jueves, 29 de septiembre de 2022

¿Alimentos con potencial para socavar la salud? Organismos genéticamente modificados.

Suenan los aplausos y tambores, políticos y científicos celebran el trigo HB4, un nuevo integrante de los organismos genéticamente modificados. Vamos a indagar sobre los puntos a favor y en contra de los alimentos transgénicos.

Si pensamos en los puntos a favor, encontramos que quienes se paran en esta vereda pregonan sobre la importancia de obtener plantas resistentes a la sequía y a diferentes enfermedades, especímenes de crecimiento más rápido, alimentos “medicinales” que se podrían usar como vacunas u otros medicamentos (esto me hace pensar en el derecho del paciente a rechazar un tratamiento), entre otros. Desde la visión científica convencional occidental se trata de un inofensivo “corta y pega” de genes. Se toma un gen, de una planta o animal, de un rasgo que se desea y se lo inserta en una célula de otra planta u otro animal que carece de él. ¿Qué podría salir mal?

Para situarnos sobre la otra acera necesitaremos abrir la mente a un nuevo paradigma y empaparnos de una ciencia que se adelanta, tal vez, medio siglo. Para lo cual tenemos que repensar cómo funcionamos los seres vivos, y entender que hay mucho más allá de lo que se ve. Así como la mayor parte del Universo, aproximadamente 95%, está formada por materia negra o energía oscura que no llegamos a comprender, nuestro ADN está formado en un 98-99% por material genético no codificante, conocido y bautizado por los científicos, hace años, como ADN basura (¿la Naturaleza no sabe lo que hace?). En el 2% restante se encuentran los genes para el jueguito del científico loco del corta y pega.

El Dr. Peter Gariaev, científico ruso nominado al premio Nobel de medicina y fallecido en noviembre del año 2020, explicó en una entrevista sobre el conocimiento más reciente de cómo está codificada la información. El paradigma normal de la información genética mira el lado material del código genético, la química, la secuencia de codones y nucleótidos. Incluso la ingeniería genética, que ha tenido tanto éxito, se realiza mediante procedimientos químicos o síntesis y recombinación de secuencias genéticas como la famosa técnica CRISPR para editar genes. Esta ha sido la perspectiva enfocada en el lado bioquímico o material del genoma, pero este paradigma está cambiando y está dando paso a un paradigma cada vez más inmaterial, biofísico, basado en campos y mecánica cuántica de almacenamiento y transferencia de la información a través del ADN. ¿Por qué la mayor parte de la ciencia occidental no está enfocada en estos aspectos? Tal vez porque los que financian son quienes dirigen el barco hacia su conveniencia, y estar sanos no es rentable para los que venden tratamientos, ¿y los gobiernos qué harían con mucha gente longeva?

Kaznacheev ha demostrado experimentalmente la comunicación electromagnética entre cultivos celulares. Por otra parte, en 1985, el Dr. Gariaev descubre las propiedades holográficas del material genético. El ADN es un texto que todavía no somos capaces de comprender en su totalidad, el material no codificante poseería información organizadora y generadora de contexto. Lo que se sabe es que el ADN está escrito de acuerdo con los principios del lenguaje humano, por lo tanto, si imaginamos un libro y nos ponemos a cortar y pegar palabras podríamos afectar al sentido del mismo. ¿Consecuencias? El tiempo lo dirá.

 

Texto (inédito): Laura Chiavetta

Foto (inédita): Nicolás García Sáez

Especial para Los Verdes Platónicos y Los Verdes Paralelos

 

miércoles, 28 de septiembre de 2022

Viento de primavera

Nicolás García Sáez

.¿Te despertás por las mañanas tarareando con síncopas los susurros melódicos de Sonny Rollins (Magna Leyenda que sigue en pie) y Stan Getz? ¿Lo primero que ves en el espejo, después de quitarte las lagañas (legañas también, dice la rae) es el reflejo de Charly Parker o John Coltrane? ¿Almorzás tus buñuelos de espinaca sin dejar de paladear cada corchea de John Zorn, de Dick Parry (el amiguísimo de Pink Floyd), de Dolphy, Marion Brown o de Rouse? Tal vez, por la tarde, solo pretendas acercarte a los primeros pasos de Shorter, de Coleman e incluso de Hawkins, ¿por qué no? Nadie te dirá nada, todo lo contrario, si solo querés aprender a tocar el Feliz Cumpleaños, la de la Pantera Rosa, la de Star Wars. O, tal vez, con el devenir de las horas, ya por la noche, te encuentres bailando arriba de tu mesa, zapateando junto a ese encuentro épico que tuvieron Taraf de Haïdouks y la  Kočani Orkestar. Como sea, mientras siguen en curso los otros talleres (pintura y narrativa) que brinda uno de nuestros Verdeplatónicos, ahora comienzan, como en cada principio de estación del año, sus nuevas clases, en este caso de saxofón, que se irán desarrollando durante la temporada de tantos brotes, tantas flores y el conspicuo verdor. No te las pierdas. Más data en el flyer.

 

domingo, 25 de septiembre de 2022

Vida, obra, sexo y arte de Alberto Carlos Bustos, municipal y pájaro (trigésima tercera entrega)

 

ELLA SE MARCHA DEL PISO Y ÉL QUEDA EN ESE INMENSO PÁRAMO DE DESOLACIÓN, ESPERÁNDOLA.

 

Un regusto a noche entrecortada.

Oídos que no escuchan la palabra que da ganas de vivir.

Donde ayer hubo tanto, cabe menos.

Por momentos, algo más que nada.

Es esta cicatriz entre costillas la que habla.

Alimentándome el sopor.

Curvándote en mis manos.

Batiéndome en el pecho.

Jadeándome al oído.

