Recuerdo el estridular
de un grillo mientras camino. Fue anoche, el sujeto vigoroso,
directo hacia el allegro, sabiendo que en pocos meses también podrá demostrar
el esplendor de su adagio. Un ladrido se apaga, momento mágico. Río adentro el
mundo cambia, no tanto como para sentirse un bambi en el país de las
maravillas, pero casi. Hay algo perfecto, lleno de supuestas imperfecciones que
tienden a lo superlativo de ese ¨desorden¨ adelantado que regala la Naturaleza.
Fellini fue un amigo imaginario en mi travesía, la musa que revolvió los
sentidos para estar en las antípodas. Pero, al detener el ojo en el destellito
de sol y sombra con río, imagino un sueño en donde lo homenajeo: la musa lo
hace meditar.
Video y texto
(inéditos): Nicolás García Sáez
Especial para Los
Verdes Platónicos y Los Verdes Paralelos