sábado, 30 de julio de 2022

Vida, obra, sexo y arte de Alberto Carlos Bustos, municipal y pájaro (vigesimoquinta entrega)

 NOTA DEL AUTOR: Vamos a hacer un alto en la tarea ciclópea que significa este puzzle que es la vida de Alberto Carlos Bustos, municipal y pájaro, para dar al lector una idea del humor raro que destilaba el amigo para unificar su “deseo de vivir” en los momentos adversos en los que solían dejarlo atascado sus conflictos amorosos o sus posicionamientos políticos, sociales y/o ideológicos, aunque en Bustos nada fuera demasiado lógico.

 

“Dos millones de peludos y veintiocho millones de pelados”. Especialmente compuesta para orquesta y cantos del futuro inmediato, entre las 09.00 y 09.30 horas, nace esta urbana de reggae con aplicaciones de tarantela y hasta incrustaciones de mambo. Se trataría de una metáfora de ribetes políticos, dedicada por Bustos a la otrora pujante industria del caucho y su más atractivo invento: la sopapa argentina (el desatascador, según los españoles de todas las edades). Al hacer pública la letra y la música de esta canción  -en un desesperado intento por salvaguardar nuestra Soberana Ley de Patentes, en la que la sopapa argentina estaba inscripta como “el mayor tónico-estimulador del crecimiento del pelo”-, Bustos, debió enfrentarse a las represalias de las multinacionales del negocio de la calvicie.

Pelea desigual que mucho ayudaron a volcar en favor de los químicos, peluquines y coiffeures de luxe: Canal 9-Libertad, R., S., R., S. y Grandes Valores, bajo el lema “¡Gatos para el mundo!”.  Ganaron ellos y, una vez más, la Industria Argentina perdió con la sopapa el lugar de lujo que debió ocupar en el concierto de los inventos universales útiles, y acabar degradándose en los menesteres consabidos, lejos de aquella excelencia para la que fue creada”.

Esta canción quizás sea, también, una metáfora para quienes no sepan usar la cabeza.

Antes de cantar esta canción junto a su orquesta “Los Municitantos”, Bustos solía pedir un minuto de silencio en honor al fraude constante cometido contra las invenciones nacionales.

10

20

30

40

50

60 segundos y…

…comenzaba a sonar esta urbana de reggae

Y la gente deliraba.

Eran otros tiempos.

 

VOZ - Este invento ya está aquí,

CORO - Desde hace más de cien años,

VOZ- Destapando, caños cloacas

CORO- Y artefactos sanitarios.

VOZ- Sin embargo, se ha estancado

COROS- Por intereses foráneos

VOZ- Que han logrado que olvidemos

COROS- Para que ha sido inventado.

 

 (ESTRIBILLO)

COROS- Chupa, chupa, la sopapa…

¡Cómo chupa, la sopapa…!

Caspa, mugre y ceborrea

Te la saca para afuera

La sopapa…  pa…pa…pa

 

VOZ- Crea vacío, dilata los poros…

COROS- Estimula el bulbo piloso…

VOZ- Separa el cuero del cráneo…

COROS- Y, en un mes, te crece el pelo.

VOZ- Sin champú, sin crema-enjuague

COROS- Sin loción vigorizante,

VOZ- La sopapa a toda hora,

COROS- Y no hay calvicie que joda.

 

(ESTRIBILLO)

COROS- Chupa, chupa, la sopapa…

¡Cómo chupa, la sopapa…!

Caspa, mugre y ceborrea

Te la saca para afuera

La sopapa…  pa…pa…pa

 

VOZ- En la ducha en la cocina

COROS- En la calle, en la oficina

VOZ- En la plaza o en la esquina

COROS- ¡¡¡“Use Sopapa Argentina”!!!

VOZ- Diez pesos con veinticinco

COROS- Precio más que razonable

VOZ- No es oral, no es inyectable

COROS- Es un masaje especial.

VOZ- Que no te dan en la sauna

COROS- Dulces geishas de Taiwan.

 

(ESTRIBILLO)

 COROS- Chupa chupa, la sopapa

¡Cómo chupa la sopapa…!

Caspa, mugre y ceborrea

Te la saca para afuera

La sopapa…  pa…pa…pa

 

VOZ- Otra sería la historia,

COROS- Si a Sansón, estando en cana,

VOZ- se le hubiera acontecido,

COROS- inventar una sopapa.

VOZ- Pero es invento argentino

COROS- Y apareció con el siglo.

VOZ- Por eso la historia es ésta…

CORO- Una historia que ha dejado

¡Dos millones, de peludos…!

¡Y veintiocho millones de pelados…!