Sembrando en mi cerebro porque sí.

Sábanas, almohadas,

una manta, el cielorraso...

Y lo que fue. Y lo que no.

Y lo que podría.

Si yo hubiese... Si ella hubiera...

Naderías, excusas, vil manía de mis miedos.

Tres horas de entresueño entre temblores y silencio.

Te busco, ojos cerrados, y esta cama

desnuda la respuesta que no quiero.

De a poco: labios besan aire, manos tocan tela,

olfato que no sabe a que atenerse...

Y un color soledad,  o su vestigio,

me asemeja a otro hombre,

en otra noche, de otro tiempo...

Y me desvela una vez más.

Y me duerme una vez menos.

 “Noche tres sin vos” de A.C.B. Agote. No sé en qué día vivo


Desde Madrid, trigésima tercera entrega. Texto y ficción (inéditos): Miguel Ángel Solá

Dibujo y diseño (inédito): Nicolás García Sáez

 Especial para Los Verdes Platónicos y Los Verdes Paralelos

sábado, 24 de septiembre de 2022

Y el Nuevo Mundo... ¿dónde está? (2)

Ustedes tal vez no lo recuerden, pero no hace mucho tiempo, había algo premonitorio revoloteando entre los iones y los céfiros, un ¨yo te lo dije¨ zumbando en ciertos gestos apurados o, todo lo contrario, en una parsimonia inusual que daba la impresión de estar acumulando reservas de paciencia y energía ante el enésimo sacudón que aparecería inevitablemente gracias a las deficiencias de los mismos de siempre. En aquel entonces , había una antesala de algo que se venía cantando hace tiempo en los bares, en las intimidades más lúcidas y en su polo opuesto, el de los medios de desinformación masiva, cuando no, que luego comenzaron a magnificar los titulares con alarmas y neones, una manera siempre burda de mantener a los consumidores bebiendo de las tetas del miedo. Y, en medio de todo eso, la sensación espesa que producen las películas de zombis y de todos los apocalipsis juntos, bodrios repetitivos que ya con la musiquita te adelantan el guion, incluso las que cuentan (o descuentan) con una escenografía y unas actuaciones que rozan la tragicomedia, aunque tengan el plus de una noche rara, fría y ventosa de los principios de un otoño del año 2020. Ustedes tal vez no lo recuerden, pero en una época no muy lejana, la gente, durante aquellos primeros días, se aventuraba a los balcones para aplaudir a los galenos que arriesgaban sus vidas por nosotros, cobrando muchísimo menos dinero que cualquier diputado que ¿trabajaba? por zoom. Ustedes tal vez no lo recuerden, pero todo eso sucedió y ya lo estamos olvidando.

El tiempo fue lento como pocas veces y las malas decisiones ajenas se metían, literalmente, en el living, la habitación, la heladera, en los presupuestos que se iban agotando mientras estaba prohibido trabajar. Te lo cuentan ahora y parece el boceto de un libro descartado por Orwell o Bradbury, pero aquello sucedió y estuvimos inmersos hasta la médula, con templanza de samurái zen devoto del Tao o el feng shui, había que tener la cabeza y el hogar bien ordenados para soportar lo que vendría. Y un cuerpo bien entrenado.

¿Y si yo tenía ganas de  ponerme a dar clases multitudinarias de spinning punk con todos los de Sumo sonando al palo? ¿Podía? No, no podía. Juventud, divino tesoro, sobre todo si uno siempre lo hizo y lo hará extensivo a los horizontes del tiempo. Fue duro, damas y caballeros, durísimo, todos  estuvimos ahí, todas la parieron como si fuese el eclipse que trae algo nuevo, pero tóxico e incierto. Así las cosas, se barajaban varias opciones: quedarte acostado, sentado o parado. Si estabas acostado podías contemplar un cielo más bien fusco con muy pocas posibilidades. Si estabas sentado podías ser el rey de los matices. Si estabas parado podías hacer ejercicio, tender una mano, ayudar. Rebelión era una palabra polémica que también, llegado el caso, sonaba muy bonita, sobre todo cuando nos enterábamos de los casos de Solange, de Facundo, de Magalí, de Franco, de Lara, de Abigail, de Luis y de los cientos de miles de personas (con todos sus inmensos derechos humanos y la sagrada Constitución en la mano) que fueron humilladas durante la Cuareterna Medieval, autoritaria e ineficaz como casi ninguna otra en el mundo. Melbourne tuvo la más larga, dejando a ese desacierto monumental en segundo puesto, algunos intransigentes probablemente lamenten ese dato.

Hablando de las mitocondrias… ¿qué se podía hacer con ese/a maravilloso/a/e amigo/a/e acérrimo/a/e, con esa/e/o querida/o/e amiga/o/e o ese/o/a querido/a/e familiar que parecía ciego/a/e, sordo/a/e y mudo/a/e? ¿Qué se podía hacer con esas/es/os afectuosos/as/es obsecuentes/as/os? que defendían lo indefendible? ¿Qué se podía hacer cuando te dabas cuenta que los socavaba el rubor ajeno debido a la inoperancia e hipocresía de sus líderes/as? ¿Qué se podía hacer cuando te enterabas que se enorgullecían (¡y encima lo difundían por sus redes sociales!) por haber denunciado a un vecino deprimido que salía a respirar un poco de aire para no enloquecer dentro del monoambiente que alquilaba en Buenos Aires, Córdoba o Rosario junto a su mujer y sus dos hijos, todos desempleados? No mucho más que compadecerlos y abrazarlos. Eso es lo que se podía hacer y se hizo con estos seres, muy buena gente, probablemente, incluso con muy buenas intenciones, pero que daban a entender que estaban un tanto... confundidos/as/es, personas con una indignación selectiva que se destrababa según soplase el viento, seres/as/os? muy nobles/as que esperaban para ver y leer las directivas del rebaño/a/e y así poder repetir mansamente el cotorreo de turno. ¿La opinión personal, libre, independiente? Bien, gracias, pero allí brillaba por su ausencia. Compadecerlos/as/es, quererlos/as/es, intentar comprenderlos/as/es, darles, con ese gran gesto de paciencia y bondad, Amor Verdadero, Amor del bueno, Amor del que se bebe de las fuentes primigenias, el de Cupido, el de Siddharta, el de Julieta hacia Romeo y viceversa, el que no se usa como estratagema para ganar un voto o generar, qué curioso, el odio tan mentado al que se recurre para dividir e intentar mal reinar.

