viernes, 30 de abril de 2021

¨Doble o nada¨ renace en Madrid

 

Corría el invierno que abrigaba al mes de junio de 2019. Estábamos en Buenos Aires. Eran las últimas funciones de ¨Doble o nada¨, en el Teatro Regina, y también los últimos días (luego de habitar cinco años en la ciudad porteña) antes de que nuestro compatriota emprendiese el viaje que lo llevaría nuevamente hasta Madrid. En aquel entonces, además de conversar largo y tendido acerca de esta obra exitosa y multipremiada en varios puntos del planeta,  también compartimos algunos encuentros, cafés y medialunas con fondo de jazz o el mero rumor urbano, en donde abundaron charlas mágicas que enarbolaban al Teatro, a la Poesía, a la Música, al Cine, a los Proyectos, a la Nobleza de los vínculos y, en fin, a los pretéritos y a la actualidad política y económica de aquel momento. ¿Quién hubiese dicho que, pocos meses más tarde, íbamos a experimentar esta turbulencia de paradigmas que continuamos atravesando, literalmente, en el mundo entero y que aún no sabemos hacia donde nos lleva? Aquí y ahora siempre es una estación interesante. Durante el devenir seguimos en contacto, intercambiando pareceres, preocupaciones, humores, videos, canciones, chistes, anécdotas…uno luego experimentaba el sedimento amable, el recuerdo inmediato, el que permanecía flotando entre los mares de la virtualidad que navegaban hacia los territorios de la épica. Existen islas en donde se pueden detener los relojes para poder respirar y reflexionar. Y apreciar.

 Es uno de los mejores actores de todos los tiempos pero, meses atrás, un accidente lo ha zarandeado un poco, un imprevisto que le impidió continuar luego del estreno madrileño de ¨Doble o nada¨. La obra, tal como había sucedido en Buenos Aires,  comenzaba a ser un éxito, un creciente tsunami simbólico entre el público y los observadores más atentos de la dramaturgia, ergo, ¨la crítica¨.  Salas llenas y aplausos, los que se brindan de pie. No es poco, teniendo en cuenta que el actor venía de atravesar, como casi todos y todas, un año más que difícil. Hace algunos días me entero,  por medio de las redes, que vuelven a intentarlo. Los aplaudo, pero hay algo antes y más allá de los aplausos. Menciono al Ave Fénix, siento mucha curiosidad por los meandros, por el trabajo que realiza antes de subir al escenario. Me interesa saber. Entonces pregunto.

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Querido Nicolás: gracias por tu tiempo. Esta va a ser la única publicidad que tengamos en la nueva rentrée. "Doble o Nada¨, es difícil sintetizarla porque, de su escritura original, de sus sucesivas puestas, a medida que avanzamos va quedando un hilo emocional que nos guía hacia no sabemos dónde. Imagináte en la recta que cruza La Pampa, buscando un surtidor de nafta, de noche, en dos ciclomotores, sin GPS, y con bidones medio llenos o medio vacíos (según la esencia de cada conductor), mirando hacia delante con los dos únicos farolitos de luz que pueden encontrarse en el camino, con ñandúes, iguanas, zorros, perros salvajes y hasta algún puma.

