a la eternidad y al hecho, que es
real)
¡Sin ella y sin conmigo, no habrá cama que lo sea y
basta!
Desde Madrid, quincuagésima quinta entrega. Texto y ficción (inéditos): Miguel Ángel Solá
Video, imágenes y edición (inéditos): Nicolás García Sáez
Especial para Los Verdes Platónicos y Los
Verdes Paralelos