jueves, 11 de junio de 2020

Aire puro


El aire puro comienza a dudar de su propia existencia, se oxigena a sí mismo, espera  recibir una orden que dictamine sobre  a quienes podrá  oxigenar. No será el azar quien  lo determine, ni la naturaleza misma como extensión  corpórea del Dios Spinoziano. Aun así,  el aire se filtra disfrazado en el encierro que confina, ese espacio que varía en tamaño, números y colores, pero que solo permite  expresarse por medio de la paleta neutra del blanco o el negro, no resiste otra gama en ninguna intensidad posible, es tiempo de urgencias y dudar  produce mayor ansiedad. 

 El tamiz selectivo de legos  que encajen en la maqueta se ordenan en un lineamiento pedagógico, cuyo eje opera bajo el lema que se escucha en pocas versiones y un solo idioma. No sabemos. Adormecidos en el cansancio del hambre, se distrae la mirada para conformar con la idea que lo más salvaje y bestial pasa en el otro mundo, allá, arriba, a los extremos, en otras partes, donde la brújula enloqueció, donde los discursos, eso no lo dicen, comienzan a tambalear, donde la propaganda ya no está funcionando, donde, en definitiva, somos ausencias que miramos...

Las licitaciones por un mundo mejor y más justo son demasiadas, la gran mayoría quedan en el camino. El concurso está en juego y la sede se debate en la temporalidad de la incógnita. Es insoslayable que la lógica y la retórica  no vayan de la mano. ¿Es fácil persuadir al que solo escucha los ruidos del estómago? Nadie desea  morir de hambre, a esta altura parece que  solo es cuestión de números.

Mientras tanto, firmes los sentimientos y creencias que aferren a la ideología que los atraviesa y comienza a interpelarlos, identidades consistentes de retazos ajenos apelan a la fuerza de voluntad para taponar lo discontinuo, deben seguir  funcionales al partido que se juegue, aunque el resultado ya esté acordado a priori. El fraude siempre quedará del otro lado.

 La tierra fértil de la crisis está colmada de paradojas, no son ajenas a ese otro único espacio,  el que  confina y también interpela y te hace interpelar, que permite, con la mayor arrogancia y atrevimiento,  la posibilidad de la fuga. Siempre bienvenido  el pensamiento, hay que subsistir.

 El espíritu convulsionado de imposiciones binarias no puede detenerse. El caudal tenebroso del miedo, cual discurso moralista, atenta en  los cuerpos reducidos en su determinación material y espacial. Si resisten la compulsa de la inmunidad serán terrenos sagrados para la experimentación. Organizados en el engranaje del mercado, anónimos digitales de lo virtual. Incesante seducción para ser condenados, bajo la sofisticación sutil y eficaz en la producción de una imposibilidad: desertar. No obstante, gracias a esa alteridad ambigua del lenguaje, no hay garantía en este punto, lo convencional y complaciente tropieza con su propia voz incongruente. Germen del pensamiento crítico con eco universal,  cuando la sumisión comienza a oler a somnolencia suicida.

 Resiste en las ondulaciones infinitas del tiempo la lucidez que ilumina otras gamas, colores primarios en  transformaciones y desplazamientos que van plasmando otros escenarios, curiosa búsqueda, van resurgiendo las voces que claman en la circularidad, que se apartan de ella, que no repiten cierta Historia. Advertir la tenue  intensidad de la diferencia señala los  atajos que mueve a la insolencia indomesticable.

                                                                                                         Silvia Chaher


* Especial para Los Verdes Paralelos y Los Verdes Platónicos


Pintura: Nicolás García Sáez