Querer abrazar y no poder hacerlo, para luego enterarnos que quienes supuestamente tendrían que haber dado el ejemplo festejaban con banquetes (bancados con la nuestra) y besos y abrazos. Gente pasando penurias, hambre y desesperación mientras un perro muy mimado y pariente de Lassie comía toneladas de alimentos Premium, también pagados con nuestros impuestos. ¿El boceto de un mal cuento descartado por Chejov? No, la triste realidad Argentina durante el 2020.

Cuando a mi, en los ambientes del funky, del rock, me preguntaban si los Redondos o Soda yo siempre contestaba Sumo. Algo parecido me pasó en ese despropósito que fue el aislamiento infumable y obligatorio, que parecía conminarte a estar en el Boca y River de la supuesta derecha que hace cuentas, o el de la supuesta izquierda que hace cuentos, o en ese centro soporífero que ve con morigeración el lento y perezoso vuelo de las moscas piponas. Que manía esa, la de querer ubicarte dentro de un conceptito binario que intentaba obligarte a estar a favor del llamado socialismo (¿acaso aquel ¨sui generis¨ importado de Italia que, se dice, habilitó el ingreso al país de un montón de jerarcas nacionalsocialistas?) o a favor del llamado capitalismo que no pudo, o no quiso y aún sigue sin encontrar una solución concreta y expeditiva a la pobreza congénita de este país. Pero qué testarudez, la de querer imponerte el estar a favor del pavo real del turno actual, o el pavo real del turno anterior. Naranja, señores, yo llevo ese color, el preferido de mi infancia, el color con el que a mí me gusta reverenciarlo a Buda y de ahí no me muevo, o me muevo apenas porque siento que me elevo (un poquito, un milímetro) cada vez que practico sus enseñanzas, lo suficiente como para darme cuenta que esa grieta es una artimaña para dividirnos y seguir engordando la megalomanía, los bolsillos y la inseguridad de la oligarquía política. Punto y aparte. O seguido. Y así la Magia, la que había que reinventar a diario para poder funcionar, no enloquecer, ni desesperar, colaborar con los que flaqueaban o caían rendidos mientras las balas covídicas pasaban lejos, cerca o no pasaban cuando nos zambullíamos adentro de la Fortaleza de los nuestros, que fue infinita. Hubo Hermandad. Hubo Cofradía. Hubo Comunidad. Ustedes ya lo saben, damas y caballeros.

Mientras tanto, en las rutas argentinas, solo pululaban los polis y los afortunados con permisos muy dudosos. Permiso. Había que pedir permiso para casi todo, caso contrario el apercibimiento era contundente, cualquier semejanza con una época cercana y siniestra  de nuestra Historia…¿era pura coincidencia?.  Recuerdo la visita de una amiga ¨con permiso¨ para circular, una rara avis entrañable que había votado a los gestores de la Cuareterna, pero que tenía una apertura mental admirable para desmenuzar cada uno y cada cual de los innumerables atropellos que en aquel entonces se estaban cometiendo. Recuerdo que salimos a fines de aquel invierno, luego de largos meses de encierro, a dar, por fin, una vuelta por las rutas y los pueblos semi vacíos: la sensación era la de ser unos marcianos en medio de un laudo lunático. Fuimos recorriendo las orillas de un río y, picnic austero mediante, nos detuvimos a contemplar y a filmar el reflejo de los árboles, el reverberar, el agua quieta y extraña, allí comentamos algo sobre el correr de un gran velo y los descubrimientos, el nuevo mundo que se avecinaba. Hablamos sobre vacunas, cyborgs, microchips, ciudades inteligentes, trabajos que iban a ser realizados casi exclusivamente por robots. Tuvimos una conversación muy técnica, pero también jocosa mientras imaginábamos cielos de colores imposibles. De repente, un sonido, un chasquido. Algo se movió en el agua, algo muy real y concreto: era un pez, pequeño, diminuto, nadando libre, sereno, ni a favor, ni en contra de ninguna corriente.

(continuará)


Texto y video (inéditos): Nicolás García Sáez

Especial para Los Verdes Platónicos y Los Verdes Paralelos

 

miércoles, 21 de septiembre de 2022

Acompañamos

Saludamos con bombos y platillos la llegada de la primavera, brindamos por las orquídeas, las nubes níveas, los colibríes y las lluvias que han calmado buena parte de los incendios en  tantas zonas de nuestra Patria Querida (de paso nos preguntamos si no habrá algún meteorólogo y/o discípulo de Nostradamus entongado con los especuladores del fuego, qué casualidad que siempre, siempre, siempre  llueve quince o veinte días después de iniciado el caos). Así las cosas, nos complace anunciar esta maravillosa obra de teatro que protagoniza -en la ciudad de Buenos Aires- una amiga de esta trinchera lúdica y un poco díscola: Adriana Miris, Verde Honoraria, despliega toda su experiencia e inmenso talento junto a Marcela Sanz y Carlos Mastrángelo, una tríada que nos propone encrucijadas y picardías variopintas, llevando a buen puerto una historia de amores y desamores y la inconmensurable necesidad humana de afecto y contención frente a la desazón que persiste en esta posmodernidad, líquida, según Bauman, pero también dura como un hielo antártico. Conflicto, suspenso, humor, profundidad entre los meandros más inesperados hacen de esta obra una cita imperdible. Más data en el flyer


