lunes, 11 de agosto de 2025

El espejo de los tiempos vacíos

De vínculos reales a vínculos virtuales: el amor entre ayer y hoy

Narcisismo moderno y vínculos líquidos

"Me divierten las personas que discuten y están diciendo lo mismo. Es la evidencia más clara de que no se escuchan".

Hay que animarse a saltar muros y tratar de entender por qué el otro dijo lo que dijo. Cuando alguien no registra a su interlocutor y permanece enganchado en su propio pensamiento, sin hacerse cargo, negando o encapsulado en ideas rígidas, aparece un reflejo claro: el narcisismo.

Como Narciso, que se enamoró de su imagen reflejada en el agua y murió sin haber amado jamás a nadie más que a sí mismo, vivimos hoy en un tiempo donde también se visibilizan masivamente a las Narcisas. El amor ha dejado de mirar hacia el otro. Los vínculos humanos se disuelven en la fascinación del yo. Ya no hay almas compartidas, miradas que sostienen, silencios que abrigan. Solo hay pantallas, selfies, likes, frases automatizadas. El otro, la otra, han dejado de ser un misterio, para convertirse en un espejo útil: me reflejo en ti, pero no te reconozco.

En esta cultura líquida, el amor se ha vuelto un escenario para el propio espectáculo. Se dice “te amo” como quien realmente quiere decir “me gusto cuando tú me admiras y me hacés sentir cosas”. El deseo ya no es la puerta hacia el encuentro, sino una necesidad constante de validación.

Cambiar de pareja, de cuerpo, de apariencia, de escenario… todo forma parte de un ritual moderno, donde el objeto de amor es descartable y el sujeto permanece solo, incluso rodeado de miles.

 

Texto y boceto (inéditos): Mariana Godino

Treinta minutos, ejercicio para el taller de escritura cronometrada y espontánea

Especial para Los Verdes Platónicos y Los Verdes Paralelos