 

 (FINAL A PURO HIMNO NACIONAL Y QUE DIOS Y LA PATRIA NOS LO DEMANDEN)

 

 

“Dos millones de peludos y veintiocho millones de pelados” Letra y Música de Alberto Carlos Bustos. 1980.

 

NOTA DEL AUTOR: Bustos usaba un código secreto de palitos montados uno encima de otros para para poder plasmar su ignorancia en la notación musical. Nunca pudimos -ni mis compañeros de la Típica ni yo- decodificar sus jeroglíficos; pero, siempre surgía la inspiración, y, en este caso, Oscar Righi, y su divertido y excepcional talento, con la precisión inefable de Fabián Luque en ritmos y voces, lograron transformar lo que vaya a saber qué sería en esta urbana de reggae, insólita para la época. A pura intuición, la mayoría de las veces lográbamos hacer coincidir letras con melodías, y éste es uno de los casos más notables. O no.

 

Desde Madrid, vigesimoquinta entrega . Texto y ficción (inéditos): Miguel Ángel Solá

Collage (fragmentos inéditos, a sus 7 y 8 años): Nicolás García Sáez

Especial para Los Verdes Platónicos y Los Verdes Paralelos


viernes, 29 de julio de 2022

Oliverios & Platónicos



Poemas egregios del reconocidísimo actor Miguel Ángel Solá

Fragmentos que nacieron en la delicada pluma de Irupé Roch

Un cuento completo de la talentosa y siempre perspicaz Laura Chiavetta

Fragmentos de alto vuelo escritos por Silvia Chaher durante la Cuareterna Medieval

Traducciones a varios idiomas  de la obra de Nicolás García Sáez (próximamente)

 

¿Ya nos visitaste?

https://oliverioeditorial.blogspot.com

 

martes, 26 de julio de 2022

Otro relato de ¨Breve cuaderno de las epifanías¨ traducido impecablemente a la lengua de Jaim Najman Biálik

Era un león muy temido. Se decía que cada vez que abría su boca cien colmillos asomaban (como filosos menhires de marfil cincelados por la Naturaleza) con el único fin de masticar en pocos bocados a la incauta presa, hasta que el corazón de la pobre desventurada se apagaba. Nadie lo había visto, pero su melena y bravura eran legendarias, el respeto y el miedo que producía esta bestia magnífica era extraordinario, tanto que se propagó hasta los pueblos más alejados de aquella pequeña selva. Una tarde varios habitantes aunaron fuerzas, se armaron de coraje y, poseídos por la curiosidad, se dirigieron para cercar aquel infierno breve en la Tierra. La sorpresa fue enorme cuando vieron que el león no era tal, sino un anciano enojado, con el ceño muy fruncido, sucio y desnudo, con largos cabellos, un poco corpulento y con cien dientes, eso sí, que resistían y se rebelaban contra el tiempo, tal como él lo había hecho él cuando muy joven, decepcionado del humano y del mundo, se alejó de uno de esos pueblos para imitar la vida de un león en la selva.


הוא היה אריה די מפחיד. נאמר שבכל פעם שפתח את פיו הופיעו מאה ניבים (כמו מנהירי שנהב חדים מסותתים על ידי הטבע) במטרה היחידה ללעוס את הטרף התמים בכמה לעיסות, עד שכבה ליבו של האומלל המסכן. אף אחד לא ראה אותו, אבל רעמתו ואומץ ליבו היו אגדיים, הכבוד והפחד שהחיה המפוארת הזאת יצרה היו יוצאי דופן, עד כדי כך שהם התפשטו לכפרים המרוחקים ביותר של אותו ג'ונגל קטן. אחר צהריים אחד התאחדו כמה תושבים, התחמשו באומץ, ומתוך סקרנות, יצאו להקיף את הגיהינום הקצר על פני כדור הארץ. ההפתעה הייתה עצומה כשראו שהאריה הוא לא אריה, אלא זקן כועס, עם מצח מקומט מאוד, מלוכלך ועירום, עם שיער ארוך, קצת חסון וכן עם מאה שיניים, שהתנגדו ומרדו בזמן, בדיוק כפי שהוא עשה כשהיה צעיר מאוד, מאוכזב מבני האדם ומהעולם, הוא עזב את אחת המדינות הללו כדי לחקות את חייו של אריה בג'ונגל.