Todo el origen de la obra nos permite los mojones suficientes para saber dónde estamos y qué hacemos, pero sin curiosidad, ni sorpresa (por haber hecho el camino varias veces a través de una autovía imaginaria: los mal llamados ensayos), sino descanso y comodidad, hasta que esa comodidad se transforma en un acomodarse en la incomodidad de sensaciones, ideas y emociones transitadas y establecidas como únicas posibles. Y eso impide hacerlas humanas cada día, vivenciarlas cada día como tales y entonces  uno se conforma con hacerlas "mejor", según el status quo que impere en cada uno como "mejor". Pero ya no verá en la ruta iguanas, zorros, ñandúes, ni ocasionalmente un puma. Ni el infinito cielo estrellado, a veces repleto de "fugaces" o de lluvia de estrellas a la altura de Chacharramendi, donde, con las respectivas precauciones, pueden uno y la otra apearse de los "ciclos", echar una manta en el suelo, taparse con la otra, abrazarse, penetrarse si hay ganas y esfumar esa adrenalina que no aguanta tan poco continente. Ahí es aplicable una inmensa verdad: el mapa no es el territorio. Ojalá haya surtidores cerca para borrar esa única incertidumbre de un viaje único. La historia, comprenderás, varía desde las alianzas que nos unen a los mortales. No queremos morir solos si sabemos que a 10 metros o a cien metros o a diez kilómetros hay vida dónde abandonarnos. Queremos dejar testimonio del viaje.

El viaje de una hora y media frente a señoras y señores, con sus caras tapadas -demasiadas en blanco hoy- es más viaje así. No sabrás qué sucede más allá de los próximos siete u ocho metros delante de ambos. Pero hacer todo ese trayecto en condiciones de supervivencia, obliga a apoyarse el uno en el otro, no perder el aliento del otro, la conciencia del otro, ir juntos. Eso es el escenario para nosotros desde esta perspectiva: riesgo desde el comienzo al fin. Se gana y se pierde de a ratos, pero no se "cree" que se gana o se "cree" que se pierde. Sucede. No se especula con abstracciones, no se depende de un afuera que ya fue, y que, encerrados en ese escenario, más molesta que ayuda a ser personaje.

Me pasé la primera parte de mi vida de actor deseando que vinieran a verme actuar, lo logré pronto. Gran parte de la segunda pensando: ¡qué bien actúo!, la pasé pronto también. La tercera preguntándome: ¿Para qué actúo?. La cuarta: ¿Por qué?... Pero cuando mi cuerpo empezó a lesionarse tanto y me encontré con un futuro difícil (ayudé a hacerse ricos o a aumentar su riqueza a muchos, ideas y dineros se fueron con ellos, y no supe hacer lo mismo conmigo) vi que para muchos el negocio era, ahora, sacarme del medio, potenciando a otros. Desaparece este loco con sus exigencias incomprensibles y  aparecen los más claros de entender:   2 x 2= 4..  4 x 4... ¡Pathfinder!

Esta última parte de mi vida, en la que comprendí… ¡lo bonito que es actuar, y me dedico a actuar sólo con mis códigos!: Ciclomotores y… ¡ruta!.

Es de noche, llegará el día.

Yo soy en privado cómo en público, afectiva, laboral y socialmente. Y me juego íntegro siempre por valores, anacrónicos quizás, o que ya “no se estilan”. Creo en la fidelidad, en la palabra dada, en el amor sin condiciones, en la entrega total, en el bien y en el mal, en la verdad y la mentira y en que las conciencias no están vacías. No son precisamente varios de los valores que enuncié recién los que pone en juego "Doble o Nada". Esta obra nos invita a pasar los márgenes de lo lícito y pisotearlos con condicionamientos, tácticas perversas, ambiciones manipuladas y su consiguiente salto al vacío, de resultados inciertos. Y nos quiere mostrar que esa es la realidad de la vida para todos. Y que los que no lo crean, sufrirán. Y agregan: ¨consejo de alguien que te quiere¨, ¨sufrirán las consecuencias¨... dicho sea de paso: ¨bajáte la bombachita¨. Si me preguntaras: ¿Qué es "Doble o Nada"?, te diría que quien se acerque al teatro se encontrará ante la versión Número Hoy, la que va haciéndose cada día sobre una obra que se retorcerá cada noche, hasta que Sabina Berman -que la escribió antes de los movimientos del Me Too, Ni una Menos-, y nosotros, sus espías naturales, dejemos de encontrar facetas que persisten en esconderse de nuestra mirada. Ese es el límite de una obra, para un actor que crece con la cantidad de representaciones. Cuando ya no hay ni curiosidad ni sorpresa queda por delante el tedio. Y el sueldo.