Las entradas se consiguen haciendo click aqui abajo:

https://publico.alternativateatral.com/entradas80542-compania?o=14

 

lunes, 19 de septiembre de 2022

La reina

 El carruaje tirado por caballos de color azabache, se acercaba a la casa. La anfitriona, en medio de cacerolas y platos, batía con furia la crema de leche. Al borde del llanto, murmuraba por lo bajo: ¨¡Siempre hay que rendir pleitesías! ¡No somos sus iguales, y no quiero serlo!¨.  De tanto batir, la crema se cortó. Su rubor no alcanzaba a disimular tanta impaciencia y malestar. ¨¡Piensa en tu hija! ¡Somos los elegidos!¨, le dijo el padre, levantando la voz. Darle el gusto a él y deleitar a los invitados con su habilidad para cocinar, a veces no era placentero para ella. Pero esta vez… ¿era diferente? Aparentemente si. En efecto, a raíz de un juego y del azar, habían sido elegidos con el privilegio de una visita real. 

La casa nunca estuvo más ordenada y limpia. A pesar del deterioro de puertas y paredes, había un sector preparado para recibir a las visitas, sillones dispuestos en ele frente al único ventanal, que daba en parte a la calle y al fondo muy descuidado de un sitio baldío. Algunos vecinos de aquel rincón del conurbano espiaban por sus ventanas, enterados del arribo de la reina.

El carruaje se detuvo frente a la casa y un séquito de hombres armados comenzó a bajar.

¨¡Mamá, llegó la reina!¨. La madre de la niña, o sea, la anfitriona, casi con un suplicio, le dijo: ¨¡Por favor, hija, la recibes, conversa con ella, muéstrale tus libros, tu música y no permitas que entre en la cocina!¨  La reina dio unos pasos y, sonriente, ya estaba en la puerta de entrada. Así las cosas, tomó la mano de la hija de la anfitriona, quien la saludó con un ¨¡Hola señora! ¡Hola su Majestad!¡ Ay Mi Dios discúlpeme!  ¡No sé cómo llamarla!...¨ La reina continuó sonriendo, la niña pudo percibir algo fosforesciendo entre esos dientes, pero supuso que era un efecto de las luces de aquel día. 

Los comensales (la familia, algunas amistades y algunos parientes de los privilegiados) se desparramaron en los sillones, hablando entre ellos. La reina no los saludó, tampoco se detuvo a observarlos, caminó por el pasillo, directo a la cocina, pero tropezó con una baldosa floja y algunas hormigas coloradas abandonaron el cuartel, eran cientos y, con sus zapatillas como flechas, treparon raudas por las enaguas de su alteza. La madre saludó nerviosa entre los murmullos provenientes del living y, con señas de indignación contenida, miró a la hija: ¨ya está todo listo, pueden ubicar a su alteza en la mesa del comedor¨, dijo, pero las sillas no alcanzaban para todos y todas.

La reina se acercó a la pequeña multitud. Todos y todas callaron, se pusieron de pie, hicieron una reverencia. La reina se ubicó en la cabecera y se rascó la nariz.

Mientras el humilde banquete comenzaba, un fuerte viento se desató, volando el cortinado de tul amarillo. El barral cayó, rozando la espalda de la reina. Una cucaracha intrépida, que nadie había visto, saltó hacia su corona. Uno de los niños, hijo de la anfitriona,  vio al insecto y el grito de júbilo se adelantó a un manotón, que quedó como un gesto, vano, flotando en el aire. La reina se movía inquieta, una cosa era arengar sobre la humildad y la pobreza en los discursos que daba ante las multitudes y otra distinta, era vivenciarlas. Las gotas de lluvia comenzaron a golpear cada vez más fuerte los techos de chapa. El padre disponía las copas de vino, pero no alcanzaban para todos y todas y se hizo el distraído cuando la reina volcaba el contenido de la suya sobre su vestido, manchando con líquido barato la tela real.

El cielo raso comenzó a remarcar la aureola bajo la cabeza de la reina, subrayando el inminente poder que iba ganando el insecto sobre su corona. Era una cucaracha de un tamaño exagerado. En escasos minutos, la gotera, siempre fiel con las lluvias, cayó directo en el plato de la monarca, y luego sobre la salsa y el mantel. La anfitriona, exhausta y avergonzada, cubría las manchas con servilletas de papel, rogaba en su interior que cesase la lluvia y adelantasen la partida de aquella mujer. Los truenos siguieron. La calle se convirtió en río y un rayo cortó la luz. Los niños, ajenos al peligro, salieron a jugar con el temporal mientras armaban barquillos de papel, que desaparecían en la corriente. El cielo, de repente, oscureció. Adentro de la humilde vivienda, la vela se consumió al instante. Los súbditos rodearon en silencio a la reina, su rostro real comenzó a hincharse. La madre le dio a beber un vaso de agua con azúcar, pero la reina vomitó y se hizo encima. La madre pidió disculpas, había confundido el azúcar con la sal.

El carruaje, con el agua hasta el cuello, esperaba para partir a la brevedad, pero el camino de regreso ya era un lago.