Traducción al hebreo (inédita), desde Tel Aviv: Sissi Pagani

Ilustración (inédita): Irupé Roch

 Relato (perteneciente a ¨Breve cuaderno de las epifanías): Nicolás García Sáez

Especial para Los Verdes Platónicos y Los Verdes Paralelos


sábado, 23 de julio de 2022

Vida, obra, sexo y arte de Alberto Carlos Bustos, municipal y pájaro (vigesimocuarta entrega)

Nicolás García Sáez y Miguel Ángel Solá

La cuestión es que de ese libro, nada. Sin embargo, en su ciclo de “Canciones levemente estúpidas”, de amplia repercusión en el ámbito municipal, cobró enorme trascendencia una urbana de malambo llamada “¿Y por qué nos da la leche…?”, que nada tiene que ver con los pechos femeninos, que Bustos tanto adoraba (especialmente los de su compañera de oficina M.M.M.M., calificados como “rotundos”, “graciosos”, “llenos de almíbares”, “tersos”, “suaves”, “generosos”, “cálidos”, “provocativos”, “de cumbres erectas”, “deliciosos”, “capaces de conectarte con el Walhalla”, “ (bueno basta, uno también es de carne), sintetizando: “únicos” en la categoría de la perfección. Seguidos -de no tan cerca-, por los de L.E.S., A.H.S., C.B., G.C.B., S.R., S.S.F., M.E.L., F.F.C., C.M.J.D., A.L.M., D.G.M. D.B., D.M., E.M., A.G., C.R., M.G.M., T.C., S. M., y la Negra Bruna que tenía dos pechos bellísimos pero con pezones estrábicos (mirando uno hacia el Este y el otro para el Oeste, siempre atentos a lo que pasar pudiera), muy aptos para triángulos amorosos siempre que ella estuviera en el medio (estos ascienden a tercera posición, más por cariño que por verdades ineluctables). Así lo indicaba en el libro “Dos en el sube y baja”. Docto en pechos y él sabía de eso por la cantidad de estudios desarrollados)

Volvamos entonces a “¿Y por qué nos da la leche?”, que nada tiene que ver con los pechos femeninos que Bustos tanto adoraba (especialmente los de su compañera de oficina M.M.M.M., calificados como “rotundos”, “graciosos”, “llenos de almíbares”, “tersos”, “suaves”, “generosos”, “cálidos”, “provocativos”, “de cumbres erectas”, “deliciosos”, “capaces de conectarte con el Walhalla”, “únicos” en la categoría de la perfección. Seguidos de cerca, pero no tanto tanto, por los de L.E.S., A.H.S., me estoy repitiendo, voy a tener que consultarlo con mi terapeuta…

 

“¿Y por qué nos da la leche?”

 

(Grito rural de ultratumba) ¡¡¡¡ Malambo!!!!

(Y, como si ese grito fuera poco): ¡Es un dilema rural...!

(Comienza el malambo. Tras dos pasadas se corta)

La encerramos, la cortamos, la curtimos… La comemos.

Matamos sus crías Las violamos y a fuerza de tactos

Rectales, vaginales, mamarios, asépticos, doctorales

Sin romance previo

 La compramos, la faenamos, la cuereamos… La comemos.


(Recomienza el malambo. Tras dos pasadas se corta)

Les inventamos pestes, las industrializamos.

Alfombras, botas, pisapapeles, tabas

Embutidas, parrilladas

Las marcamos, la cuereamos, la picamos… La comemos                                                                            

(Recomienza el malambo. Tras dos pasadas se corta)

Envenenamos su alimento, su oxígeno, sus aguas,

Hacemos cubitos de sus redondeces

Manteca, queso, extracto concentrado de su sangre

De su corazón carne pa’l perro

Ni siquiera permitimos que la monte un toro

Y con esperma congelado la preñamos

La especiamos, La salmos, la exportamos… La comemos.


(Recomienza el malambo. Tras dos pasadas se corta)

La cobramos, la pagamos, la pesamos

Saboreamos, sazonamos, degustamos

Digerimos y cagamos

 Pero la vaca no se queja…

Y nos da la leche…

Y: ¿por qué nos da la leche?

¿Será porque las protegemos de los pumas?

 

(Recomienza el malambo. Tras dos pasadas se corta y no recomienza más)

¡Es un dilema rural…!

“¿Y por qué nos da la leche?” (Letra y Música de Alberto Carlos Bustos)

 

NOTA DEL AUTOR: Imposible de descifrar la escritura en el pentagrama. Oscar Righi inventó para “¿Y por qué nos da la leche?”, una urbana de malambo bien parecida a un malambo.

