miércoles, 21 de diciembre de 2022

El bálsamo de los nuevos héroes

Un cable de alta tensión casi electrocuta y decapita (sin connotaciones galas, sil´s vous plaît) a cinco flamantes campeones del mundo. El camión de un repartidor de gaseosas (que podemos imaginar con inmensos problemas económicos, como a la mayoría de los ciudadanos argentinos) es asaltado por familias (padres, madres, hijos, hijas e hijes) en plena ruta ; allí le roban toda la mercadería, completa, dejándolo sin el pan de ese día y, seguramente, de muchos panes más. Cientos (¿miles?) de personas emulan una y otra vez a nuestros entrañables ancestros primates, trepándose a cualquier bodrio que tenga más de tres metros de altura para luego…para luego... ¿qué? ¿cual es el objetivo? ¿hacer ejercicio? ¿obtener una mayor visibilidad de la farmacia de la esquina? ¿estar más cerca del cielo? Varios de ellos se caen, estropean sus huesos, se revientan las piernas, la cabeza, hay sangre por todos lados. Los hospitales públicos, casi siempre colapsados, se hacen cargo de la estulticia ajena y el foco de atención, como suele suceder en estas tierras, pasa, en cuestión de segundos, de la inmensa gloria al fracaso patético.

¿Tenemos remedio?

La selección argentina, sus jugadores, acaban de embolsar alrededor de 42 millones de dólares por ganar muy merecidamente este mundial. Todos los nuevos héroes no se cansan de agradecer nuestro apoyo, nuestro aliento, de decir por aquí y por allá que sin el pueblo argentino…ellos no son nada. Alguien, de repente, puede escuchar o leer esto, tomarlo al pie de la letra y entonces, dueño, con todo su derecho, de subrayar su espíritu más crítico, tomarse el inmenso atrevimiento de preguntar cuánto cuesta construir algunos centros de acogida, de contención, para los ancianos y las ancianas que duermen en las calles más duras de la ciudad durante los fríos meses de invierno. O un buen hospital, a todo trapo, como el Hopkins de Baltimore, ¿por qué no?. O de preguntarse cuánto cuesta construir algunas escuelas que, además de enseñar a leer y a restar y a sumar, enseñen también a hacer huertas para el autoabastecimiento y a cultivar el tan necesario autoconocimiento y, en esa línea, añadir materias que despierten horizontes sobre inversiones financieras. Adoptando y adaptando, por citar un ejemplo, el concepto de Responsabilidad Social Empresarial (RSE), compromisos y acciones que hacen las organizaciones para la comunidad, más algún aporte privado, incluso puede ser una buena inversión y la devolución simbólica del pellizco al bolsillo donado por los nuevos héroes, puede magnificarse y resignificarse hasta más allá de la cuarta estrella que ya se desea para el escudo de la camiseta nacional.  Imaginen, que maravilla, damas y caballeros, a futuras generaciones independientes del ¨poder¨ de turno, decidiendo por su propia cuenta, sin adoctrinamientos hipócritas, oxidados y empobrecedores, provenientes del, por ejemplo, fachismo europeo más vil y recalcitrante, aggiornados en su momento por un general local muy simpatizante de los nazis al que, tres cuartos de siglo después, caso único en el mundo, en pleno 2022, todavía se le rinde muy ingenuamente cierta pleitesía

¿Tenemos remedio?

Un jugador de futbol iraní está a punto de ser ejecutado por defender los derechos de las mujeres de su país. Sus colegas, entre ellos nuestros nuevos héroes, que tanto nos han alegrado estos días, no dicen ni pío. Las asociaciones futboleras, los clubes, sus dirigentes, con todo su poder, sus contactos, su dinero, tampoco, ni mu. Las agrupaciones ¨feministas¨, siempre tan susceptibles, ni jota

¿Tenemos remedio?

Dice Wikipedia:  ¨ El sistema kafala (en árabe: نظام الكفالة, niẓām al-kafāla ), también conocido como sistema de patrocinio, es un modelo de explotación laboral que permite monitorizar a los trabajadores migrantes. La práctica está extendida en estados islámicos del Golfo Pérsico como Arabia SauditaBaréinCatarEmiratos Árabes UnidosKuwaitLíbano y Omán. ​

El modelo exige que todos los trabajadores migrantes tengan un garante (kafeel) dentro del país de acogida, normalmente su empleador, que se responsabiliza del visado y del permiso de residencia. ​ La mayoría de quienes se acogen a él provienen de países en vías de desarrollo y se desempeñan en sectores no cualificados como la construcción o el trabajo doméstico, por lo que suponen mano de obra barata para los países de acogida.

El sistema kafala ha sido denunciado por las organizaciones de derechos humanos como un régimen de trabajo esclavo contemporáneo, ​ ya que el trabajador queda a merced del empleador y, en caso de incumplimiento, puede sentirse excluido de la legislación laboral. Se han reportado numerosos casos de precariedad laboral e incumplimientos por parte de los empleadores, entre ellos calor extremo, malas condiciones de vida, limitación de movimientos, impago de salarios y accidentes laborales

 

Según varios informes, más de 6500 trabajadores han muerto, bajo condiciones infrahumanas, durante la construcción de la infraestructura mundialista de Qatar. Ni los nuevos héroes, ni las asociaciones futboleras, ni las agrupaciones susceptibles han dicho pio, jota o mu.

 ¿Tenemos remedio?

 Así las cosas, cabe agregar que anda sobrevolando (y habrá que retenerlo, antes de que sea evaporado por las garras del tiempo) un preclaro valor ejemplificador de trabajo, gran esfuerzo, unión, humildad e inmenso éxito que ha traído a esta tierra nuestra selección. Bienvenidos a casa, queridos nuevos héroes, aunque sea por unos poquitos días, antes de que todos se vuelvan a Europa, donde habitan hace tantos años. Gracias, pues, por el bálsamo, el antídoto y la Alegría de estos últimos días. Y feliz solsticio de verano para todos. Y todas.

 

 

 

Texto (inédito): Colectivo Cultural Argentino Los Verdes Platónicos y Paralelos

Ilustración (inédita): Ercilia Marcó del Pont