Pasaron las horas, largas, lentas, de todos los colores, hasta que la radio a pilas anunció con alivio el final del peor temporal del año. Embotada, la reina no entraba en la camilla que habían dispuesto para movilizarla, sentía frío. La hija de la anfitriona cubrió con su manta el cuerpo orondo de la monarca mientras le contaba las historias más trágicas de los piratas, dueños del océano, historias de monarcas que engordaban sus arcas personales gracias a los impuestos que les cobraban a los trabajadores. La reina temblaba. La hija de la anfitriona la cubrió aún más, la miró a los ojos y le dijo: ¨ Mi sueño es conocer París, Brasil, Mar del Plata…¡Oh no! … perdón, Su Majestad, me equivoqué de sueño, tan solo quiero aprender los otros idiomas que habla el mundo!¨, dijo con un murmullo dulce y sereno, pero la reina ya no la escuchaba.


Texto (inédito): Silvia Chaher

Ilustración (inédita): Ercilia Marcó del Pont

Especial para Los Verdes Platónicos y Los Verdes Paralelos

domingo, 18 de septiembre de 2022

Vida, obra, sexo y arte de Alberto Carlos Bustos, municipal y pájaro (trigésima segunda entrega)

Nicolás García Sáez Miguel Ángel Solá

BUSTOS, SIN PODER ASIMILAR EL SUCESO, LE CREYÓ A SUS OÍDOS. PERO SU CORAZÓN CONTINUÓ BOMBEANDO SANGRE CALIENTE ANTE CADA RECUERDO DE ELISITA, QUIEN LE HABÍA HECHO DEGUSTAR COSAS QUE JAMÁS HABRÍA IMAGINADO.

 

Te quiero aquí -es esta cicatriz

entre costillas la que habla-,

aquí, te quiero,

alimentándome el sopor...

Aquí, curvándote en mis manos,

batiéndome en el pecho,

sembrando en mi cerebro porque sí...

Ya, por favor, aquí...

 

Pero no hay aquí...

Donde ayer hubo tanto, cabe menos.

Por momentos, algo más que nada.

Sábanas, almohadas,

una manta, el cielorraso,

este olor a soledad,

y una tristeza que no puedo contener...

 

Tres horas de entresueño

entre temblores y silencio...

 

Te busco, ojos cerrados, en el lecho

que desnuda la respuesta que no quiero...

De a poco, labios besan aire,

manos tocan tela,

olfato que no sabe a que atenerse...

Gusto a noche entrecortada, a solas,

y oídos que no escuchan

la palabra que da ganas de vivir,

como si existiera nada más que el sol,

el viento, el agua, el dios amor, o sea: vos,

o sea: nada más que vos, aquí...

 

“Noche dos” A.C.B. Agote. Quien se va sin que lo echen, vuelve sin que lo llamen, espero. Yo no te eché

 

Desde Madrid, trigésima segunda entrega. Texto y ficción (inéditos): Miguel Ángel Solá

Dibujo y diseño (inédito): Nicolás García Sáez

 Especial para Los Verdes Platónicos y Los Verdes Paralelos


miércoles, 14 de septiembre de 2022

El agua (con toxinas) nuestra de cada día

Científicos del Centro de Investigaciones Medioambientales de la Universidad Nacional de La Plata y del CONICET, realizaron un estudio para determinar MICROCISTINAS en el agua de red de la ciudad de Córdoba. El día 29 de junio se tomó una muestra de agua de una canilla de ingreso en un domicilio de zona norte de la ciudad (en presencia de un escribano, quien constató la acción y el envasado hermético con precintado de seguridad inviolable). El material fue enviado al laboratorio en la Universidad Nacional de La Plata. Para el análisis utilizaron el método de cromatografía liquida (HPLC). Los resultados mostraron la presencia de microcistinas con un valor de 17 microgramos por litro de agua.

Recordemos que la OMS y la Resolución 174/16 del Ministerio de Agua, Ambiente y Servicios Públicos de la provincia de Córdoba, establecen que el límite tolerable para los humanos es de hasta 1 microgramo por litro.

La relevancia de las microcistinas se debe a su potencial de inhibición de las fosfatasas, lo que se asocia a daño hepático. Estas toxinas son producidas por cianobacterias presentes en el Lago San Roque, de donde proviene el agua cruda que luego de la “potabilización” (¿estaría fallando?) se distribuye en diferentes zonas de Córdoba.

En el año 1996, en Brasil, hubo hepatitis tóxica asociada a fenómenos de floraciones de cianobacterias, se intoxicaron 150 personas y 56 de ellas murieron. Por otra parte, en China, se investigó la exposición crónica a estas toxinas y se vio correlación con aumento en los casos de cáncer de hígado y de colon.

Un punto importante son las vías de exposición, además de la ingesta de agua también hay que tener en cuenta las actividades acuáticas recreativas, la ducha, las bebidas y alimentos contaminados. Además, se confirmó el potencial tóxico del agua aerosolizada en el embudo del lago San Roque por contener tanto cianobacterias como microcistinas tóxicas.

Como para recapacitar, en el año 2020 en Ohio, el gobierno estatal emitió un aviso de no beber ni hervir agua a clientes de una empresa de agua potable porque las microcistinas totales en el agua tratada llegaban a 2,5 µg/litro.

La literatura científica nos muestra que estas toxinas pueden eliminarse “en parte” con el tratamiento del agua con cloro y carbón activado. Nuevos avances, los investigadores de la Universidad de Toledo han encontrado que la cáscara de arroz, subproducto agrícola abundante y barato, puede ayudar a eliminar hasta el 95% de las microcistinas del agua.

Como dijo Paracelso hace más de 500 años: La dosis hace al veneno.

 

Texto (inédito): Laura Chiavetta

Pintura (fragmento inédito): Nicolás García Sáez

Especial para Los Verdes Platónicos y Los Verdes Paralelos

 

Eco y su sombra

Yhavéh no pronunció todas sus maldiciones: / - Estarás condenada a la repetición.  / El espejo se deshizo  / y se multiplicó.  / Eva no lo supo.  / Parir con dolor, pensó. Vaya.

