Hoy comprendí algo, quizás volví a vislumbrarlo, o a verlo con mejor perspectiva, a ver el contraste, como cuando se enciende una vela en una habitación a oscuras.
La oscuridad cobra fuerza, pero también sentido, luego algo vital aparece, el resplandor gana terreno, gradualmente, comenzamos a ver todo con más claridad, detalles, la habitación enciende formas definidas, podemos movernos, recorrer el espacio, todo se hace más claro porque ya logramos conquistar la capacidad de ver más allá de las sombras. Según Boris Cyrulnik, a veces las personas van hacia la vida desde la muerte y no a la inversa. Lograr ver el reverso de las cosas es como apreciar un cuenco vacío y no su falta, allí hay espacio para lo venidero, la novedad.
Sentir es para valientes, seguir apostando a la vida, aún mucho más y siempre es mas allá del miedo, con otros, nunca nos salvamos solos. Tuve y tengo la suerte de conocer gente maravillosa durante esta pandemia, personas que me están ayudando a confiar y a comprender que en la vida, si no armamos red, no tenemos historia, y si no tenemos historia no tenemos futuro ni presente posible. Alojarse, verse en la diferencia, respetarse y tolerar la otredad nos permite, sin dudas, ser más humanos, más mortales, tener mejor capacidad de amar, de golpear a la puerta y ver quien está del otro lado, atravesar un umbral.
Armemos red, asumamos cada uno nuestra historia e intentemos juntos sanarnos, para seguir, para las generaciones venideras, para los otros, insistamos en construir, siempre, desde el Amor, que esa sea tu mayor política y rebelión, establecer ese código y esa ética, con la mayor ternura, salgamos de la coerción y entremos en la amabilidad, rocemos al otro delicadamente con nuestras palabras y un abrazo, que esos abrazos circulen, que anden, que marchen , que vivan y podamos, por fin, respirar bien hondo.
Texto e ilustración (inédit@s): Marina Pérez
Especial para Los Verdes Paralelos y Los Verdes Platónicos
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