 

Desde Madrid, vigesimocuarta entrega . Texto y ficción (inéditos): Miguel Ángel Solá

Dibujo (fragmentos inéditos, a sus 8 años): Nicolás García Sáez

Especial para Los Verdes Platónicos y Los Verdes Paralelos

 

viernes, 22 de julio de 2022

Un relato de ¨Breve cuaderno de las epifanías¨ traducido impecablemente a la lengua de Jesús y sus doce apóstoles

Hay un lugar en la Patagonia donde el agua tiene el azul de un cielo imposible, un azul nunca visto. Esta olla, escondida en el medio de los Andes, ha permanecido fuera del alcance de los humanos y, más allá de los pájaros, los insectos y los animales, los únicos testigos privilegiados de ese fenómeno han sido la Naturaleza, sus días y sus noches, derritiéndose entre turquesas y negros, extendidos en el cielo, aparentemente dormido, hasta transformarse en líquidos que vuelan sobre el agua, alimentos que serán bebidos por ellos, los duendes, testigos que ni siquiera han sido registrados por los insectos.


יש מקום בפטגוניה שבו למים יש כחול של שמיים בלתי אפשריים, כחול שלא נראה כמותו. אגן הזה, החבוי באמצע הרי האנדים, נותר מחוץ להישג ידו של האדם, ומעבר לציפורים, חרקים ובעלי חיים, העדים המיוחסים היחידים לתופעה זו היו הטבע, ימיו ולילותיו, המתמזגים בין טורקיז לשחור, שוכבים בשמיים, כנראה ישנים, עד שהם הופכים לנוזלים שעפים על המים, מזון שישתו על ידם, האלפים, עדים שאפילו לא תועדו על ידי חרקים.

 

Traducción (inédita) al hebreo, desde Tel Aviv: Sissi Pagani*

*Traductora

Relato (del libro ¨Breve cuaderno de las epifanias¨) y video inédito : Nicolás García Sáez

Especial para Los Verdes Platónicos y Los Verdes Paralelos

miércoles, 20 de julio de 2022

¿Cómo son los vínculos actuales entre la mujer y el hombre? Punto de vista Paralelo y Platónico (Capítulo 2)

Las relaciones en tiempos virtuales


La dama

Como un barquero entusiasta  el macho alfa se alista y zarpa hacia las recónditas aguas de la virtualidad para descubrir, tal vez, una fauna misteriosa y desconocida que no llega a comprender. Los especímenes femeninos de ese cardumen van y vienen sobre el vórtice marino de las emociones. Él se sumerge en el abismo azul para observar espejitos de colores, fotografías quizá retocadas con filtros, postureos diversos, cuerpos esbeltos y tal vez no tanto (no olvidemos que las luces y sombras pueden hacer magia de lo que no es). Las fantasmagorías lo atrapan, o acaso lo captura su propio instinto animal.

El caballero

Mister Beta y Mister Gama intentan comprender que es lo que quiere transmitir aquella señorita que, en el tumulto multitudinario de la virtualidad, actualiza cada cuatro minutos su perfil para mostrarse al mundo ataviada ( y en pleno gélido invierno) con una micro bikini, acompañando (¿justificando?) la fotografía con el epígrafe de algún autor ¨espiritual¨. ¿Aquellos pechos o esos glúteos bronceados y trabajados con tanto esmero en algún gimnasio, desean transmitir algún mensaje oculto y/o encriptado más allá de su notable exposición? ¿Hay algún misterio de alto vuelo que la ciencia y la metafísica deban dilucidar?

La dama

Mientras tanto, la fémina divaga y duda, sin saber por qué. Sus hormonas, tan cambiantes como la marea bajo la influencia de la luna, no la dejan comprender la “realidad/virtualidad” de una manera racional. Su sexto sentido se eleva sobre umbrales poco normales, la imaginación es ilimitada. Se pregunta qué busca el navegante, aunque la respuesta es clara. Intuye que el pescador es diestro en sus menesteres, sabe bucear tanto en mar como en río, conoce las señales, está al corriente de que el mar da signos, se puede agitar impetuoso o mecer con delicadeza.

El caballero

Mister Alfa es un capitán respetado dentro de la embarcación global. Así y todo, también puede agotarse cuando le toca remar en un dulce de leche con poca sustancia , que encima es virtual. Se pregunta a menudo por qué el mundo no es un lugar más sencillo para la tripulación de toda la humanidad. ¿Ulises está condenado a su propio mástil erguido mientras la cera se derrite lentamente en el interior de sus oídos? En otras orillas, Mister Beta y Mister Gama deciden emprender una travesía atávica. El primero tenderá a titubear, podrá caer o no ante la tentación. El otro pescará lo que haya, la apetencia es sabrosa cuando amanece y el cielo se transforma en un horizonte mutuo y cercano.