Narciso me persigue para demandarme. / Todos los mitos mienten.  / Mitómanos. / Me veo correr por una réplica boscosa,  / pisando antiguas hierbas duplicadas.  / Y el viento pretende despeinarme  / como si fuera la primera vez. / El viento es un mitómano:  / me vientea cuentos viejos al oído. / No le crean al viento. 

Tal vez no sea Narciso quien me persigue. / Es igual a mí, pero no me deja ser. / No me deja ser. No me deja ser...

Allí es cuando yo empiezo a perseguir  / a Narciso. / Tal vez el mito diga la verdad.  / Diga la verdad. / Narciso no tiene la culpa. / Yhavéh tampoco.  / La omisión fue del copista.

 

Desde Uruguay, poema (inédito): Sandra Escames

Imagen (inédita): Nerina*

*Comunicadora visual y profesora de artes marciales

Especial para Los Verdes Platónicos y Los Verdes Paralelos

 

domingo, 11 de septiembre de 2022

Vida, obra, sexo y arte de Alberto Carlos Bustos, municipal y pájaro (trigésima primera entrega)

Y PARA ELLA ESCRIBIÓ EN LOS FINALES DE LA RELACIÓN. CUANDO ELISITA CONSIDERÓ QUE EL USO Y ABUSO HECHO DEL YA MENGUADO CUERPO DE ALBERTO CARLOS ESTABA POR DEPARARLE ALGÚN QUE OTRO PROBLEMA, LE ANUNCIÓ SU PRÓXIMO ENLACE CON BENICIO ELISEO PRADERA DEL MEROTE, ACAUDALADO GANADERO DEL OESTE DE LA PAZ, BOLIVIA, A QUIEN DEDICARÍA SU ALMA CUERPO Y VIRTUD POR EL RESTO DE SUS DÍAS. AGREGÓ ELLA, CON LÁGRIMAS EN LOS OJOS, CLARO: “NO ES NECESARIO QUE TE VAYAS YA MISMO, PERO NO ME ESPERES. YO NO VOY A VOLVER… ADIÓS, AMOR MÍO QUE TODO LO ENTIENDES Y ACEPTAS COMO NADIE, SIEMPRE VOY A ESTAR UNIDA A NUESTROS ARDORES, PERO LEJOS DE LAS TENTACIONES QUE ESTOS ME HAN DESPERTADO”. (RARÍSIMA DESPEDIDA, LO SÉ, PERO IDEAL PARA ZAFAR DE CUALQUIER DISCUSIÓN POSIBLE, PORQUE TE DEJA PENSANDO).

 

No sé en qué recodo del camino te perdí, cómo, ni cuándo.

Me quedé aquí, esperando. No iré más lejos. Por entre la bruma, que te envuelve como a mí, quizá me estés buscando.

Pero nada se detiene en ningún tiempo, verdad que todavía no entendí.

Todo se mueve -lenta, velozmente recta, sinuosa, débilmente-, allá, a lo lejos, y me señala a modo de saludo alguna sombra. No eres tú, es alguien que se burla, mi ilusión, que no quiere dejar de ilusionarse, aunque sepa que sabe, y que yo sé. La vida dice a voz en cuello:

¡No vendrá!  Le gusta más el por ahí que el por aquí que puedas darle.

Es claro de entender. Es la infelicidad tenerte cerca. No puedes disfrutar.

No sabes ver la vida como un regalo inmenso, y vivir, es conjugar un verbo lleno de apetitos al alcance del deseo. Te has negado

No lo has hecho. No lo has conjugado. Tenso, serio, triste, preocupado.

Amargo, infeliz, siempre agobiado. Dolorido, torpe, no sirves para esto.

Lo que de ti queda es la pobreza de toda la riqueza que se ofrece.

Te quedarás aquí. Esperando el vano acontecer. O el turno del milagro.

Que no existe. Que no es.

 

“Noche Ocho” (Espejismo) A.C.B. Agote. No veo los colores, Elisita. Volvé

 

Desde Madrid, trigésima primera entrega. Texto y ficción (inéditos): Miguel Ángel Solá

Dibujo y diseño (inédito): Nicolás García Sáez

 Especial para Los Verdes Platónicos y Los Verdes Paralelos

jueves, 8 de septiembre de 2022

Uno más dos más tres es igual a cuatro

UNO:  Si hay algo que nos diferencia de otros  animales, es la capacidad que tenemos para ejercer el control fino de las manos, circunstancia plausible gracias al aumento del tamaño de nuestro cerebro, hablamos de la corteza motora,  cuyo objetivo es hacer que las manos reciban una de las mayores proporciones de neuronas (las motoras), las cuales envían señales a los músculos para que se activen. Los monos, dicho sea de paso, también lo pueden hacer bastante bien.

DOS: No hará falta aquí hablar de una Crew 60th White Gold Tibaldi Fountain Pen, o sea, la lapicera más cara del mundo. Ni siquiera de una Parker o una Mont Blanc. Mencionaremos, si, a la Bic, el boli, la birome, gran invento argentino que, con inflación descomunal y todo, aún se consigue por dos mangos en el maxikiosco 24/7 que puede haber en cualquier esquina, e incluso a mitad de cuadra.