Mi personaje se autodefine como un hombre de las altas esferas. Yo creo que es un ser que acomoda  ideas y emociones a su antojo, porque le sobra espacio -entre tanto vacío existencial- para manipularlo, también a su antojo, "por el bien del otro". ¿Qué palabra define a quien hace esto? Lo más importante de esta obra, saturada de interrupciones, es que siempre está viva. Porque cada exclamación externa que arranque o cada duda que provoque, no surgirá de palabras memorizadas, domadas, sobadas, sino del posicionamiento perverso, la indignación o el humor rancio del hombre rancio de crueldad rancia. O bien de lo que pudo ser y no fue, al ser personajes, con ¨historia previa a la caída" de sus máscaras, a destiempo. Es apasionante y patético presenciar cómo el no ser se come al ser y queda en tela de juicio lo que cada uno será. El público tarda en verse reflejado en ese espejo deformante de Parque de Atracciones y no se da cuenta de cuánto ya lo está: si ha empatizado con uno de los protagonistas, en cualquier momento puede transformarse en "el otro". Y así, muchas veces en la obra.

Habíamos estrenado, protocolo mediante (75 % de aforo real) y sin publicidad, confiando en el boca-boca. Tras la novena función, la sala grande del Luchana estaba llenándose (Protocolo ⁷⁵٪), con el público de Madrid. Al quebrarme la cabeza del fémur derecho, tuvimos que levantar las funciones siguientes que también iban camino al lleno total. Y, al decidir no operarme, también decidí el agregarme dificultades. ¿No camino hace tres meses y quiero este sábado ser actor?

No podíamos esperar a septiembre, estamos con las bolas lisas de trabajar para pagar deudas. Y vamos en una Cooperativa de producción a devolver el costo, sin sueldo, ni seguro. Y el Teatro se lleva el 50% de lo que por ventas entre. El 9%, la autoría la obra; el 0,50 el músico, el 0,50 la familia de Quique, y (también del bruto), el 15% de IVA. Pagamos asistente e iluminador. Y el resto, descontados nuestros aportes e IVA's, se divide en 4 partes iguales: cooperativa. La única gran victoria es la siguiente: de no haber  conseguido teatro en un año y medio, a tenerlo y que ,a pesar de haberles detenido la temporada de su Sala Grande con mi accidente, el Teatro no nos abandonó. A tal punto que ,ayer mismo, en un acto de confianza, agregó otra función semanal los días viernes (sin saber cómo arrancaríamos), para atravesar todo el verano en cartel. Ojalá nos vaya muy bien. Lo merecemos.

Es de agradecer que se fijen en tu trabajo entre tantos, y que mi historia teatral acumule cientos de miles de espectadores, pero tanto Paula como yo somos ignorados por la prensa y sabemos que mañana , como todos los días anteriores y los que vendrán, será un volver a empezar. Por eso digo que lo merecemos.

Sabina Berman. Quique Quintanilla. Paula Cancio y yo logramos un muy buen tándem y me encantaría repetir. Nos adaptamos todos a un concepto de teatro en movimiento constante, no reiterativo ni cómodo, que abre las puertas que comunican a los diferentes roles. El director pone su capacidad en los ensayos (en esta forma de trabajo, tales mal llamados ensayos, son pruebas, en realidad), que cada uno aportará al público. Los ensayos empiezan realmente ahí, con el público Sin público es imposible ensayar. Con él, en la sala, se detectan caminos no transitados para la expresión y si las pruebas que cada uno trae (ya no hay nadie más que los actores), son suficientes y aceptadas por él.