La dama

El poeta murmura al viento virtual, los sonidos se desplazan y el murmullo vuelve a él. Los deseos parecen ser recíprocos, “parecen”, verbo entre comillas; la fémina que posa y exhibe sus atributos en las redes sociales es, en general, insegura, lo más probable es que esté en la búsqueda de validación externa o deseosa de atención, o , quién sabe, tal vez esté compitiendo con otras por la cantidad de “me gusta”. Las redes sociales pueden funcionar como un arma de doble filo. Se distorsiona lo real y se vive en un mundo casi imaginario, la timidez se borra, y el miedo al rechazo también. Los hombres se animan a encarar a mujeres de todo tipo y ellas reciben más ceremonias y halagos que en la vida cotidiana.

El caballero

Mister Alfa experimenta un extraño efecto en el que se reúnen la esperanza y la compasión. No debe resultar sencillo habitar de un modo perenne dentro de aquel alboroto emocional y hormonal. La oxitocina, ahora en ambos géneros, debería ser conminada a practicar media hora de mindfulness por la mañana y otra hora de meditación tibetana cuando el firmamento está a punto de explotar. Mister Beta , ya sabemos, titubea, no sabe si escribir ¨hermosa¨ o rendirse para naufragar. Mister Gama, en fin, está condenado a ser un piropeador serial. La dama ataviada con la bikini necesita y al mismo tiempo desprecia a Beta y a Gama, su objetivo, claro, es el Alfa, así las cosas la dama solo hará ruido entre su propio silencio. Para cubrir todos sus defectos ella lo hará remar, pero… el capitán ya conoce el juego, bostezará y hacia otras tierras fértiles se dirigirá.

La dama

Se siente idílico el mundo de las relaciones virtuales, pero es un mundo que requiere de energía extra, ya que da pie a malas interpretaciones: una palabra de más o un sticker incorrecto puede llevar a la catástrofe amorosa. Para las nuevas generaciones es normal empezar y terminar una relación utilizando los medios tecnológicos. Se escucha el aullido de la ola y el marinero es bloqueado. La embarcación tambalea, el pescador recobra el aliento y pasa a la siguiente fémina de una lista que quizá se prolongue interminable. Una mujer, en su esplendor, puede captar hasta el más mínimo chapoteo del agua contra la orilla y el imperceptible susurro del viento entre los juncos.

El caballero

Hay una tendencia mundial, entre los humanos más sensibles, curiosos y atentos, a detenerse a observar lo que no se ve, a cierto despertar de una soñolencia prolongada que tenía aletargados los sentidos de todos aquellos ( y aquellas) cuyas antenas estaban conectadas a los dictámenes del Sistema. Pero el Sistema colapsó, o al menos tambaleó y ya no pudo volver a ubicarse en su mismo lugar. Lógico, si estamos hablando de materia y energía y todo lo que merodea alrededor. Ya sea por pandemia o plandemia, ya sea por enésima crisis o espejismos trillados que dejaron al descubierto su infinito ante un callejón sin salida, hubo un tsunami de gente que pispeó de refilón el menú de plástico que volvía a ofrecerse a cambio de una subsistencia miserable y prefirió dedicarse (en solitario o con la colaboración de otras personas) a cultivar su propia huerta. Hoy se hace demasiado evidente, por citar un ejemplo apresurado, que cambiar (con celeridad insegura) la enésima selfie maquillada en la foto de perfil de wasap no puede, por más que quiera, competir con la novena de Beethoven o las teorías de Einstein.

La dama

Las tecnologías nos acercan y a la vez nos alejan. Podemos estar en contacto con gente de todo el mundo, pero nada puede compararse con el cara a cara, el lenguaje no verbal, los movimientos y miradas sutiles, el hechizo de la energía femenina y masculina fluyendo en el aire, el primer acercamiento y las feromonas danzando en derredor, el roce de la piel, las pestañas de la mujer acariciando las mejillas del hombre, la voz cálida que incita el deseo y siembra la chispa. Labios húmedos y palpitantes. Miradas que se estremecen y la emoción impregnando el silencio cuando dos seres se encuentran y enlazan sus cuerpos físicos y energéticos en un instante eterno.

El caballero

El océano, mientras tanto, se pregunta lo siguiente: ¿Qué es más interesante, pasarme las horas del día viendo si el Atlántico o el Pacífico están conectados, en línea, o zambullirme en mis propias aguas para luego poder ofrecerle al viento (uno real, aquel que acaricia y mueve, que sostiene y siembra) un viaje inolvidable?

