domingo, 9 de octubre de 2022

Vida, obra, sexo y arte de Alberto Carlos Bustos, municipal y pájaro (trigésima quinta entrega)

Nicolás García Sáez y Miguel Ángel Solá


LO CIERTO ES QUE BUSTOS, PASA SIN COMER NI BEBER -TAN SÓLO ESCRIBIENDO Y DESMAYÁNDOSE- VARIOS DÍAS CON SUS NOCHES EN LA CALLE AGOTE.

 

Si volviera, olvidaría lo que fui, hoy incluido. Escalaría sobre mí

sin hacer ruido, para que los fantasmas no despierten. Ya no quiero

que hagan otro nido en mis sentidos parodiando ese que fue y ya no es.

¿Qué si estoy arrepentido? ¡Y yo qué sé! Si no me acuerdo de mí mismo. ¿Cómo era? Si solamente ella ocupa mis espacios conocidos,

me envuelve la cabeza en telarañas de recuerdos sin presencia, pero vivos.

Y tan vivos, que los creo todavía vivos. Aunque no haya nada.

Pero, saberlo no es alivio, porque, aunque nada haya, necesito.

No hay mano a punto de tocarme, ni beso permitido.

Ni sonrisa que prometa el cuerpo que se ha ido

y que está comprometido ya con otro que la espera

y corresponde, como antes lo estaba con el mío,

pero más agradecido y sano, sin lastre ni memoria.

Todo premio. Sin castigo. Me he perdido tras su sombra.

Si volviera, si supiera volver, si lo quisiera, si quisiera querer...

Pero, sin migas, piedras, hilo, que me faciliten el regreso

Y… ¿a qué volver?, ¿y cómo?, ¿y para quién,

el desandar el laberinto que me lleve? O que me traiga, mejor dicho.

¿Diría acaso “si volviera”, en algún otro sentido

que el del deseo de cambiarlo todo?  Pero, ¿cómo?, ¿cuándo?,

¿dónde?, ¿de qué modo?... ¿Por qué me ha sucedido?

Si volviera, ¿sería capaz de no sentir amor, el que hoy siento,

que, ajado y sin repuestos, me atrofia mente y cuerpo,

me niega nombre y apellido y condición, y me da miedo?

Si volviera, y eso no lo sé -que sí, que sí lo sé-, sería el mismo.

Difícil de entender esto, lo mío. Si volviera, caería en los hechizos

de la desmemoria, del olvido y todo ocurriría casi igual,

por ignorancia, por repetir el curso, por deseo.

O por necesidad, que es casi lo mismo, aunque se nombre diferente

a lo demás. Y caminaría sin parar hasta encontrarla. Ella en el verso.

Ella a pecho abierto. Ella en la mirada. Ella en el verbo:

Amor y ella. Todo es ella. Ella, una y otra vez, por todas partes,

en cada revolcón de mi cabeza, en cada madrugada en vilo y sin ensueño,

y sin sueño ni equilibrio. Otro desmayo, pero tendido en nuestra cama.

que no guarda recuerdos de la mezcla a su descontrol y el mío.

¿Y después de ella?... Nada, ella todo el tiempo. Ella pan, ella el azúcar, ella sal, ella el agua que me entra y que me sale. Ella dolor, ella alegría.

Ella alimento, ella infinitesimal, esdrújula, aguda, grave. Ella vocal.

¿Y vos…? A vos te hablo: ¿cómo estás? De mí sé poco y nada:

que soy una tristeza continuada, que ni la almohada ya soporta el peso de los dos siglos que he vivido,-de los dos milenios-, que anegaron con todas sus ausencias mis cerebros, tanto el del  lucha o huye tan antiguo,

como el del siniestro traga y calla, tan moderno.

Yo soy un silencioso, un hombre que se queda en la penumbra,

que no quiere pelearle al sol un solo rayo. Y si volviera, quizá, eso,

sí lo haría: un rayo de sol para llevar conmigo, que pudiera guardarme

 en el bolsillo del mismo pantalón    que me pondría para el viaje de regreso.

Si volviera. Pero vos… ¿Vos, volverías? No lo sé, todo es una duda

no resuelta. Quizás no me comprenda nadie, por lo dicho.

Si me dijeran como vos: ¿querés volver? Contestaría, que sí,

que quizás vuelvo. Pero no. Mejor no. Mejor no volvería.

¿Y si volviera ella y te lo pidiera?...  La miraría con asombro

como siempre. No por sobre el hombro. Y sería lo que hoy,

frágil, espeso, sin sonrisa casi, poco alivio para el mundo. Quieto.

Amor que el más amor dos veces hizo. Sí, lo haría. Pero no…

Pero, entonces, ¿volvería?, ¿sí, o no?

¿No basta el yo que sé? ¿No basta el qué sé yo?

 

 

“Noche 16” (Si volviera). A.C.B. Agote. Me estoy desmayando en nuestro colchón, amor, volvé.

 

 

Desde Madrid, trigésima quinta entrega. Texto y ficción (inéditos): Miguel Ángel Solá

Dibujo y diseño (inédito): Nicolás García Sáez

 Especial para Los Verdes Platónicos y Los Verdes Paralelos