NOTA DEL AUTOR: Vamos a hacer un alto en la tarea ciclópea que significa este puzzle que es la vida de Alberto Carlos Bustos, municipal y pájaro, para dar al lector una idea del humor raro que destilaba el amigo para unificar su “deseo de vivir” en los momentos adversos en los que solían dejarlo atascado sus conflictos amorosos o sus posicionamientos políticos, sociales y/o ideológicos, aunque en Bustos nada fuera demasiado lógico.
“Dos millones de
peludos y veintiocho millones de pelados”.
Especialmente compuesta para orquesta y cantos del futuro inmediato, entre las
09.00 y 09.30 horas, nace esta urbana de reggae con aplicaciones de tarantela y
hasta incrustaciones de mambo. Se trataría de una metáfora de ribetes
políticos, dedicada por Bustos a la otrora pujante industria del caucho y su
más atractivo invento: la sopapa argentina (el desatascador, según los españoles de todas las edades). Al
hacer pública la letra y la música de esta canción -en un desesperado intento por salvaguardar nuestra
Soberana Ley de Patentes, en la que la
sopapa argentina estaba inscripta
como “el mayor tónico-estimulador del crecimiento del pelo”-, Bustos, debió enfrentarse
a las represalias de las multinacionales del negocio de la calvicie.
Pelea desigual que mucho
ayudaron a volcar en favor de los químicos, peluquines y coiffeures de luxe:
Canal 9-Libertad, R., S., R., S. y Grandes Valores, bajo el lema “¡Gatos para
el mundo!”. Ganaron ellos y, una vez
más, la Industria Argentina perdió
con la sopapa el lugar de lujo que debió ocupar en el concierto de los
inventos universales útiles, y acabar degradándose en los menesteres consabidos,
lejos de aquella excelencia para la que fue creada”.
Esta canción quizás sea,
también, una metáfora para quienes no sepan usar la cabeza.
Antes de cantar esta canción junto a su orquesta “Los Municitantos”, Bustos solía pedir un minuto de silencio en honor al fraude constante cometido contra las invenciones nacionales.
10
20
30
40
50
60 segundos y…
…comenzaba
a sonar esta urbana de reggae
Y la
gente deliraba.
Eran
otros tiempos.
VOZ - Este invento ya está aquí,
CORO - Desde hace más de cien años,
VOZ- Destapando, caños cloacas
CORO- Y artefactos sanitarios.
VOZ- Sin embargo, se ha estancado
COROS- Por intereses foráneos
VOZ- Que han logrado que olvidemos
COROS- Para que ha sido inventado.
(ESTRIBILLO)
COROS- Chupa, chupa, la sopapa…
¡Cómo chupa, la sopapa…!
Caspa, mugre y ceborrea
Te la saca para afuera
La sopapa… pa…pa…pa
VOZ- Crea vacío, dilata los poros…
COROS- Estimula el bulbo piloso…
VOZ- Separa el cuero del cráneo…
COROS- Y, en un mes, te crece el
pelo.
VOZ- Sin champú, sin crema-enjuague
COROS- Sin loción vigorizante,
VOZ- La sopapa a toda hora,
COROS- Y no hay calvicie que joda.
(ESTRIBILLO)
COROS- Chupa, chupa, la sopapa…
¡Cómo chupa, la sopapa…!
Caspa, mugre y ceborrea
Te la saca para afuera
La sopapa… pa…pa…pa
VOZ- En la ducha en la cocina
COROS- En la calle, en la oficina
VOZ- En la plaza o en la esquina
COROS- ¡¡¡“Use Sopapa Argentina”!!!
VOZ- Diez pesos con veinticinco
COROS- Precio más que razonable
VOZ- No es oral, no es inyectable
COROS- Es un masaje especial.
VOZ- Que no te dan en la sauna
COROS- Dulces geishas de Taiwan.
(ESTRIBILLO)
COROS- Chupa chupa, la sopapa
¡Cómo chupa la sopapa…!
Caspa, mugre y ceborrea
Te la saca para afuera
La sopapa… pa…pa…pa
VOZ- Otra sería la historia,
COROS- Si a Sansón, estando en cana,
VOZ- se le hubiera acontecido,
COROS- inventar una sopapa.
VOZ- Pero es invento argentino
COROS- Y apareció con el siglo.
VOZ- Por eso la historia es ésta…
CORO- Una historia que ha dejado
¡Dos millones, de peludos…!
¡Y veintiocho millones de pelados…!
(FINAL A PURO
HIMNO NACIONAL Y QUE DIOS Y LA PATRIA NOS LO DEMANDEN)
“Dos millones de peludos y veintiocho millones de
pelados” Letra y Música de Alberto Carlos Bustos. 1980.
NOTA DEL
AUTOR: Bustos usaba un código secreto de palitos montados uno
encima de otros para para poder plasmar su ignorancia en la notación musical.
Nunca pudimos -ni mis compañeros de la Típica ni yo- decodificar sus
jeroglíficos; pero, siempre surgía la inspiración, y, en este caso, Oscar
Righi, y su divertido y excepcional talento, con la precisión inefable de
Fabián Luque en ritmos y voces, lograron transformar lo que vaya a saber qué
sería en esta urbana de reggae, insólita para la época. A pura intuición, la
mayoría de las veces lográbamos hacer coincidir letras con melodías, y éste es
uno de los casos más notables. O no.
Desde Madrid,
vigesimoquinta entrega . Texto y ficción (inéditos): Miguel Ángel Solá
Collage (fragmentos inéditos, a
sus 7 y 8 años): Nicolás García Sáez
Especial para Los Verdes
Platónicos y Los Verdes Paralelos