 

La dama (texto inédito): Laura Chiavetta

El caballero (texto e ilustración inéditos): Nicolás García Sáez

Especial para Los Verdes Platónicos y Los Verdes Paralelos 

 

martes, 19 de julio de 2022

Otro poema de ¨Los sueños ajenos¨ interpretado por una destacadísima psicoanalista lacaniana (que además nos honra siendo una Verde Paralela)

POEMA QUE PUDO HABER SOÑADO EL CONEJO BLANCO LUEGO DE SOÑAR QUE SE ENAMORABA DE ALICIA

Roto el reloj  / se acabó el apuro / y aquí  / aunque llueva / truene / haya nieve, eclipses / caigan rayos o centellas / yo me siento  / para olvidarme de ella / sin el peso del heraldo / triste, enamorado / que borra de un plumazo / todo hechizo / todo rastro / y así, por fin / poder escuchar / a esta banda / de decibeles virulentos / que al otro lado del espejo / campo de barro dulce, eléctrico / en un lugar llamado Woodstock / (terciopelo del tiempo que se esfuma / entre la rabia azul / de seda ruidosa / con flores drogadas y escupitajos de sol) / me dedica el nacimiento del Rock.*

*Impulsado por un atisbo de hidalguía, el conejo enamorado rompe el reloj que lo marca en un tiempo convencional, y lo sujeta, a pesar del intempestivo andar, a sus tiránicas manecillas, para estar siempre en el mismo lugar. Ya no es menester que corra, alborotado, en busca de un objeto que jamás habrá de advenir tal como quisiera. Al fin y cabo, Alicia, en su sueño, no es más que lo que él construye con su deseo, un reflejo de sus ojos, una proyección de sus anhelos y, en las lejanas tierras pasadas de Wonderland, un espejo que lo encandila. Cansado de su trajinar, se sienta, no para emular a Penélope en la Odisea, sino para entregarse a un costoso trabajo que le demandará todas sus fuerzas. Ahora tiene una misión: ¡Separarse de ella! Y un rédito obtendrá. Desgajar como a una naranja cada recuerdo, cada hito del tiempo compartido, cada cuento asumido. Y soltar cada gajo en los mares del olvido. Entregar sus manos a un duelo, velar ese lugar único, ya irrepetible. Y así y sólo así, saldrá airoso de la contienda. Alzará bien alto su lauro merecido y, aunque al transitar  por las calles de Woodstock, en alguna esquina, de Alicia se acuerde, seguirá, remozado, escuchando los acordes novedosos del rock and roll.


*Análisis (inédito): Marcela Farías

Poema: Nicolás García Sáez / www.nicolasgarciasaez.com

Tapa: Hollis Brown Thorton / Zindo & Gafuri

Especial para Los Verdes Paralelos y Los Verdes Platónicos

 

domingo, 17 de julio de 2022

Vida, obra, sexo y arte de Alberto Carlos Bustos, municipal y pájaro (vigesimotercera entrega)


 

“Nadie sabe quién es hasta no haber sido vaca”

Proverbio indio siglo XXI (A.C. para nosotros, ellos no lo toman en cuenta, son indios.)

 

Bustos, entre tantas curiosidades, dedicó gran parte de su vida al estudio de las ubres y eso despertó la envidia de ciertos sectores que jamás conocieron otra ubre que la materna por haberse dedicado a hacer dinero. Podrán haber manoseado, succionado, mordido, lastimado y hasta pagado por tener a su arbitrio objetos de un placer circunstancial, pero ¿haberles dado el sacro lugar de amados sujetos a veneración y agradecimiento eternos?, ¡jamás!... Eso, sólo Bustos. La cantidad de testimonios ofrecidos por compañeras de placeres y ensueños de nuestro bienquerido

-a estas alturas, creo que lo es para todos lectoras y lectores de esta página-, es tal, que ocuparía gran parte de la cantidad de folios a dedicarle.

De su lectura, hombres y mujeres de diferentes tendencias aprenderían mucho. Lo más notable son las variables que Bustos propone para conocer –teoría y práctica- y lograr la total complicidad e identificación con los pechos femeninos.

De su libro “Dos en el sube y baja”, el autor de este libelo ha extraído una serie de preguntas que Bustos contesta una a una con pasmosa y comprobable certidumbre.

¿Qué es un pecho? (Pasado, presente y futuro del pecho en relación con la pituitaria)

¿Cómo se observa un pecho, o dos?

¿Una mano es suficiente?

¿Cuál primero?, ¿el derecho o el izquierdo? (Cómo intuir. Ley de La Báscula)

¿Se apura demasiado en llevarse a la boca su alma antes de darle el nombre correcto? (Debería pensar en cómo agradecer este cartel de Ceda el Paso)

¿Qué virtuosismos pueden tener lugar entre pecho y pecho, más allá de amamantamiento? (Es inevitable que en este capítulo la imaginación se desate arbitrariamente. Dejémosla a su arbitrio.)

