martes, 6 de julio de 2021

La posibilidad de pintar

Las imágenes que hago y veo me enseñan, me muestran, me dicen, me chocan, me regocijan, me gustan sin entenderlas, sin justificarlas siquiera, sólo porque surgen y quedan plasmadas en formas, colores, encuadres. Todo de mí aparece, con el ser y desde el ser, en el silencio mental de crear, de mirar, de sentir, de hacer…porque sí, sin objetivo ni razón; solo quizás porque es un estado fascinante de entusiasmo, de paz, de niñez. Estado de tabula rasa, sin ideas, sin plan, sin técnica, ni orden, ni objetivo.

Parece un caos, absurdo e inútil. Sin embargo, ahí confío, en ese proceso, porque los egos ahora mudarán a cada imagen, haciendo silencio seguirán existiendo en otro lado, se harán simbólicos, sublimados.

Fluir espontáneo, como es todo, como debemos aprender y no olvidar que es. Dejar de querer ser e ir siendo, sin más, sin objetivos, ni resultados, en el silencio, en la intuición,  madre y maestra de toda la creación. La consciencia. El inconsciente. La verdad emergiendo, en movimientos involuntarios a la lógica. No importa. Finalmente, es lo que tiene que ser, lo que la materia, los sentidos, el movimiento, las acciones, el azar, el destino hacen que sea, lo que guíe la divina intuición.

Esos mundos visuales, sin importar si son  agradables o abominables, oscuros o luminosos, armónicos o caóticos, simplemente surgen, existen para mostrar lo infinito y el movimiento de creación continua. Y son valiosos para mí, porque me gusta hacer, mirar y entender, mirar y no entender, querer descifrar.

 

Texto y pintura (inédit@s): Analía Saharrea

Especial para Los Verdes Paralelos y Los Verdes Platónicos