TRES: ¿En qué consiste la Ley de Humedales? En una propuesta de legislación argentina para la conservación, regulación y protección de los humedales que hay en el país. Si quiere saber más , hay toneladas de información en Internet, una tarea de consulta la mar de sencilla que no le demandará mucho más que mover algunos dedos de las manos

CUATRO: Si sumamos uno, más dos, más tres, o sea, mover una manito, agarrar una birome y firmar una ley que evitará una grandísima parte de los incendios que hoy están destruyendo los territorios de Rosario y Córdoba y antes Corrientes y la Patagonia y…¿adivinen qué sucedería? Muy sencillo: además de ganar algo más que una pizca de respeto (el cual hoy les brilla por su ausencia, pero eso ya lo saben hace añares) nuestra Gratitud , no lo duden, será inconmensurable.

 Lo vamos a poner en rojo, para que se lea mejor:

 LEY DE HUMEDALES YA!!!!!

 

Colectivo Cultural Argentino Los Verdes Platónicos y Paralelos

Video (inédito): LVP&P

 


 

domingo, 4 de septiembre de 2022

¨ La desaparición ¨, el último largometraje protagonizado por Miguel Ángel Solá

Nicolás García Sáez Miguel Ángel Solá

 Mientras conversamos por wasap, me entero de la existencia de su último largometraje, a punto de estrenarse en Europa.  Mi atención, a veces dispersa, ya está enfocada al ciento por ciento en ese diálogo. Es curioso como se va presentando el proyecto de un orfebre del séptimo arte, aparecen imágenes de pinturas hechas por Lucian Freud y Francis Bacon (que inspirarán varios fotogramas) una reseña, un blog, quiero saber más. Un par de días más tarde soy un privilegiado que accede, mediante una contraseña, a la plataforma Vimeo para asistir a una suerte de premiere virtual. Agradezco esa posibilidad y empiezo a ver ¨La desaparición¨, la última película protagonizada por nuestro querido amigo Miguel Ángel Solá.

Con una duración de una hora, Ruben Alonso (director y guionista de ¨Intimos y extraños¨, su primer largometraje) propone al espectador aquellas exigencias que no requieren el pochoclo y la gandulería de los mismos productos de siempre. Rodada en la ciudad de Valladolid, en pocos días, inspirada en una historia real, las primeras tomas, en las que aparece la actriz española Marta Nieto (protagonista, entre otros, del largometraje ¨El camino de los ingleses¨, con Antonio Banderas como director y del célebre cortometraje ¨Madre¨, nominado a los premios Oscar) deambulan entre la calma y las sombras, luces tenues acompañadas por un saxo dulce. De este modo, la percepción irá boyando entre contrapuntos que van de lo frío a lo cálido, del hastío de la modernidad a la alegría de la música y la tragedia que comienza a asomar. Varios sentidos en estado de alerta. Vamos bien.

Aparece, así, el protagonista, sentado en una silla, con semblante afligido, melancólico, inmerso en lo que aparenta ser un mar de dudas, de confusión mental (el film trata, también, el delicado tema del alzheimer), haciéndose preguntas que brinda con cuentagotas mientras no deja de observar una puerta. Comenzamos a preguntarnos sobre el qué, el cómo, el cuando y asoma una voz femenina que nos va guiando, pero que también invita a despertar nuevos enigmas sobre el universo del hombre,  ahora tendido sobre el suelo, abrigado por las luces nocturnas que uno supone vallisoletanas y donde, por cierto (dato de color) vivió Cervantes, allí logró imprimir la primera parte del Quijote.

Las emociones, los gestos mínimos, son perfectamente explotados, con ese plus que aporta el inigualable carisma del actor, que aquí te conmueve actuando incluso con las manos, que tiemblan, que hacen chirriar los brazos de la silla. Actúan también sus ojos, su mirada (vidriada y cansada) mientras la música alegre se va fundiendo con el drama y una nueva toma lo muestra observando pertinazmente esa puerta, en donde, hacia un costado, cohabita la mitad sin cabeza de un viejo maniqui, tal vez una metáfora del olvido y la fragmentación que depara el trastorno neurológico que lleva el apellido del psiquiatra alemán.

Las atmósferas van al hueso, a lo esencial, pero también despiertan mundos infinitos. Observo detenidamente, en el recuerdo de la mujer amada, el parpadeo y el destello magistral de una lágrima que no termina de aparecer. ¿Cuándo se realiza la ceremonia de los próximos premios Goya? ¿Estarán atentos a esta notable actuación los responsables de la categoría al mejor actor?

Monólogo. Yo prefiero a Haendel. No hay nada más falso que la apariencia de un rio calmo ( todo sucede en las profundidades). Lo que ya no existe. Alzheimer. Determinación. Sombras…son pistas, palabras que acompañan, escritas o narradas con la voz en off. Nos vamos enterando que el hombre sentado en la silla, mientras no deja de observar la puerta, tuvo ese tipo de trabajos que sirven para pagar el alquiler o la enésima cuota de la hipoteca o para irse de vacaciones un par de semanas dentro de todos los largos meses que engloba un año. Nos enteramos también que, en algún momento, fue un buen fotógrafo aficionado y que allí hubo amor del bueno, aquel que se comparte y resiste tempestades.

 El protagonista parece agotado, a punto de tirar la toalla, se cae, se vuelve a sentar, se vuelve a caer pero quien lo va conociendo, cada día un poco más, sabe que allí dentro reina una fortaleza taurina inagotable, una inteligencia que comulga con lo brillante, la destreza vital de un hombre noble, sincero y honesto hasta la médula, curtido en mil exilios, una suerte de śramaṇa  generoso y sin pelos en la lengua que viene aprendiendo y meditando todo lo que ofrecen los bosques y los laberintos de la vida.

