Odio el viento norte. Solo trae resabios candentes de historias viejas y
arrugadas. Observo hacia el sur diáfano y limpio, fresca brisa que endurece el
rostro. Pero me limpia, me hidrata, me llena, .los dos aledaños solo se pierden
en vagos manotazos de existencia.
Aquí (en Rufino) los horizontes son increíbles. Hay un puente un poco parisino que une el norte y el sur, te da la bienvenida con un Arco de Triunfo. Plaza central e iglesia y vías con unos atardeceres dorados. .Yo siempre digo que solo le falta un mar. y pienso que me voy a ir de acá.
Texto (inédito): Laura Diez*
Foto (inédita): Gustavo Boulan
*Psicóloga social
Especial para Los Verdes Paralelos y Los Verdes Platónicos