¿Es que nadie sabe decirnos cómo llegar?
Con egoísmo, guardo en
mis retinas las fotos más nítidas, que revelan el sueño pausado, en estaciones
que aún no han concluido.
Entre los pliegues, la
luna nueva se descubre ciega. Los gritos iguales, en lenguas diferentes, fragmentan
mi oído para escuchar lo mismo.
Y al volver a él, medito un mantra. El perfume
a rosas blancas huele exquisito, me envuelve, me acompaña. Tendida al sol y con
la espalda ardiente, la dicha se expande, rozando los bordes. Una bruma hostil
sedimenta en mi calma, elogia el aroma que flota invisible, el perfume a rosas
blancas me persigue. Y en ellas, la ilusión, un aire abrazador, que rinde culto al desamparo.
Texto e imagen
(inéditos): Silvia Chaher
Especial para el taller
de edición
Especial para Los
Verdes Platónicos y Los Verdes Paralelos