El juego no es fácil de aceptar ni de alentar para cualquier director, salvo para los muy superiores. Y, a los productores, los pone muy nerviosos. Los egos y los malos entendidos hay que solventarlos inmediatamente para que no existan resquemores. Sólo se trata de confiar en todos y en cada uno. El resultado siempre es notable. Con Manuel González Gil, lo hicimos en "Mosqueteros", "El Diario de Adán y Eva" y "Por el placer de volver a verla" , juzguen ustedes: siete, diez y 2½ años en cartel, respectivamente. De cada una podríamos haber hecho tres mil funciones más sin cansarnos. Quizá de "El Diario"... unas 10.000 más. Quique, asistente de Manuel durante 40 años, se fue de gira, y completar el equipo tal cuál es imposible ya. Pero se han sumado Ana Belén Beas y Miguel Ángel Chulía, que produjeron la última etapa de "Doble o Nada" en Baires. Y Manuel González Gil (que practica y protege esta visión del teatro sólo para desentendidos), la redirigió cuando a Quique le fue imposible viajar a Baires, aportando su talento, beneficiándonos con su generosidad de autor, amigo y persona. Y su enorme capacidad de síntesis, diversión y narrativa al dirigir. Un Superior. El Más, cuando el equipo de trabajo se lo permite. Porque trabajar así es otro valor, por el mismo precio.

                                                                                                       Miguel Ángel Solá

 

Inédito / Desde Madrid, Especial para Los Verdes Paralelos y Los Verdes Platónicos

Imagen: Cortesía Miguel Ángel Solá y Equipo de ¨Doble o Nada¨.

 

 

¨Doble o nada¨ en Buenos Aires: 

 https://losverdessonlosverdes.blogspot.com/2019/06/doble-o-nada-el-valor-de-una-apuesta_30.html


miércoles, 21 de abril de 2021

Casa Lupe y su estreno en Madrid

Se cumple hoy el primer mes de la primavera europea. Allí ya están regresando de una segunda vuelta turbulenta que aquí recién comienza. En medio de esta atmósfera global enrarecida, conversamos con nuestra Verde Honoraria más activa en los campos de la dramaturgia española: Laura Aparicio

 ¿Cómo fue el estreno de ¨Casa Lupe¨, la nueva obra de teatro dirigida por vos, hubo alguna anécdota que destaques y que nos quieras contar?

 Esta obra está dentro de un apartado que se llama Micromartes. Es una colaboración entre Verónica Larios, de Micro Teatro por Dinero (textos dramáticos), y el Estudio de Verónica Mey, que proporciona los intérpretes profesionales que entrenan en su estudio, con directores de cine y de castings. Me ofrecieron un texto para dirigir en marzo del 2020, antes de entrar en pandemia. Elegí el texto de Inés de Miguel, ¨Casa Lupe¨, y de pronto, el mundo se paró. Gracias a estas dos “Verónicas”, lo hemos levantado. Llegamos al estreno con muchas ganas. Tuvimos llenos los siete pases. La pieza tiene una duración de 15 minutos y entre pase y pase tienen que pasar una máquina ozono en la sala para purificar el aire, aunque tenemos unas mamparas de metacrilato que separan al público de las actrices. Al final, nos hemos acostumbrado a los protocolos del Covid.

 ¿De qué se trata esta obra?

 Fani llega a “Casa Lupe” con la intención de devolver un producto mágico que le aseguraba el amor de Nico, desaparecido desde hace días. Es una comedia con un toque de realismo mágico, donde se transita por los bulos del “amor romántico”. Tanto Laura Alcoba (Fani) como Teresa Sojo (Lupe) son dos actrices maravillosas que bordan sus papeles. Nuestra dramaturga salió de un pase totalmente emocionada y el público disfruta mucho de la función.

 ¿Cuántas funciones van a hacer y hasta que fecha, aproximadamente?

 Estamos programadas los martes de abril, y hemos hecho también un fin de semana. Es posible que continuemos más allá.

 Sos una de las autoras españolas que más está trabajando en este contexto tan complicado. ¿Cuál el panorama actual y cultural en Madrid?