¿Cómo sabe un hombre que un pecho se le está ofreciendo sin condiciones?

¿Cómo lo sabe una mujer? (Notar el pensamiento evolucionado de Bustos)

¿Cómo le gusta el pecho a usted? (Aquí coexisten todas las variables y estadísticas llevadas adelante por Bustos y las decenas de dibujos tomados del natural, ya que Bustos eludía las tomas fotográficas)

¿Sabe cuánto y cómo succionar deleitando? (Para lograr pezones como meñiques, con módico y placentero dolor)

¿Usted sabe cómo…? ¿Le cuento…? (Compendio completo de  cómo hablar, mirar, acariciar, recorrer, lamer, chupar, morder, ganarse el favor y optimizar pechos ajenos hasta que sus propietarias se los donen en agradecimiento al buen trato y uso que de ellos usted ha hecho, sea hombre o mujer) (Notar el pensamiento evolucionado de Bustos)

¿Es el pezón una antena receptora del hambre de todo tipo?

¿Pacer, o no pacer? (Importancia de la hierba en el proceso del desarrollo y sensibilidad del pezón?

¿Por qué la vaca no muestra sus ubres al toro y sin embargo él las ve?

¿Con qué palabras un pecho se abre y /o se cierra? (la importancia climatológica en relación a las Isobaras y las Isoyetas)

¿Qué hacer cuando ella cuida más a un pecho que al otro? (Cómo hacérselo notar y obrar en consecuencia festejando al menos favorecido. Leyes  de Compasión, Piedad y Ternura. Infalibles)

¿Qué tiene de malo tomarse las cosas a pecho si el pecho se creó para ser tomado?

¿A usted le agrada la palabra teta? (Para Bustos era la palabra madre de todas las palabras. “El inventor del hoy mundialmente practicado juego del Ta-te-ti, fue Albert Charlotte Bustós en una trinchera francesa en el Marne, 1916”, según Claude Benignón, corresponsal de ¡Alléz, les enfants!, Mensuario franco-letrante, de distribución gratuita en todo el frente de batalla)

“El Danubio azul” fue compuesto a pedido de las ubres de la cortesana Astrid Von Wullich. ¿A pedido de qué otras ubres fue escrita “La Vía Láctea y yo”, del mismo autor?

NOTA DEL AUTOR (extensísima): éstas y cientos de preguntas más, con sus correspondientes respuestas harían las delicias de los adictos a Bustos y a los pechos -el gran invento de Dios, según Él mismo-, pero, lamentablemente, el libro, con sus dibujos y explicaciones no se encuentra en ningún lado, tras la desaparición de la fragata “Fussilli” en aguas del Pacífico Sur. Bustos pretendía hacer el envío de la edición completa a una tribu originaria de Oceanía, para cambiar malos por buenos hábitos de trato en esa zona (la de los pechos en esa zona de Oceanía), cuyas mujeres hacían “jueguito” con sus glándulas mamarias (taco, rodilla y empeine) de tan estirados que los tenían, y no crean que por la gravedad de la Ley -que en esas tierras se ensaña como en ninguna otra con la mayor creación teológica-, sino por practicidad; a saber: dado que sus hombres vivían (hasta los albores del siglo XX), acostados y mirando el cielo para adivinar lluvias posibles que nunca caían (única tarea que se atribuyeron a sí mismos por ser hombres-además de la de escupir para arriba cada tanto para evitar derrames cerebrales-, y como siempre andaban pidiendo algo que mascar, ellas se acercaban -las más jóvenes en cuclillas y las más veteranas hasta en puntas de pié- para prestarles sus deleites. Mal hecho. Un pecho infravalorado es como oro en manos de un (no se me ocurre qué), imaginen ustedes. A corregir ese mal envió una edición de 800 libros traducidos a cuatro idiomas, alguno colaría, pero no pudo ser, y hoy, en pleno siglo 21, la jefa madre de la tribu tetamahorí, tiene un pezón derecho de 82 centímetros (la altura media de la tribu es de 1.22 metros, figúrense), y el mundo sigue andando.