Existe aquí la intención, palabras de su director, de sugerir un ambiente que recupere el estilo de las series estadounidenses de los 60 y el cine negro de los 70, rodado mayoritariamente durante las noches. Para eso, junto al director de fotografía, Carlos Cebrían, bucearon en almacenes, tugurios y laboratorios de cine, buscando ópticas originales, que armonizaron con cámaras de resolución 8k y objetivos anamórficos, así rodaron la película. Una asociación libre (pero racional), recuerda algunos trabajos del gran Jonas Mekas o de Eric Pauwels (sobre todo en la parte de esta historia donde comienza a aparecer cierta luz en los momentos compartidos entre la pareja) y algún guiño (no dejan de ser subjetividades) a ¨Mi pié izquierdo¨ o ¨El resplandor¨, cuando aparece un festejo, a esa altura fantasmagórico (antes del desastre covídico) que acompaña los recuerdos del hombre sentado en la silla. Permanecer allí tal vez sea un acto de rebeldía, dicen. La puerta, finalmente… ¿se abrirá?

Nicolás García Sáez

………………….....

Compartimos con ustedes unas emotivas palabras del protagonista relacionadas con su experiencia en esta película:

Me pasé treinta horas, de las cuarenta y ocho, haciendo gestos, movimientos, miradas, a pedido del director y del director de fotografía. Agotador y extremadamente confiado a los estímulos. El guión tiene un texto dicho por un ser neutro que habla de algo, pero va a contrapelo de la historia que se ve. Oscura, extraña, excluyente, vandálica para quien se asusta con el tema (mi mayor miedo); me entregué y rogué que el dire y autor del proyecto fuese un genio. Trabajé a tres niveles: consciente, mecánico y crítico, primera vez que me impongo entablar lucha con el fantasma interno que boicotea lo por hacer antes de que la orden de hacer se cumpla en el cuerpo. Ése es el loco que yo dejo encerrado para seguir amando esta profesión a pesar de lo mercenaria que trata de ser. Juro que he hecho (conscientemente lo afirmo), más de lo digno que de lo mediocre; este trabajo me angustió el cuerpo y no sé en qué lugar del alma quedó depositado. Sí sé que fue hecho por el fantasma con el que compito y venzo siempre: no puede ser el dueño de mi salud y me reafirma en la convicción emocional y psíquica: un actor, cuanto más sanamente vive, más potencialidad de ser grande y afrontar este tipo de trabajo (sin otro interlocutor que la nada misma, el dolor de vivir en estado sólido y de ser algo en el vacío absoluto), tiene. No puedo terminar de hacer comprensible lo que me ocurrió haciendo mío a ese ser sin palabras hacia afuera (el que más se ha parecido a mí de todos los trabajos hechos hasta hoy), con lo que me gustan las palabras. Amo la ficción y esto no lo fue. Esto se transformó en un vivir el desguase de un coche inservible para su conductor, con su conductor dentro. Y me dejó rogando que tarde mucho en llegarme otro personaje parecido. Y si llega a presentarse otra prueba así, que sea después de los 80 y me mate en el último fotograma.

 Miguel Ángel Solá

 

 

 

Imagen: cortesía Miguel Ángel Solá y Ruben Alonso

 Especial para Los Verdes Platónicos y Los Verdes Paralelos

 

Oliverios y Platónicos


 TRADUCCIONES

VIDA, OBRA, SEXO Y ARTE DE ALBERTO CARLOS BUSTOS, MUNICIPAL Y PÁJARO

OLIVERIO RANDOM

NUEVOS HORIZONTES


Muy pronto

Vida, obra, sexo y arte de Alberto Carlos Bustos, municipal y pájaro (trigésima entrega)

ES INCONVENIENTE RELATAR LAS PRÁCTICAS AMATORIAS CONSTANTES A LAS QUE LA JOVEN SOMETÍA A NUESTRO AMIGO –NADA QUE NO HAYAN PRACTICADO CIENTOS DE MILLONES DE SERES EN ESTE MUNDO ANTES-, EN ESTOS FOLIOS DEBIDO A QUE PUEDEN CAER ESTOS ESCRITOS EN MANOS DE MENORES Y ES CONVENIENTE PRESERVAR SU INOCENCIA HASTA EL MOMENTO EN QUE PUEDAN PRESCINDIR DE ELLA, PERO CRÉANME QUE ERA DEMASIADO Y EN OCASIONES DEMASIADOS PARA UN SOLO COLCHÓN. PERO, AÚN VIÉNDOSE CAER EN EL VACÍO, BUSTOS SE ENAMORÓ PERDIDAMENTE DE ELLA, SEGÚN ELLA.

 

Un regusto a noche entrecortada.

Oídos que no escuchan la palabra que da ganas de vivir.

Donde ayer hubo tanto, cabe menos.

Por momentos, algo más que nada.

Es esta cicatriz entre costillas la que habla.

Alimentándome el sopor.

Curvándote en mis manos.

Batiéndome en el pecho.

Jadeándome al oído.

Sembrando en mi cerebro porque sí.

Sábanas, almohadas,

una manta, el cielorraso...

Y lo que fue. Y lo que no.

Y lo que podría.

Si yo hubiese... Si ella hubiera...

Naderías, excusas, vil manía de mis miedos.

Tres horas de entresueño entre temblores y silencio.

Te busco, ojos cerrados, y esta cama

desnuda la respuesta que no quiero.

De a poco: labios besan aire, manos tocan tela,

olfato que no sabe a que atenerse...

Y un color soledad,  o su vestigio,

me asemeja a otro hombre,

en otra noche, de otro tiempo...

Y me desvela una vez más.

Y me duerme una vez menos.

 

“Noche tres sin vos” de A.C.B. Agote. No sé en qué día vivo


Desde Madrid, trigésima entrega. Texto y ficción (inéditos): Miguel Ángel Solá

Dibujo y diseño (inédito): Nicolás García Sáez

Especial para Los Verdes Platónicos y Los Verdes Paralelos