Estamos trabajando, que ya es mucho. Aunque tengamos aforos reducidos y estemos en precario, confiamos en poder seguir y ampliar. Al fin y al cabo, esta profesión es para personas arriesgadas y hace falta más que nunca contar historias y desenmascarar los bulos, mentiras e ideologías rancias y caducas que proliferan tanto. ¿Será por miedo? Lo veremos, lo contaremos. Un abrazo fuerte para todas y todos.

 

Nicolás García Sáez  / Imagen: cortesía Laura Aparicio

Inédito / Desde Madrid, Especial para Los Verdes Paralelos y los Verdes Platónicos


 

sábado, 17 de abril de 2021

Acerca de la improvisación

La idea de la improvisación, la mirada, la importancia de la acción y la no acción comienzan a aparecer, como bailando, me llevan a anotar la palabra responsabilidad, mientras se desprenden algunos interrogantes: ¿cómo proponer sin palabras?, ¿cómo poner en movimiento a un poema?

En los terrenos de la improvisación, hay cosas que cobran sentido y mucho valor y esto de “hacer cualquier cosa” puede, desde allí, comenzar a perfilarse como un plan consciente,  apertura, posibilidad, desarrollo, entrenamiento para estar presente, aunque los patrones instaurados empiecen a desgajarse lisos y llanos frente al inicio del viaje insondable que permite la atención entre el diálogo interno, para que soma-psique se fusionen y se rindan a lo inédito, lo impensado e inmediato que sucede con uno, con el otro, con un público en especial y con todo lo que rodea esa atmósfera. El disparador como tema, como puntapié clave para engranar y articular la historia y su desarrollo orgánico, donde algo lineal también se va orquestando. Improvisar ayuda a sobrevivir y entonces un nuevo y súbito interrogante aparece: ¿con la improvisación se puede dejar de sobrevivir para vivir? Todo parece indicar que en los sincronismos y en la suerte de causalidades están los tesoros escondidos, latentes posibilidades que se transforman en guía, señales, caminos hacia el sentir, ese habitar abierto, en mayor o menor medida, del día a día como puerta, como “sabiduría instintiva” como “información genética”… la simple y, a su vez, más alta labor de componer a partir de allí un proceso para fluir.

La sensibilidad, la percepción, la escucha, la atención intrínsecamente ligada a la honestidad y la honestidad siempre destacada por hacer y estar donde es necesario, me lleva a encontrar una punta del ovillo en la improvisación, al entender su función de abrir y disponer un mundo de sensaciones como acto concreto de su comunicación, una acción cinestésica muchas veces, que además permite oler un color, tocar una emoción, ver un sonido…la improvisación, parece ser, tiene suelo fértil en cualquier encuentro con lo recóndito de las cosas, con aquello que está reservado, escondido, que quizás no tiene nombre, o rostro o que tal vez sea tan redundante que no podamos reconocer su sentido en lo confuso e indefinido. Este devenir como un interminable venir de momentos, de movimiento, quietud y silencio, activos, receptivos, que ese ¨sí¨ no brota sin el conocimiento de esa, que soy yo misma en este caso, en ese infinito y continuo “conocerme” donde se moldean y se reconocen partes, pedacitos, fragmentos, recuerdos, anhelos que se irán uniendo en lo repentino e inmediato, en una forma de decir, de llegar, de quedarme, de captar sin la necesidad de inquirir, solo dejándolos ser, para incluso, en ese despliegue de un mundo variopinto, en el mejor de los casos entregar, invitar, observar, prender, despertar, inquietar, estimular, mover, ayudar, contribuir a otros hacia el recorrido de su propia improvisación-creadora.

 

Texto (inédito): Natalia Martyn

Imagen: Marina Pérez / www.marinaperez.com.ar

Especial para Los Verdes Paralelos y Los Verdes Platónicos