Desde Madrid, vigesimotercera entrega . Texto y ficción (inéditos): Miguel Ángel Solá

Collage (fragmentos inéditos, a sus 8 años): Nicolás García Sáez

Especial para Los Verdes Platónicos y Los Verdes Paralelos


domingo, 10 de julio de 2022

Vida, obra, sexo y arte de Alberto Carlos Bustos, municipal y pájaro (vigesimosegunda entrega)

"La obra de Alberto Carlos Bustos (Rocha, Uruguay. 1921-¿?) es el aporte más ignorado que nuestro país hace a la cultura hispanoamericana en el siglo XX. Nació en el barrio de Pocitos, en la carbonería de los gemelos Walter y Rubén Bustos y, con 11 años, fue raptado por una tribu de gitanos que se lo llevó a Buenos Aires para utilizar sus poderes hipnóticos mientras ellos desvalijaban al o la elegida que pedía le leyeran su suerte en las manos”.

 NOTA DEL AUTOR: Aunque esto parezca una fábula -o bien una nueva estratagema de los que han esparcido huellas falsas de Alberto Carlos-, nos hallamos ante otro apellidado así, nacido en Montevideo, Uruguay. Lo que llama la atención de presentes y ausentes es que el tal montevideano fuera descrito en el mismo folio de esta manera:

 “Vasto experimentador en todas las artes, lúcido e inquieto, escapó a cualquier convención impuesta por las modalidades sociales cambiantes, anticipándose a ellas en una veintena de años. Perseguido; denostado; sometido a presiones autoritarias y a indiferencias malévolas por parte de los círculos áulicos porteños de la cultura dominante, Alberto Carlos Bustos, ha de pervivir tan sólo por la obstinada tradición oral popular".

 

(1964. "La Costilla de Adán”. Revista literaria dirigida por Ernestina Viau. Montevideo. Artículo de Marcela Zorrilla.)

 

Esta historia se me quiebra como un vaso

que la vida misma reconstruye,

y, hasta el último pedazo, casi polvo,

pegado con mi sangre, tripas, carne,

resulta impostergable.

Agua. Vino. Una cerveza...

Cualquier líquido elemento que contenga,

escapa entre las grietas.

Apenas si podré brindar a secas

en nombre de la esencia,

en nombre de los años,

y de un mismo pegamento

que es ya el mismo

espeso vidrio de este vaso,

que soy yo mismo

deshojando los sesenta.

¿Espero de la vida un imposible?

Por supuesto: es ese y no otro el tema.

Lo posible, lo que soy, ya no me basta

-¿a quién le basta lo sabido?-

Son muchos los fragmentos reparados

He utilizado demasiado pegamento,

y mis manos no han querido despegarse,

buscan ser vaso, vida, líquido elemento,

aspectos de un sediento que renace y sueña...

Y es tan potente la impotencia por momentos…

Si pudiera deletrearla en un poema,

poblar* este aislamiento...

 

No se lee bien el verbo terminado en *ar*: poblar o quebrar o sortear, porque yugular no cabe ni hace a la cosa. El AUTOR DE LA NOTA DEL AUTOR, eligió “poblar” y punto, aunque “quebrar” no estaría mal.

 

“¡Vamos, Bustos, vamos!”. De Alberto Carlos Bustos. Buenos Aires. 1967.

 

 NOTA DE UN AUTOR MUY CONCENTRADO: Si Bustos afirma en este poema estar deshojando los sesenta en el sesenta y siete… ¿Nació en…? Las cuentas nunca se me dieron mal: ¡¡¡En 1907!!! Pero está bueno el poema, ¿no?Habría que constatar que el escrito fuera de Bustos, pero ¿cómo?... Voten. Si hay mayoría se lo atribuimos por intuición popular.

 

 

Desde Madrid, vigesimosegunda entrega . Texto y ficción (inédito): Miguel Ángel Solá

Collage (fragmentos inéditos, a sus 8 años): Nicolás García Sáez

Especial para Los Verdes Platónicos y Los Verdes Paralelos

 

 

 

viernes, 8 de julio de 2022

Mural

Vagan por las bambalinas de los sueños, insisten que es por ahí, mantienen su vuelo bajo para ganarle una carrera a la luz

 Intentan armarlo solo, pero se rompen en mil pedazos, como la excursión de un misil.  antes de llegar al contorno claroscuro

 Abismado y filoso lo arman por vos, no hay prisa para volver a caer rendidos, nada queda, más que movimientos reflejos que se dejan ir.

Conspiran las sombras que juegan, artificio solemne, promesa olvidada, la Hermandad ha cedido el respeto para hallar la fuerza atávica del sol

Cruzar la ruta anegada, saltar el mural pintado, del otro lado se esconde la gloria

El tiempo perdido, el cielo que gana, lo más profundo ha quedado varado en la superficie misma de una vida que ya fue soñada.  

                                        

Texto (inédito): Silvia Chaher

Foto (inédita): Valentina Clamer*

*Fotógrafa

Especial para Los Verdes Platónicos y Los Verdes Paralelos