Yhavéh no pronunció todas sus maldiciones: / - Estarás condenada a la
repetición. / El espejo se deshizo / y se multiplicó. / Eva no lo supo. / Parir con dolor, pensó. Vaya.
Narciso me persigue para demandarme. / Todos los mitos mienten. / Mitómanos. / Me veo correr por una réplica
boscosa, / pisando antiguas hierbas
duplicadas. / Y el viento pretende
despeinarme / como si fuera la primera
vez. / El viento es un mitómano: / me
vientea cuentos viejos al oído. / No le crean al viento.
Tal vez no sea Narciso quien me persigue. / Es igual a mí, pero no me deja
ser. / No me deja ser. No me deja ser...
Allí es cuando yo empiezo a perseguir / a Narciso. / Tal vez el mito diga la verdad.
/ Diga la verdad. / Narciso no tiene la
culpa. / Yhavéh tampoco. / La omisión
fue del copista.
Desde Uruguay, poema (inédito): Sandra
Escames
Imagen (inédita): Nerina*
*Comunicadora visual y profesora de artes marciales
Especial para Los Verdes Platónicos y
Los Verdes Paralelos