miércoles, 14 de septiembre de 2022

El agua (con toxinas) nuestra de cada día

Científicos del Centro de Investigaciones Medioambientales de la Universidad Nacional de La Plata y del CONICET, realizaron un estudio para determinar MICROCISTINAS en el agua de red de la ciudad de Córdoba. El día 29 de junio se tomó una muestra de agua de una canilla de ingreso en un domicilio de zona norte de la ciudad (en presencia de un escribano, quien constató la acción y el envasado hermético con precintado de seguridad inviolable). El material fue enviado al laboratorio en la Universidad Nacional de La Plata. Para el análisis utilizaron el método de cromatografía liquida (HPLC). Los resultados mostraron la presencia de microcistinas con un valor de 17 microgramos por litro de agua.

Recordemos que la OMS y la Resolución 174/16 del Ministerio de Agua, Ambiente y Servicios Públicos de la provincia de Córdoba, establecen que el límite tolerable para los humanos es de hasta 1 microgramo por litro.

La relevancia de las microcistinas se debe a su potencial de inhibición de las fosfatasas, lo que se asocia a daño hepático. Estas toxinas son producidas por cianobacterias presentes en el Lago San Roque, de donde proviene el agua cruda que luego de la “potabilización” (¿estaría fallando?) se distribuye en diferentes zonas de Córdoba.

En el año 1996, en Brasil, hubo hepatitis tóxica asociada a fenómenos de floraciones de cianobacterias, se intoxicaron 150 personas y 56 de ellas murieron. Por otra parte, en China, se investigó la exposición crónica a estas toxinas y se vio correlación con aumento en los casos de cáncer de hígado y de colon.

Un punto importante son las vías de exposición, además de la ingesta de agua también hay que tener en cuenta las actividades acuáticas recreativas, la ducha, las bebidas y alimentos contaminados. Además, se confirmó el potencial tóxico del agua aerosolizada en el embudo del lago San Roque por contener tanto cianobacterias como microcistinas tóxicas.

Como para recapacitar, en el año 2020 en Ohio, el gobierno estatal emitió un aviso de no beber ni hervir agua a clientes de una empresa de agua potable porque las microcistinas totales en el agua tratada llegaban a 2,5 µg/litro.

La literatura científica nos muestra que estas toxinas pueden eliminarse “en parte” con el tratamiento del agua con cloro y carbón activado. Nuevos avances, los investigadores de la Universidad de Toledo han encontrado que la cáscara de arroz, subproducto agrícola abundante y barato, puede ayudar a eliminar hasta el 95% de las microcistinas del agua.

Como dijo Paracelso hace más de 500 años: La dosis hace al veneno.

 

Texto (inédito): Laura Chiavetta

Pintura (fragmento inédito): Nicolás García Sáez

Especial para Los Verdes Platónicos y Los Verdes Paralelos